Síntomas en el embarazo

                        Son frecuentes algunas molestias en el embarazo, repasaremos las más frecuentes.

 

                Nauseas y Vómitos

                        Son habituales desde el inicio hasta el cuarto mes. La molestia cotidiana son las nauseas, en especial matutinas, con menor frecuencia hay vómitos.

                        El origen está en la mayor sensibilidad del centro del vómito, por los cambios hormonales que se están produciendo, estabilizándose y disminuyendo

                        a partir del cuarto mes. 

                        Las nauseas suelen mejorar tomado algún alimento seco, aunque en ocasiones se necesita algún medicamento que disminuye la sensibilidad del centro del vómito.

                        Los medicamentos existentes con este objetivo son seguros para el feto.

                        Si los síntomas son más graves y tienen vómitos frecuentes, que le dificultan el tolerar alimentos, incluso el agua, debe dirigirse al Hospital,

                        esta situación le puede producir un deterioro, que hay que corregir mediante la administración por vena de sueros, alimento, sedantes y vitaminas.

 

                Ardores (Pirosis)

                        Llegan a ser muy molestos en algunas mujeres, en especial si tienen una propensión, por tener pequeñas hernias hiatales.

                        El problema es que por la acción de las hormonas del embarazo la “puerta de entrada” al estómago, el cardias no cierra bien, y puede refluir el contenido del estómago.

                        Este reflujo se ve favorecido por las comidas muy abundantes y al acostarse, también las grasas de la dieta lo agravan.

                        Se puede conseguir una mejoría fraccionando la dieta, y acostándose con la cabecera de la cama elevada, colocando unos tacos sobre sus patas.

                        Los antiácidos suelen tener un efecto transitorio, pues el problema no es el aumento de la producción de ácido por el estómago,

                        por lo que no conviene abusar de ellos, ya que pueden provocar otros problemas.

 

            Estreñimiento

                        Nuevamente son los cambios hormonales del embarazo los que producen una relajación del músculo intestinal y agrava el estreñimiento.

                        Una dieta rica en residuos (salvado, verduras, naranja, kiwi…), derivados lácteos bioactivos y la creación de un horario defecatorio, pueden ayudar.

                        Los laxantes estimulantes intestinales agotan pronto sus efectos, y los basados en aceite de parafina y aumento del volumen fecal son de efecto más sostenido.

 

          Adormecimiento de las manos

                        Suele tratarse de un hormigueo que afectar a los dedos medio y anular que, en casos graves se extiendo a toda la mano, incluso a parte del brazo,

                        llegando a convertirse en dolor. Es más frecuente y molesto en el embarazo avanzado.

                       El problema se debe a que un nervio, el nervio mediano, pasa por un canal estrecho y la retención del agua del embarazo hace que los ligamentos de ese canal

                       se hinchen y compriman el nervio. No hay una terapia eficaz y en los casos muy graves puede ser necesaria la cirugía para liberar el nervio.

 

           Pinchazos en la bajo vientre y en las ingles

                        Más frecuentes en el embarazo avanzado por la distensión de la pared abdominal y la tensión sobre el ligamento redondo, que se inserta en el fondo uterino.

                        No suelen tener carácter severo. Si el útero está relajado y no es doloroso no tendrían importancia.

 

           Dolor de “riñones” y dolor pélvico

                        Es también frecuente en la fase más avanzada del embarazo. Se debe a la posición forzada, doblándose hacia atrás, por el peso del útero.

                       También la mayor movilidad articular de la pelvis, por los cambios hormonales, y la presión de la cabeza fetal  puede provocar molestias,

                        en las caderas o en la parte más baja de la espalda, así como dolores ciáticos, usualmente, poco severos.

 

            Molestias Urinarias

                        En especial, del 2º al 4º mes y en el último mes del embarazo, se tiene la necesidad de orinar a menudo pequeñas cantidades. 

                        Esto se debe a la compresión del útero, que crece sobre la vejiga al inicio del embarazo, o a la presión cabeza fetal, al final, los que impide que

                        la vejiga pueda albergar mayores cantidades de orina. Es pues un síntoma sin importancia.

 

                        Hay mujeres que tienen antecedentes de infecciones de orina, y conviene realizar controles de la infección, y tratarlas , aunque no de síntomas, 

                         pues en casi la mitad de los casos esas infecciones pueden complicarse, dar síntomas y causar problemas graves.

                        También en las mujeres sin antecedentes conviene hacerles un control al principio del embarazo, pero si es negativo no se necesitan más,

                        es excepcional que presenten infecciones después.

                        El control de las infecciones puede hacerse mediante cultivos de orina (lo más preciso), o mediante tiras reactivas, viendo si existen leucocitos y/o nitritos.

                        Los síntomas de las infecciones manifiestas son escozor al orinar, dolor en el bajo vientre, orinar con mucha frecuencia, sangre en la orina, fiebre alta,

                        escalofríos, dolor de riñones…. Según la gravedad. Si hay fiebre alta debe dirigirse al Hospital.

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