La siguiente biografía puede encontrarse en el excelente libro de Barry Parker, El sueño de Einstein.
Nació en 1942. Su padre era médico y se dedicaba a investigar las
enfermedades tropicales.
Stephen pronto decidió que quería ser científico, preferiblemente teórico, pues, a
pesar de la profesión de su padre, nunca se sintió atraído de forma particular por la
Biología.No obstante, más tarde habría de declarar que podría haber elegido esta
ciencia, si se hubieran producido antes los recientes avances habidos en el campo de la
biología molecular.
A pesar de su entusiasmo por la ciencia, fue un estudiante del montón que tomaba apuntes
raras veces y que, en ocasiones, se dormía en clase. Hay pocos indicios de que fuera un
estudiante excepcional en el colegio. Después de acabar el bachillerato, solicitó su
admisión en Oxford para estudiar Física y Matemáticas.
Superó con facilidad la parte de Física del examen de ingreso, pero tuvo problemas con
la de Matemáticas. Sin embargo, le admitieron; pero su indolencia no había disminuido, y
solía saltarse las clases tachándolas de irrelevantes.
No obstante, estudió de firme bajo la dirección de sus tutores, declarando más tarde
que casi todo lo que había aprendido se lo debía a éstos.
Tras graduarse, decidió que quería ir a Cambridge para trabajar a las órdenes del
famoso cosmólogo Fred Hoyle. Pero, cuando llegó a Cambridge, le asignaron un puesto
junto a Dennis Sciama.
Poco después de empezar la escuela para graduados empezó a notar que articulaba mal las
palabras y que tenía dificultades para andar. No tardó en diagnosticársele una
enfermedad neurológica, conocida con el nombre de esclerosis lateral amiotrópica. Al
principio, la dolencia progresó rápidamente y Hawking se sintió deprimido.
Su rendimiento empeoró al cuestionarse qué objeto tenía estudiar tanto; estaba seguro
de que moriría antes de obtener el doctorado. Pero, poco a poco, se aminoró el rápido
deterioro de su salud; este hecho, unido a su matrimonio con Jane Wilde, le infundió
esperanzas, sumiéndose en el estudio de los problemas científicos de la época.
Hoy en día, aunque se ve precisado a estar siempre en una silla de ruedas y habla con
dificultad (sólo aquellos que se encuentran cerca de él pueden entender lo que dice),
continúa trabajando en algunos de los problemas más importantes de la Física. Ha
llevado a cabo varios avances significativos y le han concedido cuatro doctorados
honoríficos.
Algunos científicos han llegado a comparar sus aportaciones con las de Einstein.
Ha conseguido todo esto a pesar de no poder mover los brazos. Dispone de un aparato para
volver las páginas, pero alguien tiene que adaptarlo al libro. No obstante, en vez de
usar dicho aparato, suele preferir que le fotocopien las páginas de la revista o del
libro que necesita, y extenderlas sobre una mesa.
Como no puede utilizar un lápiz para hacer los cálculos en un papel, tiene que
realizarlos mentalmente. En consecuencia, depende mucho de su memoria. Pero admite que
prefiere traducir, siempre que puede, los problemas a gráficos geométricos, antes que
intentar trabajar con ecuaciones matemáticas. El detalle de los cálculos lo deja, en su
mayor parte, en manos de sus colaboradores.