CORPUS PRESEVAL
II. OBTENCIÓN DE LAS MUESTRAS DE HABLA
2.3.1. La entrevista
Dado que los objetivos de nuestra investigación atienden, fundamentalmente, a problemas de variación sociolingüística, se ha seleccionado la entrevista semidirigida como la técnica más idónea para nuestros fines. Se trata de una técnica de encuesta directa semiestructurada(1) que nos permite obtener muestras de actuación lingüística que reflejarán el uso de ciertos rasgos gramaticales y pragmáticos ya predeterminados. Asimismo, se ha considerado más conveniente la grabación individual(2) y se ha procurado que la entrevista propiciara la aparición de secuencias textuales narrativas, descriptivas, expositivas, argumentativas y de diálogo.
La situación comunicativa diseñada se corresponde con un registro de uso semiformal(3) o neutral como apunta López Morales (1994: 77-78). En esta interacción entrevistador (E) –informantes (I) cabe señalar que quien ha actuado como entrevistador en todas las conversaciones semidirigidas es un profesor del Departamento de Filología Española de la Universidad de Valencia, bilingüe castellano-catalán y residente en el área metropolitana; resulta un desconocido para los informantes y la forma de acceso a ellos ha sido a través de los alumnos(4), quienes han participado como oyentes (audiencia, A) en las entrevistas.
El entrevistador, al ir variando los focos temáticos o centros de interés, condiciona con sus intervenciones la elección del tipo de texto (secuencias discursivas) así como el modo de construcción del mismo por parte del informante y, considerando que lo interesante es el uso lingüístico de los hablantes, se limita a dirigir la interacción actuando de forma participativa ante determinadas manifestaciones del informante (hacer comentarios, intercambiar ideas, etc.), aproximando así la entrevista a una conversación para que las palabras fluyan de la manera más natural posible. La pertenencia del entrevistador a la comunidad objeto de estudio permite que la entrevista se convierta en una actividad comunicativa natural gracias al conocimiento de los hábitos de comportamiento lingüístico y de las normas socioculturales que regulan las interacciones en dicha comunidad.
Las conversaciones se han grabado de forma ordinaria, es decir, con el magetófono a la vista, y se han realizado, casi en su totalidad, en el despacho del entrevistador con una duración entre treinta y cuarenta y ocho minutos. Los alumnos que han actuado como mediadores son amigos, conocidos o familiares de los informantes y su presencia en la entrevista como oyentes (participantes pasivos casi en su totalidad), pretende neutralizar la ‘formalidad' del despacho, lugar que podría resultar extraño al entorno cotidiano del hablante, así como disminuir una cierta intimidación potencial.
El proceso de la entrevista se ha desarrollado como sigue:
a) Una vez en el lugar previamente citado, se procede a los saludos iniciales entre investigador e informantes actuando los alumnos como presentadores. Actualmente, las convenciones comunicativas que regulan las relaciones entre los interlocutores ya no se basan prioritariamente en un sistema de clasificación social rígida (jerarquía), sino que es la relación de familiaridad (simetría) el factor que ha adquirido una pertinencia fundamental; ello motiva que la diferencia en la deíxis social de los tratamientos (tú/usted) sea más producto de carácter estratégico que de las diferencias de clase, estamento o grupo social. Las relaciones establecidas en este primer momento entre ambos participantes así como las formas de tratamiento utilizadas (Brown y Gilman, 1968) aparecen en la ficha técnica de cada entrevista.
A continuación, el entrevistador informa parcialmente a su interlocutor del propósito de la investigación y de cómo se desarrollará la interacción comunicativa (lograr la máxima participación del informante, temas preferidos, respeto a sus opiniones, etc.). El objetivo final es que el entrevistado se sienta cómodo y actúe con naturalidad. El alumno, que participa como oyente en la entrevista, toma notas sobre rasgos extralingüísticos (gesticulaciones, miradas, etc.) que faciliten la posterior interpretación del texto. Finaliza esta primera parte cumplimentando la ficha técnica y el entrevistador garantiza la supresión o modificación de nombres de personas y lugares que posibiliten la identificación del informante en la difusión de los materiales lingüísticos.
Esta primera fase no se ha grabado en cinta magneotofónica en la mayoría de las entrevisas; no obstante, las formas de tratamiento empleadas han quedado registradas en el discursos de los participantes, donde podrá comprobarse la tendencia general a adoptar un sistema de relaciones simétricas, sustituyendo la distancia social (vertical) (+/- poder) por la relación horizontal de solidaridad (+/- familiaridad).
b) Seguidamente se inicia la grabación conversando sobre módulos narrativos, que a su vez contienen aspectos afectivos: la infancia, la escuela, la primera comunión, juegos, fiestas de aquella época. En la misma línea narrativa se tratan temas como el servicio militar, las vacaciones pasadas, cómo conoció a su pareja, etc. Esta fase interactiva dura entre diez y quince minutos.
Sigue un conjunto de temas que facilita el texto expositivo: la profesión, aficiones, tiempo libre, evolución e historia de la ciudad, tradiciones y costumbres, organización de una fiesta familiar, recetas de cocina, etc. Este bloque se combina con una serie de núcleos temáticos que posibilitan la argumentación: problemas sociales actuales, conflicto generacional, ventajas e inconvenientes del sevicio militar, problemas de la juventud actual, masificación universitaria, la inmigración, persuasión a los hijos sobre droga, tabaco o bebidas, seguridad-inseguridad ciudadana, etc. El entrevistador debe procurar que las secuencias expositivas abarquen unos ocho a diez minutos y las argumentativas entre cinco y diez minutos.
Después se trata una serie de cuestiones que favorece la aparición del discurso descriptivo: la casa, el barrio, domicilios anteriores, lugar de veraneo, reformas en la vivenda, etc. Este tipo de secuencias comprende entre cinco y diez minutos
Este conjunto de secuencias narrativas, expositivas, argumentativas y descriptivas no tienen por qué desarrollarse de forma compartimentada ni en el mismo orden en todas las interacciones, sino que pueden combinarse internamente según el discurrir más natural de la entrevista. Posteriormente, el etiquetado marcará cada uno de los fragmentos discursivos. Sin embargo, es conveniente iniciar siempre la entrevista por las ‘historias de vida' (Pujadas, 1992) puesto que con estos núcleos temáticos se consigue reducir el nerviosismo y tensión iniciales al tiempo que involucran emocionalmente al entrevistado y favorecen la relación de proximidad entre entrevistador e informantes.
Por último, se entabla entre encuestador e informante un diálogo (pregunta-respuesta con intervenciones cortas) sobre temas reales e hipotéticos: viajes, lotería, jubilación, visión de futuro, etc. Esta última fase interactiva dura ente cinco y diez minutos
c) Finalizada la grabación, agradecemos al informante su participación y puede continuar la charla entre entrevistador, informante y alumno con comentarios sobre el desarrollo de la grabación o de otra índole.
Presentado el desarrollo de la entrevista semidirigida, consideramos oportuno justificar la selección de esta técnica de recogida de datos, especialmente por dos aspectos que convierten esta técnica en un procedimiento útil y dúctil. En primer lugar, la idoneidad de esta técnica directa para los fines de la investigación, esencialmente variacionistas; y en segundo orden, la delimitación de la entrevista como un género de discurso, caracterizado por unos determinados rasgos contextuales que lo diferencian de otros géneros orales similares (coloquio, tertulia, debate, mesa redonda, etc.), así como la conveniencia de no utilizar dicho término como sinónimo de conversación(5).
1. Como técnica directa
Si la finalidad de la investigación es describir y explicar los procesos de variación lingüísticos más relevantes en los distintos centros urbanos, identificando cuáles muestran una variación estable y cuáles corresponden a cambios en progreso tomando en consideración factores sociológicos, lingüísticos y estilísticos, tanto la diversidad de los entrevistados como la variedad de módulos temáticos tratados permiten la producción discursiva de diferentes secuencias textuales y garantizan una variabiliad lingüística notable de los fenómenos, especialmente de los componentes fónico y sintáctico.
En la interacción mantenida, el diseño de los módulos temáticos ofrece una serie de asuntos que favorece actividades discursivas distintas y garantiza una frecuencia de aparición, en la medida mínima necesaria, de los fenómenos lingüísticos más relevantes de la lengua española actual. Ello permitirá someter los datos reales observados y recogidos mediante un ‘método experimental' (Milroy, 1987: 3-5) a un análisis cuantitativo y multivariable.
Asimismo, la interacción cara a cara puede conducirse como una conversación espontánea, con un grado mínimo de formalidad si la tensión comunicativa es reducida o nula, incluso como una conversación libre si los módulos temáticos que sirven de guía para la comunicación están bien adaptados. Es obvio que el adjetivo ‘semidirigida' indica de un lado, unos objetivos clara y previamente establecidos, y, de otro, cierta flexibilidad en el grado de estructuración de la comunicación ya que se pueden añadir preguntas, alterar el orden de los temas, etc. siempre procurando no plantear cuestiones incómodas o que los saltos de un tema a otro provoquen confusión o bloqueo en el entrevistado. Ante el conjunto de cuestiones que integran cada módulo temático, diseñados para provocar actividades discursivas diferentes así como para asegurar una aparición suficiente de las variables predeterminadas, el informante puede no responder a todas, al menos, nosotros no lo consideramos necesario. El abanico temático permite que el informante se exprese sobre algunas de ellas, todas o las que más le interesen, hecho que deberá averiguarse en el preámbulo de la entrevista; el objetivo último es conseguir un mínimo de cinco minutos para cada estilo discursivo.
Por último, la entrevista semidirigida permite aplicar estrategias para que el investigador (entrevistador) desarrolle una observación participante (6), para conseguir un discurso no preparado ni planificado por parte del entrevistado y para lograr que se produzca una actuación lingüística variada en un registro neutro, bastante uniforme(7). Evidentemente, la mayor responsabilidad corresponde al entrevistador, dado que su misión consiste en mantener ese tono conversacional neutro, en realizar comentarios y valoraciones positivos que refuerzen la autoestima del informante (expresiones, gestos, sonrisas, etc.), y en cambiar de tema al menor síntoma de incomodidad por parte del entrevistado (8).
2. Como género de discurso
Todos conocemos que en el uso de la lengua existen unas formas discursivas convencionales que se corresponden con unas situaciones comunicativas definidas, principalmente, por características socioculturales: se trata de los géneros de discurso, reconocidos por los hablantes por su formato externo, y que constituyen una lista amplia y abierta (9).
Nadie duda de que la entrevista, como actividad lingüística, es una conversación puesto que los interlocutores que hablan se encuentran implicados voluntariamente y participan en la construcción global del texto. Si consultamos las definiciones lexicográficas:
Entrevista: (DRAE)(10) 1. Acción y efecto de entrevistar o entrevistarse. 2. vista, concurrencia y conferencia de dos o más personas en lugar determinado, para tratar o resolver un negocio. (DEA)(11) 1. Encuentro entre dos o más personas para tratar un asunto. 2. Conversación con una o varias personas a las que se somete a distintas preguntas.
Entrevistar: (DRAE ) 1. Mantener una conversación con una o varias personas, acerca de ciertos extremos para informar al público de sus respuestas. 2. Tener una entrevista con una o varias personas para un fin determinado. (DEA) 1. Hacer una entrevista a alguien. 2. Tener una entrevista dos personas, o una con otra.
Conversación: (DRAE ) Acción y efecto de hablar familiarmente una o varias personas con otra u otras. (DEA) Acción de conversar.
Conversar: (DRAE ) Hablar una o varias personas con otra u otras. (DEA) Hablar dos o más personas, o una(s) con otra(s), especialmente, en tono corriente o familiar.
Se puede concluir que ‘conversación' actúa como hiperónimo, protogénero, acción o un tipo de comunicación, pero que también lo sería de tertulia (DRAE : reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse. DEA: conversación entre dos o más personas) o de coloquio (DRAE : conversación entre dos o más personas; DEA: conversación), entre otros. Dado el frecuente uso de los términos ‘entrevista' y ‘conversación' como sinónimos, nuestro objetivo es destacar la conveniencia de diferenciar los diversos géneros de discurso que se actualizan oralmente, mediante la conversación o el habla, porque responden a formatos socioculturales distintos.
En esta línea, valgan como ejemplo las observaciones del grupo ValEsCo (Briz, coord., 1995: 23) al señalar que conviene no confundir el español coloquial y la conversación coloquial. Posteriormente, manifiestan que a menudo se confunde conversación con conversación coloquial (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 17-20); de ahí que delimitan el prototipo de conversación coloquial y establecen unos parámetros capaces de identificar el grado de coloquialidad de una conversación (12). El objetivo de este grupo de investigadores es caracterizar, desde un punto de vista tipológico, el español coloquial.
Ciñéndonos a la entrevista como género discursivo oral(13), la reconocemos como una comunicación -interacción- dual o plurigestionada, cuyo formato estereotipado queda caracterizado por los siguientes rasgos socioculturales, agrupados en los tres niveles que indican Günthner y Knoblauch (1995: 8):
Una vez descrito el conjunto de rasgos distintivos que identifican la entrevista como un género de discurso y la adscriben a un formato culturalmente reconocido, nos parece oportuno detenernos en las dos características lingüísticas y textuales que actúan como elemento relevante en esta investigación. Son el registro y las estructuras secuenciales, ambos pertenecientes al nivel de la estructura interna; tratamos ahora el registro y dedicaremos el punto siguiente, por su especial interés, a los estilos discursivos o secuencias textuales.
Un concepto importantísimo para la sociolingüística es el de ‘estilo' y/o ‘registro'(15). Tanto Labov (1966) como Bell (1984) han usado ‘estilo', aunque con perspectivas diferentes. Mientras la tesis de Bell defiende que el estilo es, esencialmente, una respuesta del hablante ante su público (“audience design” contexto estilístico definido por la audiencia), el ‘estilo' laboviano se refiere al grado de atención que el hablante presta a su propio discurso (discursos formales à atención máxima; discursos informales à atención mínima). Nosotros preferimos hablar de registro y adoptamos las propuestas de Halliday (1982: 32-41) y Gregory y Carroll (1986: 107-123). En el caso que nos ocupa, la variedad sinfásica de las entrevistas realizadas queda determinada por:
Por otra parte, mucho se ha escrito sobre las ventajas e inconvenientes de actuar un único entrevistador. Es evidente que la relación interpersonal varía según los participantes, ya sea por diferencias sociales, culturales, generacionales, etc. respecto del entrevistador. Pero como señala Kvale (1996), en la entrevista semidirigida sociolingüística también el entrevistador se ve afectado él mismo por la experiencia cambiante que vive. Nuestra misión consiste en neutralizar dichos desajustes y conseguir que la interacción se desarrolle de la forma más fluida y menos formal posibles ya sea con la introducción de nuevos temas, ya sea potenciando la ayuda y participación del alumno oyente, ya sea con otras estrategias.
Una estrategia que nos ha dado muy buen resultado para reducir el grado de formalidad y conseguir un índice de espontaneidad aceptable desde el principio de la entrevista, ha sido tratar en primer lugar temas que involucran emocionalmente al entrevistado, temas recurrentes en toda entrevista sociolingüística, las historias de vida (Pujadas, 1992): hablar de su infancia, de juegos de aquella época, de la primera comunión, de los abuelos, etc., pues estos segmentos narrativos se producen con la mínima autocorrección y facilitan el ‘bajar la guardia'. Si tras esta secuencia narrativa el entrevistador observa que aún existe cierta tensión comunicativa o autoobservación por parte del entrevistado, debe continuar con el núcleo temático de aficiones, intereses, gustos del informante, etc.
NOTAS
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(1) |
Una presentación general así como la estructuración de la misma en sus diferentes fases se ha tratado en Gómez Molina (2001: 32-37). Asimismo, cabe recordar, como apunta Turell (1995b: 32) en aras de la ética de la investigación sociolingüística, la necesidad de informar al entrevistado de la posible publicación o consulta abierta de la entrevista y conseguir su autorización. Son varios los autores que han escrito sobre la entrevista; puede ampliarse la información en Milroy (1987: 41-67), Moreno (1990: 94-98) y López Morales (1994: 75-91). También Pradilla (1998: 207-238) la considera una de las técnicas de recogida de materiales más destacadas en la sociolingüística variacionista; Boix (1998b: 239-283) reflexiona sobre su utilidad y da algunas pistas para mejorar la entrevista sociolingüística; y Silva Corvalán (2001: 57-62) desarrolla está técnica de recogida de datos. |
(2) |
La grabación se ha realizado con una máquina DAT (Digital Audio Tape-Corder) TCD-8 de SONY y ha quedado registrada en cintas DAT Master de 64 minutos.En unas ocasiones, el micrófono ha quedado ajustado en un soporte móvil sobre la mesa; en otras se ha utilizado el micrófono de solapa |
(3) |
Se correspondería con el estilo 'consultivo' de Joss (1962). Este autor establece una escala de cinco estilos: íntimo, casual, consultivo, formal y congelado. El estilo consultivo es el más neutro y es el que se emplea en la conversación con desconocidos. López Morales (1994: 76) clasifica los estilos de lengua en espontáneo, neutral, cuidadoso y muy cuidadoso. |
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(4) |
Son los alumnos que cursan la asignatura de segundo ciclo Sociolingüística española o el programa de doctorado La variación interlingüística en el español oral. |
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(5) |
En la literatura sociolingüística se utilizan, a menudo, como términos sinónimos ‘entrevista' y ‘conversación' (Moreno, 1990: 95; Silva Corvalán, 2001: 57). |
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(6) |
Actuación que le permite comprender ciertos hechos sociolingüísticos en su contexto inmediato y anotar los distintos fenómenos de conducta paralingüística. |
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(7) |
Como puede comprobarse en el corpus, en varias ocasiones aparecen discursos exteriores a la entrevista, ya sea entre informante ß à oyente, ya sea entre entrevistador ß à informante ß à oyente, o por la aparición de otras personas (señora de la limpieza, etc.), pero siempre en un ambiente distendido que facilita el tono informal de los participantes. |
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(8) |
Lavandera afirma que ni el diseño de la encuesta, ni el lugar donde se desarrolla son tan importantes como la personalidad del investigador para asegurar la obtención de unos materiales valiosos para el estudio sociolingüístico. Según nuestra experiencia, el entrevistador puede y debe usar ciertas estrategias verbales (interpretar las respuestas, solicitar aclaraciones, estimular, dar confianza y seguridad, sugerir hipótesis, ...) y no verbales (mantener contacto visual, una expresión facial agradable, movimientos gestuales con la cabeza, las manos, etc.). |
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Batjín (1979: 252-3) ya consideró la estrecha relación entre 'género' y ‘estilo funcional'; y estableció la existencia de un determinado género según cuatro factores: los temas, la estructura interna, el registro (estilo funcional) y la estabilidad de todo ello. Isenberg (1987: 101) denomina ‘clase de texto' a toda forma de texto, cuyas características pueden fijarse mediante la descripción de determinadas propiedades; y señala como denominaciones de uso común: diálogo, decreto, instrucciones de uso, conversación en la mesa, etc. Por su parte, Biber (1988: 68) distingue entre una categoría general, superordinada, que denomina ‘ way of speaking' y una categoría específica que puede considerarse como ‘ genre '; y señala: “I use the term ‘genre' to refer to text categorizations made on the basis of external criteria relating to author/speaker purpose”. Según su propuesta, el ‘modo de habla' sería la entrevista y el ‘género' la entrevista semidirigida. Este mismo autor (1989) describe los ‘géneros' como categorías de texto que los hablantes de una lengua son capaces de identificar; y como ejemplos cita la novela, el reportaje periodístico, el editorial, el artículo académico, la conferencia, la conversación cotidiana, etc. Desde la Etnografía del Habla, Duranti (1992: 64) entiende por ´género' un tipo de unidad de discurso con particulares características formales y de contenido. Señala como ejemplos de géneros, entre otros: el sermón, el interrogatorio, la conferencia, el chiste, la adivinanza y la conversación; ésta última sería el género por excelencia según los analistas de la conversación. Con un propósito integrador de diversas propuestas, Maingueneau (1996: 44) señala que el término ‘género del discurso' se refiere a dispositivos de comunicación socio-históricamente definidos: los sucesos, el editorial, el interrogatorio policial, la conferencia universitaria, el informe, etc. |
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(10) | Real Academia Española (1992). Diccionario de la Lengua Española . Madrid: Espasa Calpe, 21ª edición ( D.R.A.E .). |
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(11) | M. Seco, O. Andrés y G. Ramos (1999). Diccionario del español actual . Madrid: Aguilar. ( D.E.A .) |
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(12) | Todo ello aparece en Briz, coord. (1995: 25-36) y Briz (1998). |
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(13) | Boix (1998b: 243) la define así: “L'entrevista és un mètode de transmissió dialògica de la informació amb normes d'interacció i interpretació pròpies, de manera que constitueix un gènere diferenciat”. |
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(14) | Castellà (1992: 237), al clasificar los textos reales según ámbitos de uso, adscribe la entrevista a los medios de comunicación. Por su parte, Calsamiglia y Tusón (1999: 41) la catalogan como práctica discursiva oral en los ámbitos periodístico y de la vida cotidiana. |
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(15) | Moreno (1998: 92-102) muestra un lúcido y somero desarrollo de ambos términos, manifestándose partidario de la diferenciación, opinión que también compartimos. |
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