MESAS REDONDAS

 

DE LA

 

SECCIÓN DE PSICOANÁLISIS

 

DE LA

 

A.E.N.

 

2007

 

                                               (ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA)

 

Prolongación del debate de las

IXª Jornadas

 

“La integración del psicoanálisis en la sociedad de nuestro tiempo”.

 

 

Sábado 20 de octubre de 2007

 

Aula “Ramón y Cajal” del Ilustre Colegio de Médicos

Santa Isabel, 51

Madrid

 

 

                                                                  Entrada libre previa inscripción

En secretaría de la AEN,

C/ Magallanes, 1 – sótano 2, local 4

28015 - MADRID

Tfno: 636.72.55.99

Fax: 91.847.31.82

Email: aen@asoc-aen.es

 

 

 

PROGRAMA.

 

10.00 hs a 12.00 hs:

"MEMORIA SUBJETIVA Y MEMORIA HISTÓRICA"

 

                   - Coordina:

                                     - Javier Frere

                   - Ponentes:

                                     - José Ignacio Anasagasti

                                     - Sergio Larriera

                                     - Horacio Valla

 

 

12.30 hs a 14.30 hs:

"Riesgos y temporalidad en el porvenir del psicoanálisis"

 

                   Coordina:

                                     - Enrique Rivas

                   Ponentes:

                                     - Ricardo Saiegh

                                     - Jorge Alemán

                                      - Bernardo Arensburg

                                     - José Guillermo Martínez Verdú.

 

 

16.30 hs. a 18.30 hs.:

INTEGRACIÓN DEL PSICOANÁLISIS EN LA SOCIEDAD DE NUESTRO TIEMPO (Prolongación del debate de las IXª Jornadas)

 

                   - Coordina:

                                      - Enrique Rivas

                   - Ponentes:

                                     - José María Redero

                                     - Joaquín Caretti

                                     - Javier Garmendia

 

 

 

Memoria subjetiva, memoria histórica.

Se discute mucho últimamente sobre la necesidad y la oportunidad de hacer una revisión del pasado reciente; en particular, de la historia que afecta a lo que va desde los prolegómenos de la II República a la Guerra Civil y el período franquista. Éste no es un debate exclusivamente español y los ejemplos están en la mente de todos: en Europa ha sido un tema planteado al final de la 2ª guerra que, sin embargo, sigue vivo hoy en día; en América Latina desde el final de las dictaduras del cono sur. En nuestro país, es evidente que si el debate se plantea es porque hay quien considera que fue eludido a partir del actual período constitucional, del que se esperaba dicha revisión.

Quienes proponen la revisitación histórica aducen que “aquellos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla” (“Those who do not learn from history are doomed to repeat it”). La cita es de George Santayana (En La vida de la razón 1905-1906), pero está plenamente en el sentido que  Freud da al problema de la repetición. Claro que también es Freud quien nos dice que “el neurótico sufre de reminiscencias”. Cuántas veces nuestros pacientes nos relatan fragmentos de su historia que, aunque lo preferirían, no consiguen olvidar; el pasado para ellos es una pesadilla que los acosa.

Por otra parte, quienes la rechazan argumentan que no debemos mirar hacia el pasado que nos ata a la nostalgia, sino dedicarnos a construir el futuro como medio de introducirnos en la modernidad. La posición de intentar olvidar los trágicos conflictos que  dividen, se apoya también en el argumento de que la revisión puede revivir peligrosos fantasmas de enfrentamiento civil; lo cual no deja de ser un reconocimiento de su actualidad.

Enterrar el pasado es en muchas ocasiones un ejercicio saludable; pero para enterrar algo hace falta que esté muerto, de lo contrario el espectro del enterrado vivo se presentará a reclamar la deuda. ¿Está muerto dicho pasado? Y si no, ¿manifiesta su actualidad operando alguna suerte de après-coup? ¿Qué efectos tiene este silenciamiento en los pacientes que atendemos?, ¿tienen alguna relación los acontecimientos históricos y políticos en la estructuración de sujeto del inconsciente?

Dudo de que los psicoanalistas nos opusiéramos, en principio, a cualquier propuesta de revisitar la historia; es en buena medida nuestro trabajo. Pero también sabemos que ciertos recuerdos fijados, cargados de resentimiento, reivindicaciones de algo que no se nos otorgó o se nos arrebató, fomentan la paranoia en cualquiera de sus vertientes. Por no hablar de la neurosis traumática con su carga de compulsión sobre el recuerdo que se repite torturante. ¿Cuáles son las condiciones para que un trauma pase a la historia?

         J. Frere.

 

 

Riesgos y temporalidad en el porvenir del psicoanálisis.

         Los discursos que constituyen el campo de la llamada Salud Mental intervienen e intervendrán en la sociedad de nuestro tiempo y de cara a un futuro prolongado y prolongable sine die. Por lo que ejercerán de correa de transmisión de los imperativos e ideales de las sociedades industriales avanzadas, intentando consolidar una práctica psiquiátrica o psicológica cada vez más identificada con el modelo sanitario-gerencial y las terapias cognitivo-conductuales.

         El psicoanálisis sin embargo fiel a sus compromisos teórico-prácticos de confrontar al sujeto con los efectos de la castración y con su relación al deseo y al goce, va a tropezar en los tiempos que corren y en el futuro a medio y largo plazo, con la desolación subjetiva y el triunfo de la oferta social e industrial de alcanzar la plena satisfacción de la pulsión.  La sociedad telemática y del espectáculo autístico, promoverá a través de los circuitos de información de los grandes medios de comunicación, la propuesta subliminar de alcanzar el goce total y el saber absoluto. Riesgos a los que se habrán de enfrentar los analistas para dilucidar la escucha de lo real oculto en las demandas de aspiración ciega a la felicidad y el amaestramiento de los síntomas.

         No obstante siempre habrá retorno de lo real en el sujeto, por mucho que discurra el tiempo cronológico y se obstruya el acceso a la retroacción del tiempo en su posibilidad de encuentro entre los significantes que constituyen al sujeto del inconsciente.

         Siempre habrá retorno de lo real en el sujeto, por su condición de ser parlante, sexuado y mortal. Por la imposibilidad de hallar la fórmula del encuentro con el partenaire, por los efectos de real que la lengua le impone y por el sufrimiento inherente a estar incluido en el vínculo social. Vínculo que se desvanece por efecto del avance del discurso de la ciencia y el aislamiento mortífero que le infiere al sujeto la invasión de objetos de la técnica.

         Pero en función de estas condiciones habrá de retornar lo real en los síntomas del sujeto contemporáneo y en consecuencia siempre habrá alternativa de demanda de saber al psicoanálisis. Siempre podrá emerger el momento en que el sujeto demandará a otro al que le suponga un saber que no encuentre en las respuestas de la ciencia. Siempre que en el sujeto se desencadene un deseo irreductible de saber, un amor por la causa, por el vacío que lo parasita.

         Allí donde la psiquiatría y los discursos científicos que la sociedad oferta excluyen el abordaje del sujeto en su implicación con sus síntomas y con la causa, el psicoanálisis operará poniendo en juego el deseo del analista para invertir los lugares del saber. Maniobra de inversión topológica en el dispositivo psicoanalítico. Del saber alojado en el experto de salud mental al saber esperado por el analista del el inconsciente del sujeto.

         El psicoanálisis pues, seguirá ocupando en la sociedad futura el lugar que la ciencia excluye. Siempre que haya un sujeto que se interrogue por la causa y haya un analista que consienta en el despliegue del discurso inconsciente en la trama de la transferencia, para que advenga el deseo y las formas de goce del sujeto de la demanda.

                   E. Rivas.

 

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