UNA CUARTA HISTORIA: ESCOLAPIO Y EL REY

En un lejano reino hace mucho tiempo, el rey cayó enfermo, y los dignatarios de reino llamaron a Escolapio, el médico más renombrado. Cuando examinó al rey, dictaminó: "Lo que tiene es anemia, y lo que procede es sangrarle".

Al día siguiente el rey había empeorado, y volvieron a llamar a Escolapio. Cuando acudió a verle, dijo: "Lo que hay que hacer está claro: hay que volverle a sangrar".

A partir de este momento las crónicas de lo sucedido divergen. Según unas crónicas, se aplicó al rey la prescripción de Escolapio, y cuando murió el pueblo se sublevó, colgó a Escolapio y proclamó la república.

Según otras crónicas, los dignatarios del reino encerraron a Escolapio en un calabozo y llamaron a un médico rival, que recetó que de forma inmediata se le alimentara bien para recuperar energía, y a continuación hiciera ejercicio para asimilar los alimentos.

Algunas crónicas describen incluso el menú que le recetó, basado exclusivamente en proteinas e hidratos de carbono, a fin de eliminar el tejido adiposo que no sólo no trabaja sino que se aprovecha del trabajo del resto.

Y cuentan dichas crónicas que tanto el rey como sus súbditos vivieron felices, y no comieron perdices porque había sido declarada especie protegida, pero tuvieron una alimentación saludable.