Radiografías en el embarazo
Las radiaciones ionizantes, que incluyen los rayos X pero también otras radiaciones que se utilizan en Medicina,
producen una serie de modificaciones en el agua de la materia viva que puede provocar daños.
Si el feto en desarrollo es sometido a suficiente dosis de estas radiaciones, según el momento, pueden producirse la muerte del embrión,
malformaciones de los órganos en desarrollo en ese momento, las más frecuentes son las del sistema nervioso,
pero también mutaciones en algunos genes que aumenta el riesgo de cáncer o de otras enfermedades.
Las dosis de 10 mGy induce un pequeño aumento del riesgo de cáncer en la infancia.
Las dosis de unos 100 mGy ya son capaces de producir malformaciones, pero para que el embrión en desarrollo soporte esa dosis
se necesitan ser sometida la madre a muchas radiografias o TACs centrados en la zona de útero.
Ante esta situación le aconsejamos que colabore a evitar ser sometida a una exploración radiológica si pudiera estar embarazada.
Si es sometida a alguna exploración de forma accidental, contacte con los radiólogos para que calculen la dosis que puede haber recibido el embrión o el feto.
- Con dosis inferiores a 100 mGy, la posibilidad de lesiones es baja. Solo se aconseja más un seguimiento.
- Con dosis superiores a 500 mGy, la posibilidad de lesiones es alta, en especial hasta la 12 semana, por lo que estaría justificada la interrupción de la gestación.
- Con dosis de 100 a 500 mGy, habría que individualizar la conducta más adecuada.
A pesar de los riesgos fetales, en casos justificados, pueden realizarse exploraciones radiológicas a la madre,
pues con protección fetal, o ajustando las dosis, se pueden realizar la mayoría de las exploraciones radiológicas.
Los instrumentos radiológicos actuales funcionan con dosis más bajas que los antiguos.
Cualquier exploración radiológica no Urgente debe de demorarse hasta la finalización de la gestación.