PANADERO
Parece callado, y
lo es. Pero no te lo pierdas de vista. Tiene un sentido del humor
muy fino. Y es el encargado de llenar de literatura cualquier
comunicado a los peñistas. Bien sea recordándoles sus turnos de limpieza o haciendo una oda a un cagallón
inhumano que apareció una vez en mitad de la calle y que había
que saltarlo con pértiga.