.

 

 

        En el Tíbet, lo mismo que en muchos otros países asiáticos, circulan historias sobre un reino legendario que fue fuente de conocimientos y de cultura para las actuales sociedades asiáticas. De acuerdo con las leyendas, era un lugar de paz y prosperidad, regido por gobernantes prudentes y compasivos. Los ciudadanos eran igualmente bondadosos y sabios, de manera que el reino constituía, en general, una sociedad modelo. Aquel lugar se llamaba Shambhala.

 

         Todo el pueblo Shambhala practicaba la meditación y seguia el camino budista de benevolencia e interés por todos los seres. De esta manera, no solamente los gobernantes, sino todos los súbditos del reino llegaron a ser personas sumamente evolucionadas

 

Entre los tibetanos existe la creencia popular de que aún es posible llegar al reino de Shambhala, oculto en algún valle remoto en un rincón de los Himalayas. Hay también cierto número de textos budistas que dan instrucciones, detalladas pero oscuras, sobre cómo llegar a Shambhala, pero las opiniones discrepan en lo que se refiere a si tales instrucciones se deben entender en un sentido real o metafórico. Hay también muchos textos que ofrecen minuciosas descripciones del reino.

 

Otras leyendas cuentan que el reino de Shambhala desapareció de la tierra hace muchos siglos. En un momento determinado, la sociedad entera había alcanzado la iluminación, y el reino se transfiguró en un ámbito más celestial. De acuerdo con esos relatos, los reyes Rinden de Shambhala continúan velando sobre los asuntos humanos, y algún día retornarán a la tierra para salvar a la humanidad de la destrucción.

 

 

En los últimos años algunos estudiosos occidentales han planteado la posibilidad de que el reino de Shambhala haya sido en realidad uno de los reinos históricamente documentados de épocas muy remotas. Por otra parte, muchos estudiosos creen que los relatos referentes a Shambhala son completamente míticos. Si bien es bastante fácil descartar el reino de Shambhala y considerarlo pura ficción, también es posible ver en esta leyenda la expresión de un deseo humano profundamente arraigado y muy auténtico: el de una vida buena y satisfactoria. De hecho, entre muchos maestros del budismo tibetano existe una larga tradición que considera el reino Shambhala no como un lugar físico, sino como el fundamento o raíz de la cordura y el estado de vigilia que existen en forma potencial en todo ser humano. Desde ese punto de vista no tiene entonces importancia que se sepa con exactitud si el reino de Shambhala es realidad o ficción. Lo que importa es que reconozcamos y emulemos el ideal que representa: el de una sociedad iluminada.

 

Para obtener información sobre las enseñanzas Shambhala os remito al libro: SHAMBHALA La senda sagrada del guerrero. Chögyam Trungpa ; editorial Kairós.

 

 

         Ir a contenidos