PRESENTACIÓN Y OBJETIVOS


El "Congreso de Jóvenes Filósofos" se celebra sin interrupción desde hace 32 años, siendo celebrado cada congreso en una ciudad diferente del estado español. Siempre ha tenido una buena acogida por parte de las instituciones privadas o públicas a las que les fue solicitado apoyo para hacerlo posible.

La importancia de este congreso radica en gran medida en su excepcionalidad: Si no es frecuente que las figuras más consagradas en el terreno de la filosofía tengan la posibilidad de contrastar personalmente sus opiniones y temas de investigación, todavía resulta menos viable que jóvenes de los más diversos lugares se reúnan para pensar. Las nuevas generaciones que salen de las universidades encuentran sin embargo en este congreso, y desde hace más de tres décadas, un fórum abierto donde poder conocerse, intercambiar puntos de vista y presentar sus nuevas ideas. Año tras año, ellos hacen posible la renovación constante del congreso.

Se trata pues de un ya muy viejo experimento realizado ahora por los más jóvenes, que cumple una importante tarea social en tanto que constituye un pequeño empuje en la formación de nuestros futuros filósofos.


PRESENTACIÓN DEL TEMA


Antiguamente, todo el mundo podía vivir tranquilamente su vida sin apenas salir de su ciudad natal, como es conocido del filósofo Kant. Sin embargo, hoy día las relaciones sociales han adquirido un carácter mucho más global, mundial, podríamos decir sin miedo a exagerar. Las distancias se acortan día a día, y ninguna sociedad, grupo o incluso hombre o mujer, puede vivir aislado de las demás sociedades o grupos sociales.

Sin ir más lejos, en una ciudad "europea" mediana como Valencia, puede encontrarse representantes de multitud de culturas, razas y tradiciones. Se nos impone de alguna manera viajar y recibir viajeros. Por eso, ahora más que nunca, debemos ser conscientes de que todos compartimos un único hogar: el planeta Tierra. No podemos huir de la realidad, no existe ningún otro planeta a donde se nos permita evadirnos. Estamos por ello condenados a intentar entendernos, a la comunicación, incluso cuando ésta conduzca al desacuerdo.

Al mismo tiempo, no podemos dejar de comprender que el mal que causamos en la Tierra es un mal que nos hacemos a nosotros mismos, siendo este nosotros no nuestra sociedad o país, no el nosotros de "nuestra europa", sino el nosotros universal, compuesto por todos los pueblos que habitamos en ella. Si queremos coordinar y mejorar nuestros esfuerzos para cuidar el planeta, y de este modo respetarnos y estimarnos a nosotros mismos, se hace necesario el trabajo en común y la colaboración, que sólo pueden ofrecer algún resultado sobre el presupuesto básico, una vez más, del entendimiento.

Si la conclusión de esta breve reflexión conduce a destacar la vital importancia que cobra todo intento de comprensión entre culturas, creemos que el tema elegido para el presente congreso, Oriente y Occidente, no podía ser más acertado. Acierto del cual esperamos que sea tan sólo el principio de un recorrido que no por largo y dificultoso ha de considerarse imposible.

El congreso se plantea pues como un encuentro para la investigación de las vías de comprensión entre los pueblos de la tierra; deseamos que su celebración constituya a la vez por sí misma un paso adelante en este camino, aun cuando sólo sea a través de este invitar a dirigir la mirada hacia un "otro" que todavía nos resulta extraño.


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