Evaluación de la Función Placentaria
La insuficiencia placentaria es una situación en la que la placenta no suministra al feto todos los nutrientes que necesita, incluso
en ocasiones todo el oxígeno necesario. Es un problema que puede estar presente desde el inicio de la gestación pero, salvo
en situaciones muy graves, solo suele ser diagnosticable en el tercer trimestre de la gestación.
En el Hospital General se evalúa la función placentaria a todas las gestantes mediante una ecografía alrededor de la semana 34
que valora el crecimiento fetal, la actividad fetal, la madurez placentaria y el volumen del líquido amniótico. También se ve
como esta colocado el feto, pues si ya está de cabeza es muy raro que cambie. En gestantes en que este riesgo está
aumentado (diabéticas, hipertensas, gemelares...) la valoración suele iniciarse unas semanas antes.
Los casos de antecedentes de recién nacidos con peso insuficiente, de parto prematuro, de desprendimiento prematuro de placenta
o de muertes fetales inexplicadas, serian también marcadores de este riesgo.
Raramente el problema radica en la placenta ( defecto de placentación o constitución anormal de la placenta) , sino que suele
ser secundario a situaciones maternas ( hipertensión, anemia, diabetes, trastorno nutritivo, consumo de drogas, consumo de
tabaco.... ) o a problemas del propio feto ( gestación múltiple, secundarios a infecciones, malformaciones, defectos en el cordón umbilical).
En el grupo de mayor riesgo de Insuficiencia Placentaria, o si en la evaluación de la 34 semana existen datos anormales se completan,
de forma selectiva, otras exploraciones, que incluyen:
- La Velocimetría Doppler de las arterias uterinas
- La Velocimetría Doppler de las arterias umbilicales
- La Velocimetría Doppler de la arteria cerebral media
Si es necesario, estas evaluaciones se repiten con una cadencia que depende de la gravedad de la situación, usualmente cada 3 semanas,
y se completan con controles cardiotocográficos.