Me llamo Sīlamaņi, se trata de un nombre budista que significa “él, que es una joya de la ética”. Recibí este nombre tras mi ordenación en la Orden Budista Triratna en marzo de 2014. Desde esa fecha es el nombre que utilizo y que sustituye a mi anterior nombre “Josep Adolf”. En cierta manera el cambio de nombre a nivel profesional supone también un cambio en mis intereses profesionales. En el pasado me interesaban los temas relacionados con la terminología enfermera y con el diagnóstico de enfermería porque eran una manera de visibilizar la labor de la enfermera. Sin embargo la dirección que ha tomado todo este tema, especialmente con la informatización y la protocolización creo que nos alejan como profesión del verdadero interés que tienen los diagnósticos enfermeros: acercarnos al cuidado individual y holístico. En lugar de esto, en estos momentos los diagnósticos enfermeros se ha convertido en una manera de estandarizar, compartimentar y homogeneizar a las personas con protocolos, haciéndonos perder de vista el significado del cuidado esencial. No estoy de acuerdo con esta visión y por eso cada vez estoy menos interesado en contribuir en esta deshumanizadora visión. Ahora me encuentro más interesado en la salutogénesis, el mindfulness como herramienta que puede ayudar aliviar el sufrimiento, mejorar la salud de las personas o el razonamiento clínico y la visión compleja de la salud con la dimensión espiritual.

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