La Antropología
es la ciencia que estudia al ser humano en sus múltiples facetas,
siendo los restos óseos la principal materia de investigación en la Antropología Biológica.
Asimismo, los restos humanos momificados, bien por las
características ambientales, bien por haber sufrido un
embalsamamiento, constituyen un importante elemento de estudio, no
sólo histórico, sino también científico, debido, fundamentalmente,
al hecho de conservar de forma parcial e indemne estructuras óseas y
órganos blandos.

Es por ello, que la Antropología Biológica
y Forense tiene como objetivo la descripción de las características
morfológicas y anatómicas típicas de una población o grupo humano,
así como también el conocimiento de sus variantes anatómicas, con la
finalidad de poder identificar a los diferentes individuos.
En estudios
arqueológicos, la Antropología Biológica
y Forense va ligada a
la Paleopatología, que viene definida como la
ciencia que estudia la enfermedad en la antigüedad. Se trata, al
igual que la Antropología Biológica
y Forense, de una especialidad fundamentalmente médica, cuya
importancia reside en el conocimiento de cuáles eran las patologías
en tiempos pasados, su morbilidad, mortandad, impacto en los
ecosistemas y los cambios evolutivos hasta llegar a la patología
actual.
Así pues, la Paleopatología
tiene como principal objetivo investigar las huellas que la
enfermedad ha dejado en los restos óseos del ser humano en la
antigüedad, siendo su aspecto más destacable el estudio de las
alteraciones anatómicas producidas por las enfermedades.
Por todo ello, los
restos óseos humanos constituyen la fuente de estudio fundamental en
el campo de la Antropología Biológica
y de
la Paleopatología. Ello permite, en el mejor de los
casos, la investigación de las características de tipo morfológico y
anatómico de un individuo o de una población, así como también, el
estudio directo de las afecciones patológicas, a pesar de la
limitada incidencia de las enfermedades sobre el soporte
esquelético.
Así pues, la
reconstrucción del modus
vivendi de un individuo, población o grupo humano, se consigue,
en primer lugar, mediante la recuperación de los vestigios
arqueológicos y, en segundo lugar, por el estudio antropológico y
paleopatológico.
Por todo ello, el
objetivo principal de toda investigación en restos humanos
arquológicos es determinar la pirámide poblacional y la salud de los
antiguos pobladores, a partir del estudio antropológico y
paleopatológico. Con el fin de poder lograr este objetivo
fundamental, es necesario establecer otros objetivos secundarios,
los cuales son:
a)
Determinar el sexo en
cada uno de los esqueletos individualizados.
b)
Establecer la edad
aproximada en cada uno de los individuos.
c) Calcular
aproximadamente la estatura de los esqueletos individualizados.
e) Diagnosticar las
enfermedades que padecieron y la posible causa de la muerte.
Estos trabajos de
investigación constituyen un estudio preliminar o aproximación
científica sobre el modus vivendi de una antigua población,
dado que la investigación completa debe incluirarqueológico e
histórico.
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