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Soy Antonio Livabio y si estás leyendo estas líneas es porque debes estar interesado en conocer los dos secretos de la piedra filosofal, que logré averiguar tras una vida entera dedicada al estudio de la historia de la química. Y también significa que has reconocido el año en que se publicó la obra fundamental con la cual nació esta ciencia que tanto nos cautiva. En 1789, Antoine-Laurent de Lavoisier publicó su archiconocido Tratado elemental de química, en el que aparecen, entre otras aportaciones capitales, su definición de elemento, su explicación del fenomeno de la combustión y la ley de conservación de la masa, ilustradas con los excelentes grabados y los esquemas de los aparatos usados que elaboró Maria-Anne Paulze, su esposa y su compañera de trabajo en el laboratorio.

Jacques-Louis David, El matrimonio Lavoisier. Metropolitan Museum, Nueva York)

Algunos de esos instrumentos, en realidad, habían sido creados en los siglos anteriores por los alquimistas y, tras pequeñas adaptaciones, se pueden encontrar incluso, en un laboratorio actual, como en el que te encuentras ahora. Otros de los que utilizarás, en cambio, fueron creados en los siglos XIX y XX. Pero lo que es indudable es que sin ellos la química nunca habría alcanzado el fabuloso grado de desarrollo del que goza hoy en día. En mi opinión, quien ignora esas herramientas, sus propiedades y su modo de empleo no es digno de adentrarse en los secretos de la piedra filosofal. Tampoco quien carece de ingenio suficiente como para resolver algunos enigmas sencillos. Así que, antes de desvelaros ningún misterio, deberéis demostrar poseer ambos requisitos.

Para ello, simplemente necesitáis obtener un código de nueve letras (que representaré, de momento, por xxxxxxxxx).
Cuando lo tengáis, id a la página web: www.uv.es/pou/xxxxxxxxx.html (escribiendo ese código en lugar de las x, las 9 letras en minúscula) y resolved la primera prueba.