 |
 |
Miguel A. Miranda (Albacete, 1952) estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Valencia y realizó su
Tesis Doctoral en el Instituto de Química Orgánica General del CSIC, en Madrid. Obtuvo el título de Doctor
en Ciencias Químicas por la Universidad Autónoma de Madrid, en 1978. Realizó estancias postdoctorales en la
Universität des Saarlandes (Heinz Dürr) y en la Universität Würzburg (Waldemar Adam). Se incorporó a la
Universidad de Valencia, primero como profesor contratado y luego (1984) como Profesor Titular. En 1989 obtuvo
una plaza de Catedrático de Universidad en la Politécnica de Valencia y participó en la creación del Instituto
de Tecnología Química UPV-CSIC, del que es actualmente Vicedirector. Su interés se centra en el campo de la
fotoquímica, tanto en los aspectos orgánicos mecanísticos y preparativos como en las aplicaciones fotobiológicas y
fototecnológicas. Miguel A. Miranda ha publicado más de 350 artículos científicos en revistas internacionales,
ha impartido más de 50 conferencias plenarias o invitadas en Congresos, Universidades y Centros de Investigación
españoles o extranjeros y ha dirigido 32 tesis doctorales. Desde Septiembre de 2009 es Presidente de la European
Society for Photobiology. Su labor investigadora ha sido reconocida con el Premio de Química Orgánica de la Real
Sociedad Española de Química (2008) y con el Honda-Fujishima Lectureship Award de la Japanese Photochemistry Association (2007).
|
 |
La Naturaleza ha desarrollado mecanismos complejos y eficientes para utilizar la luz solar, que las plantas absorben y procesan
para producir alimentos y combustibles. Las reacciones fotoquímicas (es decir, iniciadas por la luz) están implicadas en otros
muchos procesos de interés biológico, como la visión, la luminiscencia de algunos seres vivos, la generación de vitamina D o
la terapia fotodinámica del cáncer. Sin embargo, la radiación solar también puede producir efectos adversos; entre ellos están
las modificaciones químicas del ADN (que pueden dar lugar al cáncer de piel) o los efectos secundarios conocidos como fototoxicidad
y fotoalergia, que aparecen asociados con ciertos fármacos. Por tanto, la luz puede tener tanto efectos positivos como negativos;
su control es posible únicamente mediante un conocimiento mecanístico detallado. En la presente charla se presentan ejemplos de
investigaciones llevadas a cabo en el grupo en relación con: a) el daño fotoquímico a biomoléculas (lípidos, proteínas o ácidos
nucleicos), b) su minimización mediante fotoprotección o fotorreparación, c) la fotosensibilización por fármacos, d) la utilización
de la luz para generar estados excitados que permiten el análisis de procesos como la unión de ligandos a proteínas, las reacciones
enzimáticas o la función de los ácidos biliares y e) la eliminación de contaminantes mediante procesos fotocatalíticos.
|
 |