Jorge,
Amparo Salvador me va enviar una entrevista amb "Carrete" y "Matías" publicada en Las Provincias, que t'adjunte al final, on ataquen directament al PCE.
Si te sembla oportú podiem enviar un article contestant. T'adjunte un esborrany. Si te sembla, ho podriem completar amb les dades de que disposes a través d'AGE i el podriem signar els dos com a membres del PCE.
Ja me dius.
Salutacions comunistes
-- 
Rafael Pla-Lopez
mailto:Rafael.Pla@uv.es
http://www.uv.es/~pla
NO A LA GUERRA - STOP THE WAR
ALTRA CONSTITUCIÓ ÉS POSSIBLE
ANOTHER CONSTITUTION IS POSSIBLE
VIVE LA FRANCE!
DAPPER HOLLAND!

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EL PCE Y LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

En Las Provincias del 25 de septiembre aparece una curiosa entrevista con los ex-guerrilleros "Carrete" y "Matías" que afirman "mirar al pasado sin odio". Por lo que parece el rencor lo reservan para sus ex-compañeros de la guerrilla antifranquista, rencor que les lleva a vertir mentiras para intentar ensuciar la limpia historia del PCE en la lucha antifranquista desde los años de la inmediata postguerra.

Los susodichos, por otra parte, afirman cosas que harían enrojecer a cualquier persona que tenga un mínimo conocimiento de lo que es una guerra de guerrillas, tales como que primero "todo se resolvía por mayoría" y después "se acabó la democracia interna". Sabiendo que en una guerrilla es esencial la coordinación, el secreto y la rapidez, resulta difícil entender que las decisiones se pudieran tomar mediante votación después de un amplio debate, única forma de garantizar la democracia interna. Por otra parte, reivindicar la "autonomía" de los combatientes armados respecto de las direcciones políticas sería similar a defender la "autonomía" del Ejército respecto del Gobierno, cosa que nos retrotraería a un 18 de Julio o a un 23 de Febrero. De hecho, era la dirección política lo que garantizaba el carácter político de la lucha guerrillera, en el caso que nos ocupa en defensa de la legitimidad republicana, evitando su degeneración.

Por otra parte, hay que recordar que los guerrilleros antifranquistas veían su lucha como una parte de la lucha general en Europa contra el fascismo, y vinculaban su victoria a la victoria de los Aliados contra Hitler y Mussolini. Por ello, cuando finalizada la Segunda Guerra Mundial se hizo patente que las potencias occidentales aceptaban el régimen de Franco y que era inviable la derrota militar del mismo, la dirección PCE acordó el fin de la lucha guerrillera, dado que no tenía sentido continuar con los sacrificios y sufrimiento que suponía sin perspectivas de que condujera a la victoria de la democracia en España. Pero el PCE no se limitó a ello, sino que organizó la evacuación de los guerrilleros y guerrilleras fuera del territorio del Estado Español para garantizar su seguridad, y desarrolló una nueva estrategia basada en el impulso de movilizaciones pacíficas y de unidad de todas las fuerzas democráticas para llegar a la consecución de las libertades democráticas.

En la situación actual, después de que la forma en que se produjo la transición llevó a un olvido momentáneo de quienes combatieron al franquismo en la primera hora con las armas en la mano, es el momento de rendir homenage a los hombres y mujeres que dieron todo para luchar por sus ideales republicanos y democráticos. Pero ello nunca puede hacerse tergiversando, de nuevo, la historia, sino restituyendo la memoria histórica injustamente olvidada.




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LAS PROVINCIAS 25 DE SEPTIEMBRE DE 2005
 
EDICIÓN IMPRESA
Valencia
Palabras de GUERRA
Dos maquis recuperan del pasado la historia más sangrienta
Lucharon por la libertad y vivieron al filo de la muerte. El 2 de octubre se celebra en Santa Cruz de Moya el día del guerrillero español con un homenaje a los maquis de Cerro Moreno, donde murieron 12 camaradas. Dos guerrilleros de Valencia rememoran su pugna por la democracia.

Eulalio Barroso y Pedro Alcorisa, dos guerrilleros que viven en Valencia desde donde miran al pasado sin odio.

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huidas interminables a través de la noche. Intenso frío en invierno y sofocante calor en verano. Lluvia y fuertes nevadas. Estos eran los compañeros perpetuos del guerrillero español en las agrestes zonas del país. Una odisea completa entre el riesgo de ser delatado por desertores o el peligro de causar represalias a los que confiaron en la guerrilla. Después de la guerra civil, una terrible y silenciosa pugna entre las autoridades franquistas y la resistencia republicana desangró a cientos de familias en las zonas rurales de España.

Eulalio Barroso, el Carrete , y Pedro Alcorisa, Matías , son un par de ancianos que conservan fresca en su memoria la historia de los maquis. Eulalio nació en Extremadura y Pedro en Santa Cruz de Moya (Cuenca). Ellos mismos se “echaron al monte” después de colaborar en el abastecimiento de la guerrilla. Ambos viven ahora en Valencia. No quisieron regresar a sus pueblos cargados de agridulces recuerdos.

El cuerpo de Eulalio se estrelló contra una puerta con sólo 16 años, cuando la autoridad descubrió que su familia había transigido con que la guerrilla les robara animales para alimentarse. Dos de sus hermanos ya habían huido y se habían unido a los maquis. Un fusil le apuntaba fijamente: “O me dices dónde están tus hermanos o te mato”. Esas palabras marcaron su destino. Antes del amanecer tenía que escapar. “La casa estaba rodeada de centinelas pero me pidieron que fuera a ordeñar las vacas, así que salí y me excusé diciendo que tenía que hacer de vientre. En cuanto pude corrí hacia la base de los maquis”, sostiene.

Se integró en un ambiente nuevo. Eulalio conoció en las montañas a hombres y mujeres de todos los partidos de izquierdas. “Sin embargo, no había problemas de choque, porque todo se resolvía por mayoría”, explica. Los guerrilleros establecieron normas cívicas de convivencia y un ejemplo es que el abuso de mujeres estaba duramente castigado. “Llevábamos una vida muy social, se establecían turnos de trabajo para cocinar, recoger la leña o ir a por agua; así como hacer guardias de vigilancia”.

Todo cambió cuando el Partido Comunista (PC) designó el Estado Mayor para dirigir la guerrilla. “No conocían el campo y se acabó la democracia interna. Tampoco les importaba comprometer a gente y que después acabara en la cárcel, allí pensaban que se llevaría a cabo la revolución, pero nosotros no queríamos ver a la gente que nos ayudaba en prisión”, relata Eulalio. Tanto él como Pedro afirman que el “dinero del PC para la guerrilla se lo quedaban los familiares del Estado Mayor”. Mientras, sus seres queridos eran condenados a varios años de prisión, deportados o asesinados.

No quiso
Pedro Alcorisa fue descubierto como colaborador de los maquis y tuvo que huir del pueblo. En la aldea en que vivía, mucha gente era de UGT. La Guardia Civil tenía mala fama y “durante la guerra era el coco con que los padres asustaban a sus hijos”, recuerda Pedro. Su labor guerrillera fue servir de “enlace” o de coordinador de operaciones entre las unidades guerrilleras. Apenas paraba de moverse entre campamentos: “Dormía al raso, cruzaba ríos helados... Un día un compañero se empapó y cuando nos acogieron unos campesinos en vez de secarse se puso a comer. Al salir temblaba y no podía ni moverse”, recuerda Pedro con humor.

Este veterano guerrillero señala algunos de los errores que acabaron con los maquis, como la llegada de hombres de Francia: “Pensaban que esto era como allí, donde todo el mundo estaba en contra de la ocupación nazi, pero no tenía nada que ver”. Pedro reconoce que muchos de sus compañeros se confiaban: “Un desertor nos delató y no cambiamos el campamento de sitio. Al día siguiente, llegó la Guardia Civil”. Entonces se produjo uno de los pocos milagros que le pueden ocurrir a una persona en tal situación, una reacción producto de las emociones contrariadas entre vecinos y conocidos enfrentados: “Un agente nos vio y no quiso disparar”, susurra Pedro.

Al grupo de Eulalio lo delató el propio comisario político que los acompañaba en los años de decadencia de los maquis. Una Nochevieja, 100 agentes les rodearon y el pánico cundió entre la guerrilla. “Uno de mis compañeros cayó con la tapa de los sesos levantada y su propia sangre me salpicó. Todo porque un compañero nos traicionó”, explica con tristeza. Ni siquiera podía atender a los heridos, a no ser que secuestrara un médico y lo llevara con el afectado. Muchas heridas de bala acababan en gangrena.

Existen cientos de leyendas sobre los maquis. Mitificado o aborrecido, el guerrillero español subsistió en medio de la miseria y la oscuridad. En muchos bosques de España aún parece que unos ojos vigilan con recelo. Un sueño de libertad que murió agónico y que ahora revive en el amanecer de Cerro Moreno.

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NOTA: en otro artículo termina afirmando que "En 1948, el Partido Comunista ordenó desmantelar la guerrilla, pero los maquis continuaron la lucha, sin apoyos, hasta 1952."