El cuestionamiento de las mujeres hacia las TRA

LIMITACIÓN DEL CONOCIMIENTO-CONTROL MÉDICO SOBRE SU INTERVENCIÓN EN LAS TRA
Las posiciones discursivas de las mujeres en relación al grado de autoridad de los médicos que trabajan en las técnicas de reproducción asistida se sitúan en un eje que va desde la veneración a la cuestionabilidad abierta .

En uno de los extremos de este eje discursivo situaríamos la valoración que ensalza las potencialidades de la acción médica...Esta valoración es la que generalmente realizan las mujeres han sido madres mediante la aplicación de las técnicas de reproducción asistida, con independencia de otras variables socio-culturales. El efecto agradecimiento de estas mujeres es tan grande, en expresión de una de ellas están tan “superagradecidas”, que las lleva a magnificar las capacidades de los distintos factores que intervienen en la aplicación de las técnicas de reproducción asistida, especialmente del actor principal de la aplicación de éstas, los médicos.

“...yo a los médicos los veía como ángeles que en lugar de llevar una espada llevaban un bisturí en la mano, y yo llegué a darme cuenta que la vida me había puesto la dificultad y la vida me estaba dando los elementos para solucionarlo, esos elementos eran precisamente los médicos, este equipo y luego posteriormente este otro...” (Rosa)
En el otro polo discursivo se sitúan las mujeres que manifiestan de modo explícito la limitación del conocimiento médico existente en la práctica de las técnicas de reproducción asistida. Este discurso aparece en gran parte de las mujeres que no han visto cumplido su objetivo de hijo mediante los tratamientos de reproducción artificial. Este discurso varía notablemente dependiendo del mayor o menor capital cultural que poseen las personas entrevistadas y del tipo de centros en el que han sido atendidas a lo largo de sus itinerarios médicos dentro del ámbito de las técnicas de reproducción asistida.

Experiencias a través de las cuales las mujeres perciben los límites del conocimiento médico: * La intranquilidad interior de las mujeres, el desasosiego al captar que los médicos carecen de control del proceso. Les gustaría que el médico le dijera cuál es el problema.
* La ansiedad e incomodidad ante la incertidumbre y vaguedad con que los médicos realizan sus indicaciones y orientaciones respecto a las posibilidades de embarazo, respecto a la existencia de imposibilidad.
* La perplejidad cuando se les reiteran pruebas de modo innecesario.
* La sospecha de futura yatrogenía de unas prácticas médicas nuevas y agresivas.

Un grupo de mujeres hace hincapié en el sesgo androcéntrico que caracteriza la actuación de los ginecólogos y de los investigadores en técnicas de reproducción asistida.

“A mí me parece que se debería investigar más en el sentido de que con las chicas que he hablado que están con las mismas condiciones...me resulta curiosa una cosa que en general preguntan, pero ¿de quién es el problema? y con todas las que he hablado, bueno tampoco son demasiadas ¿no?, pero cinco o seis, vamos, que yo no tengo ningún problema. Yo a mí todas esas pruebas me han dado bien, el problema parece que es de mi marido. Entonces yo me siento como un poco conejillo de indias en el sentido de que nos están dando a nosotras el tratamiento hormonal cuando a lo mejor...no digo que no lo tomemos ¿no?, pero a lo mejor...por qué no se prueba con los tratamientos para hombres” (Bárbara).

“Digo:”¡pero, bueno, si era él – era todo decir- pero si es él!”...en principio fue todo el proceso de él durante unos meses, hasta que ya se vió claramente que tenían que pasar a mí si queríamos seguir intentando el tener familia.... me sentí con un poco de rebeldía...¿por qué tiene que ser esto así?...¿por qué tengo yo que pasar por aquí con todo esto?...”(Eulalia).

Ateniéndonos a los relatos de las mujeres, este ámbito de la medicina puede caracterizarse como EL ESPACIO DEL HACER, NO DEL SABER...Se ha abandonado el saber analítico-causal como paradigma de la explicación científica para contextualizar sus aportaciones en el saber de tipo probabilístico. El saber construido en términos de probabilidad justifica que para conseguir el objetivo pretendido, hay que realizar intentos de modo reiterado.

...también hay que reseñar como otro de los factores que contribuye a mostrar la limitación del saber-control médico en el ámbito de la reproducción, el elevado número de errores médicos que han referido las mujeres a lo largo de las entrevistas.

...parecemos estar ante una disciplina en formación, que realiza múltiples pruebas y cuyos efectos son, en la actualidad, de tipo imprevisible y desconocido.

INTERVENCIÓN REDUCCIONISTA. SILENCIO PSICOLÓGICO
Gran parte de las mujeres entrevistadas coinciden en destacar como carencia en el proceso de tratamiento al que han estado sometidas, el silenciamiento de sus estados emocionales y anímicos dentro del tratamiento.

Mayoritariamente refieren la conveniencia y/o necesidad que tienen o han tenido de recibir apoyo psicológico, dados los aspectos obsesivos, los miedos, las frustraciones, y la ansiedad que son alimentadas por el propio proceso del tratamiento.

La consulta médica es caracterizada por la mayoría de las mujeres como fría, distante, incluso alguna llega a referirla como inhumana. Y esto es así, porque en ella, en la interacción entre el médico y la mujer, no hay espacio, no hay tiempo, no hay nombre para las emociones y las vivencias que se acumulan en el ya por sí, precario ánimo de las mujeres que están sometidas a los tratamientos de reproducción asistida.

: ”...la clase médica pues pasa muchísimo de...del aspecto psicológico, porque como no lo pueden controlar, pero claro el que no lo puedas controlar tu o que sea difícilmente controlable no significa que no exista”. (Lola).
Los aspectos emocionales silenciados en la relación terapéutica con el profesional de la medicina, fluyen en el encuentro cotidiano de las mujeres en las salas de espera de las consultas, o en cualquier otro espacio grupal en el que participan mujeres que han recibido tratamientos mediante las técnicas de reproducción asistida.

En diversas entrevistas se ha constatado como la retención forzada que realizan las mujeres de su experiencia en las técnicas de reproducción asistida, aflora posteriormente a modo de reacción agresiva, cuando ellas se saben en grupo frente a los médicos. Tal vez por ello, los médicos no asocian a las mujeres más que para ofrecerles información general sobre los tratamientos y eluden, e incluso rompen si se presenta, cualquier agrupamiento participativo de las mujeres que están sometidas a las técnicas de reproducción asistida. A los médicos les molesta que entre las mujeres fluya la información en los pasillos, que hablen entre ellas. Es común la recomendación médica de silencio y de no hacer caso de la experiencia de las otras iguales con las que se encuentra la mujer en la sala de espera.

VALORACIÓN DE LOS PROFESIONALES, LOS EQUIPOS Y LOS CENTROS MÉDICOS
Atendiendo a la experiencia narrada por las mujeres en las entrevistas existe una clara distinción entre la representación que las mujeres poseen de los centros públicos y de los centros privados.

Estas imágenes fruto de las representaciones sociales y de su experiencia se pueden sintetizar en varías dicotomías que enfrentan los rasgos definitorios de un centro privado a los rasgos de un centro público. Dicotomía analítica de aplicación válida siempre que estemos comparando centros públicos o privados situados en un plano horizontal,

* Inmediatez en la atención versus lista de espera larga.

* Libertad para la mujer en la fijación del número y periodicidad de los tratamientos (salvando el límite económico) versus regulación institucional del número, de la frecuencia e incluso de la edad máxima en la que se pueden realizar los tratamientos de reproducción artificial.

* Atención personalizada versus atención impersonal y masificada. Se considera que en los centros privados existe un trato humano de mayor calidad. A los médicos se les puede hablar y expresar los miedos y temores que experimentan las mujeres

* Apertura a la información y explicación versus reticencia a explicar e informar de modo suficiente sobre las pruebas y sobre el proceso de atención.

* Continuidad en la atención por el mismo profesional versus atención variable dependiendo de los turnos de los profesionales.

“...la ginecóloga me hizo un papel, me remitió a la Seguridad Social, y las cosas que pasan, todo el mundo te dice “tardará mucho, ya verás como... te llamarán al medio año”, y entrego los papeles y como todo el mundo me decía que iba a tardar mucho, me busqué la vida y entonces acudí al IVI” (Rosa).

“...en la Fe si que te dicen que te lo hacen cuatro veces y ya no te lo hacen más, sí en el IVI, en el IVI las veces que pagas te lo hacen y les da exactamente igual” (María).

“Y los ciclos de tratamiento son por ejemplo, empiezas un tratamiento hoy te hacen la fecundación o la inseminación o el tratamiento que ellos consideren y luego hasta dentro de 8 ó 9 meses no puedes iniciar uno nuevo, porque claro hay una lista de espera importante. Y claro no puedes, y con la frecuencia con la que yo lo hacía me hubiera plantado en los 40, y una vez lllegas a los 40 ya no puedes seguir el tratamiento” (Rosa).

“Como en el caso del de un aborto, que obligan a hacer una cosa distinta de la que tú quieres, es lo mismo, pero al contrario, tú quieres ser madre y no es que controles tu cuerpo, es que en estos procesos, en la sanidad, a lo mejor no te dejan ni controlar el tiempo...” (Rebeca).

“Sí, es un poco impersonal ¿no?, es muy impersonal pero se ve que son profesionales y...en la consulta como van tan corriendo y que no te echan cuenta hoy te pinchan esto, mañana lo otro...no te dicen cómo va si va bien, si va mal, pero es que claro, al haber tantas...” (Pilar)

“Y en cuanto a las preguntas, pues explicaban muy poquito, respuestas muy cortas y cortantes, a parte de cortas, cortantes, ...porque no sé si les estorbábamos o qué” (Eulalia)

“tu vas i cada dia te toca un ginecòleg i ... encara que tingues un assignat però si no està pues te atén un altre i entonces ahí no aclaries res” (Julia)

JERARQUIZACIÓN DE LAS CLÍNICAS Y DE LOS CENTROS MÉDICOS
Los criterios prioritarios que utilizan las mujeres para valorar los centros médicos son los relativos a la capacidad que estos tengan para realizar las acciones tecnológicamente más potentes e innovadoras, aunque ello suponga veladamente que estas acciones sean más agresivas o de yatrogenia incierta.

La situación de desconcierto en que se encuentran las mujeres las lleva a deambular de lo público a lo privado, del especialista en solitario al centro médico especializado, de un centro a otro siempre en busca de “lo mejor”...ante la situación reiterada de fracaso una de las dudas que a las mujeres les surge, es la de si han acudido al mejor de los centros posibles.

“...ya por el gasto tampoco era porque era más caro allí, aquí era medio millón y allí era un millón, pero casí lo tenía que haber hecho allí porque...más seguro y no estaría yo con la duda esa, porque si hubiese ido...aquí me lo he gastao por supuesto, me hubiese dao igual gastármelo allí que aquí, mejor allí por eso, porque es más seguro” (Carmen).
En este deambular, calvario para algunas, en busca del mejor centro, algunas mujeres pertenecientes a áreas médicas no adscritas, en lo relativo a la atención, a centros públicos considerados puntera han realizado rodeos que las han dejado completamente desorientadas.
“Jo l’error bàsic va ser no quedar-me en un i fer lo que me die este i se acabó y hasta aquí hemos llegado i ja està i ja no més. Però vaig anar contrastant un cau ací un cau allà i me vaig armar un cacau hasta allà i no vaig aclarir res” (Julia).
La representación existente de la jerarquía de las clínicas marca el posible itinerario ascendente en el que se pueden ver atrapadas las mujeres que tras intentos infructuosos, pretenden alcanzar la meta de conseguir descendencia independientemente de los costes...son las propias mujeres las que se administran el “orden” (en ocasiones desorden) de utilización de los centros.

Junto a la representación que poseen las mujeres sobre la ordenación vertical de los centros médicos especializados en tratamientos de reproducción asistida en la comunidad valenciana, y en el conjunto del estado español, encontramos las estrategias que utilizan los propios equipos médicos para mantener su rango en la escala de valoración, o para modificar, al alza, su posición en el conjunto.

Se constata la existencia de centros médicos neurálgicos en los tratamientos de reproducción asistida y de centros satélites de los primeros situados en las provincias o en la misma ciudad en la que están los centros que cuentan con mayor reconocimiento.

Además de la menor dedicación temporal y consiguientemente de la menor especialización, en los centros satélites se realizan tratamientos limitados con las técnicas de reproducción asistida. Limitados en un doble sentido, al disponer únicamente de una parte de los procedimientos aplicables en la actualidad en el ámbito clínico y limitados en los recursos humanos que tienen destinados a las tareas derivadas de los tratamientos de reproducción tecnologizada.

Estas limitaciones estructurales, de los centros referidos, en muchas ocasiones revierten negativamente en los tratamientos aplicados a las mujeres, y en la situación de salud de las propias mujeres, ya que no pueden ser finalizados por falta de medios técnicos o profesionales.

“lo que pasa es que las colas son muy largas y no tienen todas las cosas que necesitarían [las médicas]... a la gente del laboratorio que no hay suficiente gente, entonces todos tienen un colaborador en el laboratorio y ese colaborador, pues solo quiere hacer una al día porque tampoco consta que esté obligado a hacer 7 u 8 inseminaciones al día, y entonces quiere hacer solo una al día y entonces si justamente los folículos los tienes maduros para que te hagan la inseminación, no te la hacen, porque solamente quiere hacer una, ¿sabes?, y entonces ya has perdido todos esos pinchazos que me han puesto por los menos cuarenta porque, porque no pueden hacerla, porque ya hay, en ese día ya hay una persona que ya ha ocupado el puesto” (Ángela).