EL AMOR EN PLUTARCO. IX SIMPOSIO INTERNACIONAL DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PLUTARQUISTAS.
UNIVERSIDAD DE LEÓN, 28-30 SEPT. 2006
“Las mujeres plutarqueas en el humanismo
catalán: de Bernat Metge a Beuter”
Jordi Redondo & Susana Sancho
(Universitat de València-Estudi General) *
La transmisión bajomedieval de
Plutarco tiene en
La traducción aragonesa de las Vidas es anterior al año 1385, y es la
primera con que cuenta Occidente [5].
Calcúlese que la traducción castellana, a cargo de Alfonso de Palencia y que
además es completa, habrá de esperar al 1491, sólo nueve años después de la
parcial, italiana, de Battista Giaconello. Aparecerán mucho más tarde las
francesas, en primer lugar, y a partir de 1530, las parciales de Lazare de
Baïf, Georges de Selve y Arnaut de Chandon, y en 1559 la completa de Jacques
Amyot, un auténtico hito en las letras europeas; la primera alemana, de
Hyeronimus Bonner, se publicó en 1534 y se completó en 1541; la famosa
traducción inglesa de Thomas North, versión de la de Amyot, y de la que tomó
Shakespeare no sólo temas y personajes, sino que la parafraseó y adaptó
largamente, apareció en 1579 [6].
En cuanto a las abundantes versiones latinas, hay que decir también que sus
autores abundaron en la consulta de la traducción aragonesa [7].
2.-
La recepción de Plutarco en la literatura catalana de los siglos XIV y XV.
Habida cuenta de estos
antecedentes, habría que esperar del ambiente intelectual y artístico en
El libro
cuarto de la obra contiene el diálogo entre Tiresias y el autor, un auténtico
precedente del diálogo humanista, en el que se exponen las virtudes de
distintas mujeres de mérito. En el elenco hallamos a Oritia, Semíramis,
Tamaris, Zenobia, Aurelia, Pentesilea, Camila, Minerva, Hipsicratea –ausente en
Plutarco, digámoslo ya de entrada-, Porcia, Julia, Artemisia, Emilia, e incluso
Mirila, aun sin citar su nombre -amén de muchas otras como Penélope y Lucrecia-
[9]. Es lugar común que para
la elaboración de este pasaje Metge siguió a Petrarca y a Boccaccio, dos de sus mayores
referentes artísticos: del primero, las Familiarium
rerum; del segundo, el De mulieribus
claris. Sólo en esta segunda obra hallamos a Hipsicratea, por ejemplo [10]. Tanto Butiñá como el
reciente editor de la obra, Cingolani, abundan en este tópico, y descartan a
Plutarco entre las fuentes empleadas por Metge [11]. Pues bien, si tomamos
como referente el de Semíramis, lo que de ella dice Metge es lo siguiente:
No em recorda jamai haver llest algun hom ésser
estat pus ardit e virtuós en armes que Oritia, regina de Matzònia, a la qual
Aristeu, rei de Grècia, tramès aquell Hèrcules, qui null temps fou vençut,
manant-li, així com a cosa impossible per raó del molt gran ardiment que ella
havia, que li llevàs les armes. Ne que Semíramis, regina dels assirians, la
qual no solament regnà per molt temps, ans vencent los indians e etíops,
cresqué e dilatà son regne, e edificà Babilònia e la cinyí d’ample mur; no
res menys, com un jorn ella, estant en la sua cambra, pentinàs son cap, e oís
dir que Babilònia havia rebel.lat, tressada la una part de sos
cabells tan solament e l’altra part escampada e encara no composta, preses les
armes, assetjà la ciutat, la qual a si mateixa subjugà abans que del tot hagués
acabat tressar l’altra part dels cabells. En memòria de la qual cosa fo feta
una gran estàtua femenina de metall, posada en Babilònia, en lloc alt, ab la
una part dels cabells solta, e ab l’altra tressada [12].
Metge se
separa de Boccaccio y de la tradición misógina medieval al presentar tan sólo
los aspectos encomiables de las figuras femeninas de que trata [13]. Coincide así con
Plutarco, que ensalzó el mérito de Semíramis al encumbrarse al trono desde sus
humildes orígenes [14], y se adelanta a
Christine de Pizan, a la que se suele atribuir el primer elogio moderno a la
reina babilonia, y que también conocía la obra de Plutarco, aunque
probablemente no sabía griego [15]. ¿Puede hablarse de dos
movimientos antitéticos respecto a la idea de la mujer, el encomiástico y el
misógino? Lo cierto es que Plutarco ofreció a humanistas como Metge un
auténtico aval para la aceptación social de una mujer cultivada [16].
El
segundo texto en que vamos a detenernos es la traducción del Dictorum factorumque memorabilium de
Valerio Máximo, hecha por fray Antoni Canals a partir del año 1395, aunque en
su redacción intervino también un colaborador menos dotado en lo literario. Por
su datación insegura colocamos esta obra tras de la de Metge, pero el escaso o
hasta irrelevante lapso de tiempo que media entre ambas invita a pensar en
ambas en paralelo. Pues bien, en el Llibre
anomenat Valeri Màximo aparecen Hipsicratea, Porcia, Julia, Artemisia y
Emilia. La crítica apunta a una imitación de Metge, pero, ya que ambos autores
habrían compuesto sus respectivas obras de manera casi o del todo simultánea,
creemos que aquí opera la influencia de una fuente común. Tomemos como ejemplo
el pasaje en que se habla de Porcia:
O Pòrcia, filla de Marc Cató! Per tots los
secgles sera feta menció, ab gran reverència e digna honor, de les tues castes
brases de foc, ab les quals finists la tua vida. On, com a la tua conexença fos
pervengut que Bruto, marit teu, era estat vençut e mort en lo camp apellat
Philipos, e tu no poguesses haver coltell ni arma de ferre ab que et matasses;
com, davant la tua presència hagués brases de foc ardents e flamejants, no
duptist de posar-les-te dins la boca, tragant-les axí com si menjasses alguna
vianda saborosa [17].
La fuente
última es Plutarco, y a partir de éste Petrarca y Boccaccio [18]. Además, las figuras de
Semíramis y Porcia son evocadas como ejemplo en las Virtudes de las mujeres [19].
La tercera obra de que hemos de
tratar es el Espill o Llibre de les dones de Jaume Roig, un
extenso poema narrativo dividido en cuatro libros, y que pretende demostrar la
maldad ínsita en el género femenino. Su autor la habría compuesto entre 1455 y
1456. En la primera part de la lliçó de
Salamó, en el libro tercero, entre una larga serie de crímenes aborrecibles
que se habrían debido siempre a la perversidad de la mujer se exponen los casos
de Semíramis, Atàlia, Tamar y las amazonas [20].
Roig se expresa siempre de manera muy personal, en parte por la necesidad de
acomodarse al agilísimo tipo métrico escogido –codolada o noves rimades,
pareados de cinco sílabas-. Pues bien, a diferencia de Metge y Canals, Roig sí
que explota la cara oscura de la tradición sobre Semíramis:
En temps antic, / ¿no féu poblic / acte malvat
/ e celerat / Semiramís, / qui féu morís,
/ e de sa mà / un fill matà, / per no
complir / ni obeir / son manament? / Gran foc ardent / qu’ en si sentia / son fill volia / lo hi apagàs
/ e se’n fartàs. / Ell lo hi negà, / per ço’l matà. / La furiosa / libidinosa, / molts n’elegí
/ e se’n serví / fins rebuaven / com se’n
cansaven: / pus no podien / no li plaïen, / feia’ls matar,
/ a cans donar. / Ans los forçava, / puis los matava. / Bé fon semblant, / exorbitant / e cruel acte
[21].
Nuestro autor no sigue aquí a
Plutarco, puesto que su objetivo de vilipendiar a las mujeres no habría hallado
apoyo alguno en el queronense. Roig sigue, por tanto, a Boccaccio, aunque las
exigencias de su discurso misógino lo hacen invertir el papel de los actores en
el desenlace final: es la cruel madre la que mata al hijo, y no a la inversa [22].
La fortuna de estas etopeyas
femeninas, que tanto deben a las semblanzas trazadas en las Vidas paralelas, era grande en Italia y
en la Corona aragonesa, y su raíz debe hallarse en la traducción de Calodiqui.
Se ha insistido en la importancia de este texto en lo relativo a la composición
de las versiones, latinas y romances, elaboradas en la Italia cuatrocentista.
Idéntico razonamiento deberá hacerse a propósito de las traducciones y
adaptaciones con sello en la Corona aragonesa, y de las que conocemos más bien
poco: apenas si tenemos noticia de dos, la del tratado pseudoplutarquiano De toda condición de la nobleza, a cargo
del infortunado Príncipe de Viana, que hizo a partir de la versión latina de
Angelo Decembrio [23],
y la de la Vida de Alejandro de Lluís
de Fenollet, cuyo modelo fue la versión italiana de Pier Candido Decembrio,
hermano del anterior, y que la había incluido en su traducción de las Vidas de Quinto Curcio [24].
Resultaría, por tanto, paradójico que la continuidad de la tarea de incorporar
la obra de Plutarco se hiciera sólo indirectamente gracias al impulso de
Fernández de Heredia. Más bien creemos que hay que trazar un claro paralelismo
entre el queronense y otro historiador de la época imperial, el judío Flavio
Josefo, muy presente también en las letras catalanas, con la diferencia de que
en su caso es mayor el número de manuscritos que han llegado hasta nosotros [25].
Pasaremos ahora al Tirant lo Blanc, la gran creación de la
Valencia cuatrocentista, y cuya datación es tan insegura como su autoría. La
presencia de la materia plutarquea se registra en el capítulo 309, que tiene
como escenario la corte del rey Escariano. Tirant ha acudido como embajador del
rey de Tremecén, y el monarca contesta a nuestro héroe en los siguientes
términos:
E encara que yo haja lest de moltes virtuoses
senyores qui en lo món són stades, axí com fon aquella animosa Urícia, reyna de
les amaçones, a la qual Eristeu, rey de Grècia, li tramés aquell invencible
Èrcules, perquè era cosa imposible per causa del gran ànimo que tenia, que li
donàs les armes [26]. E per lo semblant se lig de aquella virtuosa Semiramis, reyna dels
asirians. No solament regia, ans vencia los medians e edeficà Babilònia. Com
ella stigués en sa cambra pentinant-se lo cap, hoý dir com Babilònia se era
rebel·lada. Acabà de pentinar la una part e l'altra restà per pentinar, e ab
los cabells scampats que stava, no u pogué comportar, sinó que prestament pres
les armes e anà a sitiar la dita ciutat, e ans que s'acabàs los cabells de
pentinar hagué cobrada la ciutat. E fon feta una ymatge de dona de coure en
Babilònia, qui fon posada en loch alt, ab la una part ligada e l'altra
scampada, en recordació sua [27]. (…) E aquella Pòrcia, filla de Cató, sabent que lo marit seu mort era, e
com no pogués haver ferro prest ab què·s matàs, cobejant seguir l'esperit de
aquell, begué carbons foguejants e morí. [28] No fon de menor amor, a mon juhí, aquella virtuosa Júlia, filla de
Július Cèsar, que hagué a Pompeu, marit seu, que vehent la vestidura de aquell
sangonosa, e pensà que puix no·l veÿa en casa, que fos mort, sclatà e morí ella
e hun fill que tenia en lo ventre [29]. Més fon cordial e memorable l'amor que Artemisa, reyna, hagué a
Mausoleo, marit seu, lo qual, aprés que ell fon mort, e li hagué celebrades
solemnes obsèquies, lo féu polvorizar e begué's la pólvora, mostrant que ella
volia ésser sepultura d'ell. Què·t par de Emília Mèlia, muller de Cipió Africà
[30]. Com son marit adulteràs ab una cativa sua, en negun temps ho volgué
descobrir, per ço que no·l difamàs, ans de continent que aquell fon mort, ella
li donà libertat e marit. (…)
Los
críticos han reconocido fácilmente la influencia de
Bernat Metge. Uno de los autores del Tirant,
el de estilo más depurado, conocía muy bien Lo
somni, en el que se inspiró más de una vez, y no sólo para temas o tópicos [31].
En la novela se rinde a Metge el homenaje de insertar pasajes de su obra
vertidos con una extrema literalitat. Ante esta realidad, puede concluirse que el autor de esta sección del Tirant sólo conoció a Plutarco per lecturas interpositas. Pero ello no
impide reconocer la impronta del de Queronea entre los creadores de mejor
formación literaria.
3.- La influencia de Plutarco en la literatura prerrenacentista.
La
creación que podemos con todo derecho llamar prerrenacentista acredita un no
escaso conocimiento de los textos plutarqueos.
Destaca en primer lugar una figura de gran relevancia, el cardenal Joan
Margarit i Pau (1422-1484), humanista y filólogo de no escaso mérito que manejó
con asiduidad la obra del de Queronea para su
Paralipomenon Hispaniae.
Margarit fue tal vez el primer historiador que apreció la utilidad de las Vidas paralelas como fuente para la
historia de Hispania, como hizo con las biografías de Sertorio, Pompeyo y Mario
a partir de traducciones humanísticas italianas, según ha demostrado Lucero [32].
Un mucho menor empleo de Plutarco se aprecia en la obra historiográfica de otro
humanista de lengua latina, Jeroni Pau (ca. 1458-1497). A pesar de su exquisita formación [33],
parte de la cual conseguida en Italia, para Pau nuestro Plutarco es una fuente
más, de interés relativo para sus intereses concretos [34].
El
historiador valenciano Pere-Antoni Beuter (ca.
1490-1554), del que ya nos hemos ocupado en ocasiones anteriores [35], se sitúa con todo
derecho entre los de la primera generación de autores renacentistas. Su
metodología, aunque falta aún de un cierto decantamiento, es ya la de un
historiador consciente de su responsabilidad intelectual [36]: maneja y cita un volumen
considerable de fuentes, entre las cuales figuran los griegos Ptolomeo, Flavio
Josefo, Eusebio de Cesarea y Plutarco. Pues bien, en el inventario de la
biblioteca de Beuter se cita del polígrafo queronense la primera part de les Vides. Como es lógido, Plutarco fue leído y
manejado por Beuter como fuente digna de crédito. La Primera part de la Història de València, aparecida en 1538,
contiene, en efecto, diversas referencias a la obra de Plutarco [37]. Beuter utilizó las Vidas de Sertorio y Pompeyo, y en
especial la primera. Cabría inferir que esa primera
parte de las Vidas contenía las
de estos dos personajes, pero no se puede descartar que Beuter poseyera o
tuviera a su alcance el conjunto de las biografías plutarquianas.
Evidentemente,
podría tratarse de los dos volúmenes de la traducción –hecha a partir de la
versión latina compuesta en Italia por Leonardo Giustiniano- de Alfonso
Fernández de Palencia, puesto que se habían publicado en 1491, en Sevilla [38]. Pero también podían ser
las traducciones del círculo de Aviñón y sus epígonos catalanes, que sin duda
se hallaban en las bibliotecas valencianas, tanto las de los nobles amantes de
la literatura, como la de los Duques de Calabria, como las de instituciones
como la recién creada Universitat, de la que Beuter fue también profesor.
Conclusiones.
Creemos
que Bernat Metge tuvo en cuenta las traducciones de Plutarco dirigidas por
Fernández de Heredia. Por la misma época, fray Antoni Canals pudo tener ante sí
no sólo una copia catalana de los Dictorum
factorumque memorabilium de Valerio Máximo, sino también otra de la
traducción de las Vidas de Plutarco:
no es ninguna exageración postular una difusión de las obras aviñonesas, en su
versión catalana, en las dos ciudades de mayor empuje cultural del país,
Barcelona y Valencia. Otro tanto puede decirse, a título de hipótesis, respecto
de uno de los autores del Tirant lo Blanc,
así como de Roig y de Beuter. Es diferente la recepción de la obra plutarquiana
en los historiadores humanistas –Margarit y Pau-, ya que éstos dependen de las
versiones producidas en Italia, en latín o en romance. La impronta de las ideas
de Plutarco sobre la mujer explicaría el tratamiento de diversas etopeyas
femeninas en Metge, Canals y el Tirant.
* Esta comunicación se
inscribe en el marco de los Proyectos de Investigación Fuentes griegas de la literatura catalana medieval (HUM2005-07697,
MEC), y Estudi de les fonts
greco-llatines al Tirant lo Blanc (GV05/301, Generalitat Valenciana),
dentro del grupo de trabajo UV-701. Agradecemos tanto al Ministerio como a
[1] Véase J. BERGUA, Estudios sobre la
tradición de Plutarco en España (siglos XIII-XVIII), Málaga, 1995, p. 7.
Para el siglo XIV, véase D.P. LOCKWOOD, “Plutarch in the Fourteenth Century”, TAPhA, 64 (1933), 66-67; R. WEISS, “Lo
studio di Plutarco nel Trecento”, Parola
del Passato, 32 (1953), 321-342.
[2] Ejemplo de gran interés es el del manuscrito de
Plutarco, probablemente el primero en llegar a la península, que conservaba el
monasterio de Ripoll, cf. R. DE BEER, “Die Handschriften des Klosters Santa
Maria de Ripoll I”, Sitz. Akad.
d. Wiss. Wien phil.-hist. Kl., 105 (1906) (= Els manuscrits de Santa Maria de Ripoll,
Barcelona, 1920).
[3] Cf. A. MOREL-FATIO, Chronique de Morée aux XIIIe et XIVe siècles, Ginebra, 1885, LIV. Para la traducción, Bernardo manejó también otras
fuentes francesas -Baudouin d’Avesnes, Ernoul, Villani-.
[4] J. VIVES, Juan
Fernández de Heredia, Gran Maestre de Rodas, Barcelona, 1927; A. LUTTRELL,
"Greek Histories translated and compiled for Juan Fernández de Heredia,
Master of Rhodes 1377-95", Speculum, 35 (1960), 401-407; M. DE RIQUER,
"Medievalismo y humanismo en
[5] L. CLARE, “La première traduction en
Occident des Vies parallèles de
Plutarque », BAGB (1968), 405-426;
L. CLARE & F. JOUAN, “La plus ancienne traduction occidentale des Vies de Plutarque”, Actes du VIIIe Congrès de l’Association Guillaume Budé, Paris,
1969, 567-569, sobre los códices empleados por el círculo aviñonense.
[6] Véase G. HIGHET, La tradición
clásica. Influencias griegas y romanas en la literatura occidental I-II,
México, 1996 (= 1954; edición original, Oxford, 1949), I p. 188.
[7] Cf. F. NOVATI, Epistolario di Coluccio Salutati II, Roma, 1893, p. 301, n. 4,
sobre el empleo por parte de Leonardo Bruni de la traducción aragonesa.
[8] Cf. J. CLOSA FARRÉS, “Sàvies paraules e maneres.
Teofrast, Boccaccio i Bernat Metge (Walter
e Griselda)”, in A. FERRANDO
& A. HAUF (edd.), Miscel.lània
Joan Fuster IV, PAM 1991, 27-32.
[9] BERNAT METGE, Lo somni, ed. J.M. de Casacuberta, Barcelona, 1925, pp. 135-146.
[10] Sobre la fortuna de la obra de Giovanni Boccaccio, basta pensar que en el
año 1494 se publicó una traducción española (De las mujeres ilustres en romance, Zaragoza, edición de Pablo
Hurus), cf. V. DÍAZ-CORRALEJO, “La traducción castellana del De mulieribus claris”, Cuadernos de Filología Italiana 2001,
241-261.
[11] J. BUTIÑÁ, “La fortuna de Boccaccio en las letras
catalanas de
[12] BERNAT METGE, op. cit., pp. 135-136.
[13] Cf. J. BUTIÑÁ, op. cit., 511-517.
[14] Plut. Mor.
753d-e.
[15] Le Livre de
[16] Véase el retrato de Cornelia en
[17] A. Canals, Llibre
anomenat Valeri Màxim dels dits y fets memorables IV 6, 6, ed. R. MIQUEL i
PLANAS, Barcelona 1914, I p. 283.
[18] Plu. Vida de Bruto 53, 5-7: Y de Porcia, mujer del mismo Bruto, refieren
el filósofo Nicolao y Valerio Máximo que queriendo darse muerte, y no dejándole
lugar ni medio para ello sus amigos, que la observaban y guardaban continuamente,
se tragó un ascua encendida, y cerrando y apretando la boca, de este modo
pereció. Petrarca Familiarum rerum
XXI 8, Boccaccio, De mul. cl. 80.
[19] Plu. Mor. 243 c2-5.
[20] JAUME ROIG, Llibre de les dones o Espill, ed. F. Almela, Barcelona 1928, p.
141.
[21] J. ROIG, op.
cit., pág. 141.
[22] Hay además, en la misma sección de la obra,
interesantes alusiones a Aníbal, Sertorio y Sócrates, J. ROIG, op. cit., pp. 114 (Aníbal), 115
(Sertorio) y 125 (Sócrates). De Aníbal y Sertorio apenas si se hace un breve
recordatorio, aunque muy significativo para nuestro propósito porque remiten de
lleno a la recepción de Plutarco. En cuanto a la anécdota de Sócrates, Roig la
desarrolla con gracia y hasta con una cierta originalidad, ya que no sigue tan
sólo la fuente antigua, Diógenes Laercio, sino que llega a contaminarla a
partir de la versión de Brunetto Latini, en la que las dos mujeres del filósofo
suspenden por un momento sus querellas para arrancarle los pelos de la cabeza;
en Roig se limitan a tirarle agua sucia –más o menos como en Diógenes Laercio-,
pero son la esposa y la hija, no las dos parejas.
[23] J. BERGUA, "El príncipe de Viana, traductor
de un tratado atribuido a Plutarco", in
M. GARCÍA VALDÉS (ed.), Estudios sobre
Plutarco: ideas religiosas. Actas del III Simposio Nacional sobre Plutarco,
Madrid, 1994, 397-406. Sobre Decembrio, véase J. FABRICIUS, Bibliotheca Latina Mediae et Infimae aetatis
I, Florencia, 1858, pp. 433-434; M. CRUELLS, “Alguns documents sobre la
vida cultural i literària de Carlos de Viana”, Estudis Universitaris Catalans 17 (1932), 86-94 y 18, 1933, 235. El príncipe habría
traducido también el Tratado de
caballería de Leonardo Bruni, así como algunos opúsculos de Séneca, cf. Catálogo de
[24] A. BRAVO “Sobre las traducciones de Plutarco
y de Quinto Curcio Rufo hechas por Pier Candido Decembrio y su fortuna en
España”, CFC, 12 (1977), 143-185; J.S. LASSO DE
[25] Sobre la recepción de Flavio Josefo, véase J. RIERA i SANS, “Presència de
Josefus a les lletres catalanes medievals”, Studia
in honorem M. De Riquer II, Barcelona, 1986, 179-220.
[26] Plutarco, Vida
de Teseo 27. Sobre Alejandro y las amazonas, cf. Diodoro, XVII, 77, 1-3; Estrabón, XI, 5, 4; Plutarco, Vida de Alejandro 46.
[27] Plu. Moralia 753 d7-e8.
[28] Plutarco, Vida de Catón el menor
52, 3, no ofrece detalle alguno sobre la muerte de la infortunada Porcia. Pero
sí lo hacen Marcial, Epigramas I 42,
y Valerio Máximo, Factorum et dictorum
memorabilium IV 6, 5.
[29] Plutarco, Vida
de César XIV: César, para participar
más de lleno del poder de Pompeyo teniendo una hija llamada Julia, desposada
con Servilio Cepión, la desposó con Pompeyo, y a Servilio le dijo que le daría
la de Pompeyo, que no estaba tampoco sin desposar sino prometida a Fausto el
hijo de Sila. (…) XXIII: A su llegada
encontró cartas que iban a mandársele de sus amigos de Roma, en las que le
anunciaban el fallecimiento de su hija, que había muerto de parto en la
compañía de Pompeyo. Grande fue el pesar de éste y grande el de César; mas
también los amigos se apesadumbraron viendo disuelto el deudo que había
conservado en paz y en concordia la república, bien doliente y quebrantada de
otra parte, porque el niño murió también luego, habiendo sobrevivido a la madre
pocos días. La muchedumbre cargó, contra la voluntad de los tribunos de la
plebe, con el cadáver de Julia, y le llevó al campo Marcio, donde se le
hicieron las exequias y yace sepultado. Tanto Metge como Canals parecen
ignorar que la muerte del neonato no se produjo a la vez que la de la madre.
[30] El queronense cita a esta mujer en
[31] Compárese el capítulo 298 del Tirant con el inicio del ya cuarto libro
de Lo somni (B. METGE, op. cit., pp. 131-132). Quien compuso
esta sección de la novela tomó de Metge la idea, la forma e incluso las ipsissima uerba.
[32] Ll. LUCERO, “El Paralipomenon Hispaniae de Joan Margarit i els humanistes
italians”, in Literatura i Cultura a
[33] Como bien dice M. VILLALONGA, Jeroni Pau. Obres I, Barcelona 1986, p.
129, Pau era un perfecte coneixedor de
les llengües i literatures grega i llatina.
[34] Lo cierto es que Plutarco aparece en el amplio
elenco de autores antiguos manejados para la composición del De fluminibus et montibus Hispaniarum
libellus, editado en Roma en 1491, pero su influencia no en fue en modo
alguno determinante. En
[35] A.F. ORTOLÀ & J. REDONDO, "Elements
mitològics i folclòrics a
[36] Una evaluación positiva de la valía del
testimonio de Beuter como fuente de textos epigráficos se lee en X. GÓMEZ, “De codicibus librisque antiquis ad res
epigraphicas inlustrandas”, Epigrafies.
Homenatge a Josep Corell. Studia Philologica Valentina, 5 (2002), 215-233, p. 219.
[37] P.A. BEUTER, Primera
part de
[38] J.A. LÓPEZ FÉREZ, “La traducción castellana de las Vidas de Alfonso de
Palencia”, in M. GARCÍA VALDÉS (ed.),
op. cit., 371-379, p. 373; Notas
filológicas a la traducción en español de las Vidas paralelas de Plutarco realizada por Alfonso de Palencia
(1491)”, in U. CRISCUOLO & R.
MAISANO (edd.), Synodia. Studia
humanitatis in honorem A. Garzya, Nápoles 1997, 601-615; A. COROLEU, “A
Preliminary Survey of Greek and Latin Historians in Translations in the Iberian
Peninsula (c. 1360-1599)”, Bulletin of
Spanish Studies 81, 2004, 897-912. Véase también, sobre la versión latina
que empleó Palencia, V.R. GIUSTINIANI, “Sulle traduzioni latine delle Vite di Plutarco nel ‘400”, Rinascimento 1 (1961), 3-62, p. 38.