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La historia de las adicciones va unida a la del ser humano

Droga

El empleo de sustancias psicoactivas constituye una práctica cultural que existe prácticamente desde el inicio de los tiempos y está profundamente arraigada a la comprensión que tenemos de la vida. El uso que las diferentes sociedades han hecho de las drogas ayuda a entender sus mecanismos internos y, por tanto, probablemente no se pueda entender la cosmovisión de una civilización sino se realiza un estudio del uso y abuso que esta hace de sus sustancias. 

17 de noviembre de 2016

Conductas como fumar cigarrillos, beber alcohol o esnifar preparados psicoactivos son las más comunes. Sin embargo, en las últimas décadas han surgido otras como consumir heroína, cocaína o drogas de diseño como el LSD e, incluso, debido a la sociedad tecnológica en la que nos encontramos también se consideran comportamientos adictivos el excesivo uso de Internet o del teléfono móvil.

En las últimas décadas han surgido otras como consumir heroína, cocaína o drogas de diseño como el LSD

Como consecuencia, la denominación genérica de adicciones incluye diversas conductas, basadas inicialmente en el concepto de dependencia (física y psíquica); que no tiene por qué guardar relación con la ingesta de algún tipo de substancia. Tal y como se explica en el Manual de adicciones para psicólogos especialistas en psicología clínica en formación, coordinado por Elisardo Becoña y Maite Cortés Tomás y publicado en 2011.

Una característica común y central de este tipo de conductas es la pérdida de control. La persona afectada se encuentra normalmente envuelta en una constante sensación de dependencia, que de no ver satisfecha le puede comportar el síndrome de abstinencia, un círculo vicioso que acaba generando una incidencia negativa muy importante en su vida. Según Gossop, citado en el manual, los elementos característicos de una adicción son:

  1. Un fuerte deseo o un sentimiento de compulsión para llevar a cabo la conducta particular (especialmente cuando la oportunidad de llevar a cabo tal conducta no está disponible).
  2. La capacidad deteriorada para controlar la conducta (especialmente, en términos de controlar su comienzo, mantenimiento o nivel en el que ocurre).
  3. Malestar y estado de ánimo alterado cuando la conducta es impedida o la deja de hacer.
  4. Persistir en la conducta a pesar de la clara evidencia de que le está produciendo graves consecuencias al individuo.

El mayor problema que tienen las adicciones está en los efectos que producen a medio y a largo plazo. Así, quienes fumen cigarrillos ininterrumpidamente posiblemente acabarán muriendo años después de cáncer de pulmón; muchos bebedores excesivos de alcohol lo harán de enfermedades hepáticas o de accidentes y muchas personas dependientes de la heroína o de la cocaína morirán de enfermedades causadas por ellas, como el SIDA o la hepatitis.

Muchas personas dependientes de la heroína o de la cocaína morirán de enfermedades causadas por ellas

Respecto al caso concreto de la drogodependecia, tema de la conferencia que impartió el pasado martes 15 de noviembre el profesor José Miñarro López; se considera que por uso de una droga se entiende el consumo de una sustancia que no produce consecuencias negativas en el individuo inicialmente. Sin embargo, el abuso se da cuando hay un uso continuado a pesar de las consecuencias negativas derivadas del mismo, momento en que se desarrolla la dependencia (conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas en el cual el consumo de una droga, o de un tipo de ellas, adquiere la máxima prioridad para el individuo).

Los criterios de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sugieren la existencia de dependencia física (tolerancia, neuroadaptación y abstinencia), psicológica (aprendizaje y características personales) y social (grupo de afinidad y medio ambiente) en una persona, como elementos complementarios. Incidiendo en la dependencia psicológica, esta comprende la situación en la que existe un sentimiento de satisfacción y un impulso psíquico que exigen la administración regular o continua de la droga para producir placer o evitar el malestar.

Los criterios de la OMS sugieren la existencia de dependencia física, psicológica y social

Uno de los principales factores de riesgo es la etapa de la adolescencia, cuando se da el proceso de búsqueda de la identidad, que se asocia a una progresiva independencia familiar y una creciente influencia del grupo de iguales. Este es el periodo más crítico en cuanto a las conductas de riesgo en general y concretamente el uso de sustancias, siendo el momento en que se comienza a experimentar con ellas.

Uno de los principales factores de riesgo es la etapa de la adolescencia, cuando se da el proceso de búsqueda de la identidad

Según el estudio “Perfiles de consumo intensivo de alcohol en jóvenes” publicado en 2012 por Maite Cortés, profesora en el Máster Oficial en Psicología General Sanitaria de la Universitat de València, junto a otros compañeros; los más jóvenes se inician cada vez más temprano en el consumo de alcohol, considerándolo como facilitador de las relaciones sociales. Además, no son conscientes de las consecuencias negativas derivadas de su consumo, ni siquiera de la posibilidad desarrollar un proceso adictivo.

Ante este tipo de situaciones, cabe destacar que a la Psicología; como ciencia que estudia el comportamiento humano para comprender sus actos y procesos mentales, le corresponde un papel importante en la comprensión del fenómeno del consumo de sustancias, así como en la consiguiente elaboración de programas de tratamiento y prevención, eficaces y eficientes.