CORPUS PRESEVAL
II. OBTENCIÓN DE LAS MUESTRAS DE HABLA
2.3.2. La encuesta: estilos discursivos.
De acuerdo con la planificación diseñada para la entrevista semidirigida y complementando las consideraciones metodológicas anteriores, interesa ahora valorar las secuencias textuales(1) que constituyen el cuerpo de la interacción y que responden a la intervención participativa de los interlocutores.
El texto o discurso, como realización lingüística de un hecho comunicativo, ha sido objeto de estudio desde diferentes disciplinas (Retórica, Semiótica, Lingüística del texto, Análisis del discurso, Psicolingüística, Lingüística cognitiva, Enseñanza de lenguas, etc.) y ello ha comportado un metalenguaje diverso y, en ocasiones, confuso(2). Pero nuestra tarea aquí no es dilucidar sobre estas cuestiones conceptuales o epistemológicas, sino que tras haber delimitado la entrevista semidirigida como género de discurso en el punto anterior, comentaremos ahora las distintas estructuras secuenciales como sucesión de partes que integran dicho texto -unidad comunicativa- y como concepto que amplía la anterior visión de estilo(3).
En el ámbito de la sociolingüística, tanto Lavandera (1984: 125-130) como Silva- Corvalán (1989) ya destacaron que la relación entre el significado y la función (intencionalidad) debería formar parte importante de una teoría integrada de la sociolingüística. Años más tarde, Silva-Corvalán (2001: 120) comenta el énfasis que ha adquirido el estudio de la relación entre el estilo y otros componentes que intervienen en la dinámica de la interacción y señala que estos nuevos planteamientos han hecho variar la metodología de obtención de datos introduciendo factores que permitan señalar en un estudio variacionista:
El objetivo de este apartado es, pues, demostrar cómo la encuesta diseñada permite una matriz estilístico-textual que contribuye a desarrollar uno de los parámetros implicados en el examen de la variación sintáctica. Martín Butragueño (1996) señala que la variación gramatical depende de la perspectiva del discurso y requiere el análisis de factores sociales, estilísticos, pragmáticos y contextuales internos. En la obtención de nuestro corpus adquieren una relevancia especial las diferentes secuencias textuales, clasificadas según la finalidad o propósito comunicativo. Evidentemente, la clasificación establecida es una cuestión opinable: por qué secuencias narrativas, descriptivas, expositivas, argumentativas y dialogales(4).
La estructura esquemática de la entrevista semidirigida combina una serie de propósitos comunicativos (funciones(5)), que se corresponden con diferentes secuencias(6). En el punto anterior hemos adscrito a este género de discurso un doble tenor funcional, propósito interactivo y transaccional, puesto que conjuga el establecimiento y mantenimiento de relaciones interpersonales (contenido interactivo) con la transmisión de información, más o menos creativa, a través de un conjunto de secuencias encadenadas que corresponden a diversos tipos de texto (narrativo, expositivo, argumentativo, etc.).
Dado que la actividad conjunta comunicativa condiciona la forma y estructura de los textos, las variables gramaticales objeto de estudio se relacionan más con el segundo tenor, considerado fundamental por constituir el cuerpo de la interacción, puesto que la producción lingüística del entrevistado, además de informarnos sobre diferentes hechos de su vida, opiniones, sucesos reales e hipotéticos, etc., proporciona un contenido lingüístico secuenciado en diferentes enunciados (7), adecuando su intervención a las preguntas o peticiones formuladas por el entrevistador. Dicho contenido no solo muestra las preferencias gramaticales de uso individual en los diferentes tipos de discurso sino, también, cuáles son las construcciones más constantes en cada secuencia textual.
Con objeto de justificar las secuencias textuales adoptadas, presentamos una somera referencia sobre la complejidad que encierra la diversidad de criterios utilizados en la taxonomía textual. De las distintas propuestas de tipologización hemos seleccionado tres:
• Tipologías de base cognitivo-textual, también conocidas como tipologías referenciales. Explican el funcionamiento de los textos a partir de las operaciones de textualización de determinados procesos cognitivos. Werlich (1975) delimita cinco bases textuales: descriptiva (focus contextual, el espacio; proceso cognitivo, percepción en el espacio), narrativa (focus contextual, el tiempo; proceso cognitivo, percepción en el tiempo), expositiva (focus contextual, conceptos; proceso cognitivo, comprensión de ideas, análisis y síntesis de representaciones conceptuales), argumentativa (focus contextual, relación entre conceptos y manifestaciones de los hablantes; proceso cognitivo, juicio, toma de posición) y directiva (focus contextual, comportamiento futuro; proceso cognitivo, planificación de la conducta).
• Tipologías enunciativas, basadas en la relación que establece el sujeto enunciador en el momento del discurso con los elementos lingüísticos y extralingüísticos (criterio contextual). Bronckart y otros (1985) proponen cuatro tipos de texto arquetípicos: relato conversacional, narración, discurso teórico y discurso en situación.
• Tipologías de base funcional cognitiva. Adam (1985, 1990, 1992) considera que la operación de textualización es un proceso desarrollado a nivel cognitivo y que, además, se relaciona con las diferentes funciones comunicativas. Establece cinco prototipos de secuencias textuales basadas en el criterio de intención comunicativa: narrativa, descriptiva, argumentativa, explicativa y conversacional.
Las dos propuestas que parecen ser más útiles para nuestro objetivo son la de Werlich, que combina los modos de abordar la realidad (orden cognitivo) con el orden lingüístico (modo de representar la realidad) y la de Adam, que incorpora las bases textuales de Werlich y relaciona las secuencias con las funciones comunicativas. Nuestro interés no radica ahora en comprobar las estructuras prototípicas de los tipos de texto ni tampoco en descubrir las secuencias dominantes, secundarias o incrustadas en la organización del discurso, sino en conocer los usos lingüísticos que los hablantes emplean en las diferentes secuencias y enunciados que aparecen combinadas en los pasajes del discurso oral(8).
Nuestra pretensión es que cada módulo temático se corresponda, de forma global, con un conjunto de secuencias discursivas adscritas predominantemente a una determinada caracterización textual. Cada secuencia refleja lingüísticamente un proceso cognitivo de organización de sucesos, estados, conceptos y opiniones, aunque en el discurso oral lo más frecuente es la combinación e interrelación de diferentes secuencias.
A continuación se muestra la encuesta aplicada y su correspondencia con las secuencias textuales:
A. Estilo narrativo. El objetivo es que autor y protagonista queden identificados en el informante, lo cual aumenta el interés del relato para el entrevistador y permite manifestar la subjetividad del entrevistado al narrar sus propias vivencias y testimonios. Como señala Álvarez (1994: 17)
El que narra evoca acontecimientos conocidos, bien porque los ha vivido realmente, bien porque, sin ser testigo presencial, configura el relato como si los hubiera presenciado y de forma verosímil ha de hacer participar al interlocutor como espectador casi presente en los sucesos que relata.
En estas secuencias narrativas, el carácter temporal articula la actividad lingüística.
Módulo temático: historias de vida. Preguntas:
- la infancia, la familia, la escuela, juegos, cuentos, ...
Cuéntenos lo que recuerde de su infancia, de la escuela a la que asistía, de las fiestas cuando era pequeño, de sus juegos infantiles, de su familia, de su primera comunión, de las fiestas locales, anécdotas, ...
- el servicio militar, cómo conoció a su pareja, las vacaciones pasadas, el fin de semana anterior, .....
Háblenos sobre el servicio militar (si lo hizo): lugar, recuerdos, anécdotas; qué hizo el fin de semana anterior, cómo pasó las vacaciones, qué hicieron sus hijos este fin de semana, ...
No es necesario utilizar toda la batería de relatos; en varias ocasiones han sido suficientes cuatro o cinco.
B. Estilo expositivo. La secuencia expositiva ofrece una información que contribuye a incrementar el conocimiento del destinatario. El locutor puede servirse de recursos narrativos y descriptivos. La secuencia explicativa ofrece información para saber hacer, para hacer comprender y para clarificar cuando hay demandas de explicación; esta secuencia se combina con secuencias descriptivas y argumentativas. Como señala Hernández (1996: 88), la actividad explicativa que se encuentra en la base del texto expositivo está próxima a la informativa; también indica la aproximación de la secuencia expositiva a la descriptiva, dado que exponer las razones y causas de algo puede muy bien relacionarse con describir las características de ese algo. Adam (1992) comenta la confusión entre textos expositivos y explicativos, y concluye que los expositivos (responden a cómo) son una variante de los explicativos (responden a por qué), pues éstos incluyen la justificación.
Se ha catalogado como estilo expositivo la descripción de acciones (cómo) y los enunciados que reflejan intenciones relacionadas con consejos prácticos y planificación de tareas.
Módulo temático: Trabajo y ocio. Preguntas: profesión, tiempo libre, aficiones, deportes, la movida nocturna, ...
Módulo temático: Planificación de tareas. Preguntas: plato preferido, recetas de cocina, organización de una fiesta familiar, ...
Explíquenos cómo es su trabajo, cuáles son sus aficiones, cómo emplea su tiempo libre (lecturas, música, cine), qué deportes practica, cómo ha evolucionado la ciudad o el barrio, cuáles son las tradiciones o costumbres más relevantes, cómo prepara un plato típico, cómo organiza una fiesta familiar (cumpleaños, aniversario, bautizo), ....
C. Estilo argumentativo. En un sentido amplio, las secuencias argumentativas responden a una función persuasiva, de convencimiento, orientada hacia el receptor para lograr su adhesión, ‘hacer creer' (Anscombre y Ducrot, 1994; Álvarez, 2001). Esta práctica discursiva consiste en la presentación de argumentos que hagan creíble o aceptable una determinada conclusión; es un uso al mismo tiempo expresivo y perlocutivo del lenguaje.
Si el objetivo es convencer, persuadir o provocar la adhesión, el objeto ha de ser un tema controvertido, dudoso, hipotético, etc. que admita distintas maneras de tratarlo. El entrevistado manifiesta su modo de interpretar la realidad a través de expresiones razonadas, axiológicas (evaluativas) y modalizadoras. En el texto hablado es muy habitual utilizar el procedimiento de contraposición: se comienza exponiendo la opinión personal y después se contrapone a la de otros.
Módulo temático: Opiniones, juicios y valoraciones.
Preguntas: problemas sociales actuales (inmigración, paro, cambio climático, etc.), conflicto generacional, número de hijos, ventajas e inconvenientes del sevicio militar, problemas de la juventud actual, masificación universitaria, inseguridad ciudadana, conflictos internacionales (guerras), ....
Módulo temático sobre persuasión: convencer a los hijos o familiares sobre consumo de droga, tabaco, vuelta a casa los fines de semana, ...
Dénos su opinión sobre los problemas de la juventud actual, sobre el conflicto generacional, qué problemas le preocupan más, ...
¿Qué opina sobre el paro, la inmigración, la droga, el cambio climático los conflictos internacionales, ...? ¿Cómo podría resolverse?
¿Cómo convencería a sus hijos para que no fumen, para que no lleguen tarde a casa, …?
D. Estilo descriptivo. Las secuencias descriptivas presentan siempre un anclaje que orienta al destinatario mediante claves espaciales (lugares, objetos, etc.). La descripción se aplica tanto a estados como a procesos. Como ya se ha señalado arriba, la descripción puede servir para funciones informativas, argumentativas o directivas. Se ha catalogado como estilo descriptivo, esencialmente, la descripción de estados: aspectualización (caracterización cualitativa), inserción por subtematización (enumeración de las partes) y relación (entre las partes y conjunto). Puede incluirse aquí la descripción de acciones, que se ha señalado en secuencias expositivas.
Módulo temático: Lugares. Preguntas: la casa, el barrio, domicilios anteriores, reformas, lugar de veraneo, etc.
Descríbanos cómo es su casa, el barrio o el lugar donde vive, si ha hecho reformas, cómo es el pueblo en el que veranea, cómo era su casa anterior, ....
E. Estilo dialogal. Aunque pueda parecer una contradicción, dado que la entrevista utiliza como medio la conversación y a través de ella se han ido desgranando las secuencias textuales anteriores, se ha creido oportuno clasificar y mantener este tipo de secuencia, puesto que el módulo temático contiene una serie de preguntas que permiten una interacción dialógica con intervenciones cortas sobre temas reales e hipotéticos, y de mayor espontaneidad.
Módulo temático: Individuo y sociedad (preferencias, actitudes, etc.). Preguntas:
- ¿Dónde prefiere vivir: en la ciudad o en el campo?
- ¿Qué lugares le gustaría visitar?
- ¿Cómo prefiere viajar?
- ¿Qué haría si ganara un premio ....(lotería, quiniela, herencia, ..)?
- ¿Cómo reaccionaría si descubriera que tiene un hermano gemelo?
- ¿Qué planes tiene para el futuro?
- ¿Cómo ve el futuro?
- ¿Se siente optimista o pesimista?
-...
De acuerdo con la planificación diseñada para la entrevista y atendiendo a todas las consideraciones metodológicas ya comentadas, la conversación semidirigida ha quedado grabada e integra estos cinco estilos discursivos: narrativo, expositivo, argumentativo, descriptivo y dialogal. En muchas entrevistas se respeta el orden de estructuración; sin embargo, en otras se altera porque el comportamiento comunicativo del informante (continuidad de opiniones, temas concatenados, etc.) así lo aconseja. Siempre se inicia con el bloque narrativo porque es el que mejor facilita la implicación del informante en los sucesos que está relatando y permite una más rápida desinhibición, y en último lugar se ha tratado el módulo temático dialogal, con preguntas que propician pares adyacentes más cortos y dinámicos al tiempo que neutralizan la posible fatiga del informante en este tramo final de interacción comunicativa.
NOTAS
|
|
(1) |
Para evitar la confusión entre ‘estilo' según la concepción laboviana y ‘estilo' como forma de construir significados según propósitos comunicativos, parece más adecuado emplear el término ‘secuencia textual', concepto ya delimitado en la Lingüística del texto y en el Análisis del discurso. En esta exposición se utilizan las denominaciones 'secuencia textual', ‘secuencia discursiva' y ‘tipo de texto' como elementos sinónimos, dado que consideramos la secuencia textual como un grupo de proposiciones -estructura interna- que realizan lingüísticamente el mismo proceso que los tipos de texto. Si Adam (1992: 20) define el texto como una estructura compuesta de secuencias, éstas representan una sucesión parcial, ligada y organizada, e integran la textualización del género de discurso.
|
(2) |
Un ejemplo de ello es la identificación de ‘registro' con ‘tipo de texto' (Milian, 1990), la de ‘registro' con ‘género de discurso' (Castellà, 1992: 236; Alturo, 1997: 82) o la de ‘tipo de texto' con ‘género' (Garrido, 1997: 232).
|
(3) |
Garrido (1997) desarrolla diferentes concepciones de ‘estilo' desde la Lingüística ; especialmente interesantes son los capítulos 4 y 7.
|
|
|
(4) |
Adam (1985) se basa en la función comunicativa global del texto y los clasifica en ocho tipos: conversacionales, descriptivos, narrativos, directivos, predictivos, explicativos, argumentativos y retóricos. Posteriormente (1992), basa su tipologización en la estructura secuencial de los enunciados y los clasifica en: narrativos, descriptivos, argumentativos, explicativos y conversacionales. En esta obra subraya que el proceso de constitución del texto sigue un camino que parte de la proposición y continúa por la secuencia para llegar al texto.
|
|
|
(5) |
Conviene diferenciar las funciones del lenguaje (Bühler, Jakobson), elenco de funciones características del instrumento lengua, persistentes por encima de los usos concretos, de las funciones o intenciones comunicativas, relacionadas con el objetivo que el emisor del texto persigue al construirlo y transmitirlo; es decir, una misma función lingüística puede ser utilizada con finalidades diferentes. Las funciones comunicativas más frecuentes son: narrativa, descriptiva, explicativa, persuasiva, prescriptiva, humorística, etc. |
|
|
(6) |
Calsamiglia y Tusón (1999: 319) consideran como unidades dialogales: el intercambio (unidad mínima), la secuencia o episodio (de tema y/o finalidad) y la interacción en su conjunto (el evento).
|
|
|
(7) |
Portolés (1995: 153-6) define el enunciado como el segmento más pequeño del discurso que posee independencia intencional.
|
|
|
(8) |
Además de la bibliografía citada, puede consultarse, desde diferentes perspectivas, las secuencias textuales (Hernández, 1996: 69-109), los modos de organización del discurso (Calsamiglia y Tusón, 1999: 269-323) así como el desarrollo de los diferentes tipos de discurso (Silva Corvalán, 2001: 192-237).
|
|