El profesor de la Universitat de València Manuel Guillén defiende en una intervención en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la necesidad de comprender y promover la “lógica del don” en el gobierno de las organizaciones.
El pasado 7 de Julio, el profesor Manuel Guillén, del Departamento de Dirección de Empresas Juan José Renau Piqueras, y Director de la Cátedra de Ética Empresarial IECO-UV, fue invitado a impartir una sesión de formación en el MediaLab del MIT.
El Media Lab pertenece a la Facultad de Arquitectura y Planificación del conocido Instituto Tecnológico de Massachusetts, y está ubicado en el singular edificio Wiesner, diseñado por el arquitecto Ieoh Ming Pei. El conocido laboratorio abrió sus puertas en 1985 y se dedica desde sus orígenes a proyectos de investigación en los que convergen el diseño y la tecnología multimedia. Más recientemente, el laboratorio ha centrado también su interés en el diseño y creación de tecnologías que se ocupan de causas sociales.
Entre los más de treinta grupos de investigación que trabajan en el MIT Media Lab se encuentra el Grupo de Cooperación Escalable. En él, cerca de una docena de investigadores estudian el modo en que la tecnología está cambiando la naturaleza de la cooperación humana, y trabajan en el diseño de formas radicalmente nuevas de ampliar la cooperación. Entre los proyectos de investigación más populares de este Grupo se encuentran el de la “Promoción de la Cooperación”, el de la “Cooperación Humanos-Máquinas” y el de la “Ética de los vehículos autónomos”.
En el marco de las conferencias y charlas de formación organizadas en el seno de este Grupo del MIT, el profesor Manuel Guillén, de la Universitat de València, fue invitado el pasado 7 de julio a impartir una sesión bajo el título “La lógica del don: inspirando comportamientos en las organizaciones más allá de los límites del deber y el intercambio”. Este título coincide con el del artículo publicado el pasado curso por la revista Business Ethics Quarterly, del que el profesor Guillén es coautor, en colaboración con Tomás Baviera, entonces subdirector del IECO, y con el profesor William English, de la Universidad Georgetown de Washington.
En su sesión, y en línea con las ideas de este artículo, el profesor Guillén, expuso la dificultad de comprender el concepto de una lógica del don en el marco de las organizaciones, donde lo que prima son la lógica del intercambio y la lógica del deber. En la lógica del intercambio, cuando damos algo, lo damos ‘para recibir otra cosa a cambio’; y en la lógica del deber, cuando damos algo, lo damos ‘para cumplir con un deber o un compromiso adquirido’. Sin embargo, la lógica del don no busca recibir nada a cambio, ni cumplir ninguna obligación. En la lógica del don, o del regalo, cuando damos algo, lo damos ‘para darlo’. La razón no es ni recibir, ni cumplir, sino dar. En esta lógica, a diferencia de las otras dos, el dar no busca otra cosa que el bien de la otra persona, y lo busca de modo desinteresado, gratuito. Esta lógica del don está presente en multitud de ocasiones en todas las organizaciones humanas en las que reina un clima amistoso, un clima humano. No todo comportamiento es resultado de una negociación o un contrato.
Durante la presentación, el profesor de la Universitat de València subrayó la necesidad de distinguir las tres lógicas (intercambio, deber y don), y su distinto papel en el mundo de las organizaciones. Sobre todo, insistió en que sin la lógica del don, es muy difícil, si no imposible, entender los comportamientos cooperativos en el seno de cualquier organización humana. Una afirmación que, de ser cierta, obligaría a revisar las premisas de las que parten la mayor parte de las teorías económicas y del management, para las que los agentes decisores serían siempre egoístas y oportunistas, en el marco de unas reglas del juego establecidas por los contratos. Esto no siempre es cierto, y representa una visión demasiado estrecha de la conducta humana en las organizaciones.
Tras la exposición de éstas y otras ideas, se produjo un animadísimo debate entre los miembros del grupo de investigación del MIT MediaLab. ¿Somos los seres humanos siempre y sólo egoístas? ¿Somos generosos solamente porque esperamos recibir algo a cambio, aunque sólo sea la satisfacción de serlo? ¿Cabe pensar en una generosidad sin más, una lógica del don, que sólo busque el bien de los demás? ¿Debe ser tenida en cuenta esta lógica del don al diseñar teorías de la dirección y el gobierno? Sin duda, estas reflexiones venían muy a cuento entre científicos que intentan explicar los comportamientos cooperativos entre seres humanos, en las instituciones y entre las máquinas, así como sus implicaciones morales.
Tras su intervención, el profesor Guillén agradecía a los miembros del MediaLab del MIT su invitación, que se producía en el marco de las actividades que la Universitat de Valéncia está llevando a cabo en Boston, tras la firma en noviembre de 2015 de un convenio con el Real Colegio Complutense en Harvard. Gracias a este convenio, numerosos profesores e investigadores de la UV están pudiendo realizar estancias de investigación en la Universidad de Harvard, y llevar a cabo actividades de colaboración con otras universidades de prestigio del área de Boston, como es el caso del MIT.
