¿IRRESPONSABLES O INGENUOS?
Rafael Pla López
 
A raíz de que miembros del Gobierno cesado pero legítimo de Catalunya reconocieran que lo que habían hecho era una Declaración Imaginaria de Independencia (como yo dejé escrito ya el 3 de noviembre) han menudeado las acusaciones de irresponsabilidad contra ellos, a las que además de los partidos del Régimen del 78 se ha sumado la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero. Pero aparte de que me parezca inadecuado ensañarse con las víctimas de la represión, encuentro injusta dicha acusación. De hecho, los dirigentes independentistas de Catalunya han mostrado un elevado sentido de la responsabilidad evitando la confrontación violenta con el Estado Español. De hecho, lo que hacía imaginaria su Declaración de Independencia era su renuncia a defenderla con las armas en la mano, cosa que hace absurdo que se les acuse del delito de "rebelión" penalmente tipificado como una actividad violenta. Por cierto que a los miembros del PCE, que no ocultábamos nuestro propósito de acabar con el régimen franquista, el tardofranquismo no nos acusaba de "rebelión" o "sedición", sino de asociación ilícita o de manifestación o propaganda ilegal. De la impresión de que los actuales aparatos represivos del Estado, para evitar tales acusaciones con tufo franquista, han ido más allá del tardofranquismo, eso sí, quizás emulando al franquismo temprano que acusaba de "rebelión" a quienes defendían la República frente a la rebelión militar franquista.

I sembla cínic acusar a Puigdemont d'enganyar al poble català, quan des de la repressió de l'1 d'octubre va donar repetits indicis de la inviabilitat d'una Declaració Unilateral d'Independència efectiva, primer ajornant-la demanant diàleg amb el Govern central i després amagant amb una convocatòria d'eleccions autonòmiques per a propiciar aquest diàleg. I de resultes d'això va ser acusat de traidor per la seua base social (no només la CUP) que únicament acceptava una Declaració d'Independència. Aquestes acusacions no em resulten estranyes: també el PCE vam ser acusats de traició en la transició postfranquista, presumiblement per no haver asaltat, amb unes armes que no teníem, el Palau del Pardo o els de la Zarzuela o la Moncloa per aconseguir amb un trencament democràtic la fi efectiva del franquisme.

Eso sí, los dirigentes independentistas parecen haber pecado de ingenuidad creyendo que no se iban a usar contra su Declaración de Independencia todas las fuerzas represivas de un Estado cuyo Jefe nominal utiliza una terminología ya no franquista sino medieval, reprochandoles su falta de "lealtad" a dicho Estado. La verdad, no me imagino al torturador Ballesteros acusándome de falta de lealtad al franquismo: su sentido del ridículo le hubiera impedido utilizar una terminología ante la que no hubiera podido contener una carcajada.

Es decir, la ingenuidad de los dirigentes independentistas consistió en haber creído, aparentemente, que el Estado Español actual era un Estado Democrático.