Comunicaciones
Los resúmenes de las comunicaciones están disponibles en formato pdf aquí (actualizado el 5.11.2012).
Traduire les Voyages de Humboldt
Jonathan Crête
Université de Montréal
La contribución científica de Alexander von Humboldt (1769-1859) es incuestionable, pues se le considera el fundador de las bases de la exploración científica. Humboldt, nacido en Berlín de madre oriunda de Francia, fue miembro de la Académie des Sciences francesa y Presidente de la Société de Géographie de París.
En esta comunicación estudiaremos la traducción de la obra más importante de Alexander von Humboldt, Voyages aux régions équinoxiales du Nouveau Continent (1799-1804), por Lisandro Alvarado, Eduardo Röhl et José Nucete-Sardi, titulada Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente (1941-1942).
Desde una óptica descriptiva (Toury 1995) y según los fundamentos del modelo sociocultural de Lépinette (2003), examinaremos algunos pasajes de esta extensa obra con el fin de poner de manifiesto las estrategias de los traductores para hacer inteligibles en español las observaciones y descripciones científicas del explorador alemán.
Estudiaremos los textos desde un punto de vista comparativo y trataremos asimismo algunos de los muchos paratextos que acompañan tanto el original como la traducción. Entendemos por paratextos lo que Lépinette define como peritexto, es decir “todos los acontecimientos y fenómenos que acompañan la producción de un texto o conjunto de textos traducidos en un contexto sociocultural receptor”.
La traducción parcial de la obra de Humboldt —únicamente los nueve libros que tratan sobre Venezuela han sido traducidos al español— es obra de tres traductores venezolanos. El primero, Lisandro Alvarado, realizó la traducción de siete de los nueve libros de los Voyages dedicados a la región de Venezuela. Médico, naturalista, historiador, etnólogo y lingüista, Alvarado tradujo asimismo del latín el tratado De rerum natura de Titus Lucretius Carus y redactó varios ensayos y glosarios sobre el español de Venezuela.
Eduardo Röhl y José Nucete-Sardi tradujeron los dos últimos libros de los Voyages. Röhl fue un importante científico, agrimensor y naturalista, miembro asimismo de varias Academias; en cambio, el segundo fue periodista, diplomático e historiador.
Circulación del saber económico y normalización léxica en el siglo XIX: las traducciones de Jean-Baptiste Say al español
José Carlos de Hoyos
Université Lumière Lyon 2
En los estudios sobre la difusión del pensamiento económico en España, la presencia de Jean-Baptiste Say (1767-1832) como el gran clásico de la economía en la primera mitad del siglo XIX ha sido ampliamente probada por trabajos recientes (Almenar-Lluch 2000, Menudo-O’Kean 2005, López Castellano 2009). Esta preponderancia del economista francés sobre otros economistas de la época, quizás más influyentes a largo plazo, como es el caso de Adam Smith, pero con menor difusión directa en nuestro siglo XIX, ha permitido a los investigadores en historia del pensamiento económico español la denominación general para el período 1807-1837 como “era Say”.
La importancia de Say en España se debe, entre otras causas, a la inexistencia de censura para sus obras, a la gran difusión de sus traducciones y a la presencia de sus textos en la formación de los nacientes estudios económicos. Hasta ahora, el interés en el estudio de la obra de Say se ha centrado en la difusión/recepción de sus ideas, dejando como asunto periférico las consecuencias que para la lengua española ha tenido el hecho de que la base de la incipiente ciencia económica española se haya apoyado en la obra francesa de Say.
Como ejemplo del interés de un análisis lingüístico de las traducciones de Say, podemos señalar el caso de las palabras clave en la teoría del economista entreprise/entrepreneur. Para el español de principios del XIX, la traducción hoy evidente por la existencia de equivalentes asentados (entreprise=empresa; entrepreneur=empresario), no existía, ya que los traductores recurren a palabras con diferentes capacidades semánticas de ajuste a las nociones de Say. Para entrepreneur, el español de la época nos propone: maestro, oficial, director, fabricante, industrioso, hombre de negocios… Para entreprise, industria, comercio, negocio… Un abanico de posibilidades se abre al traductor de la época antes de homogeneizar sus traducciones (a mediados de siglo aproximadamente) con los equivalentes actuales: empresario y empresa. El largo proceso de normalización y los elementos que entran en el mismo serán objeto de nuestra contribución, dando así a los estudios económicos sobre Say una nueva perspectiva basada en el análisis lingüístico de las traducciones españolas de este autor, que contribuirán, por una parte, a consolidar la comprensión de los procedimientos existentes en la circulación de las ideas en la época y, por otra, a situar la traducción como uno de los agentes claves en la recepción del pensamiento y en la estabilización del mismo por medio del lenguaje.
A pesar de la existencia de algunas contribuciones importantes en el terreno de la terminología económica en lengua española (estudios clásicos de Josefa Gómez de Enterría 1990, 1996 o más recientes como José Carlos de Hoyos 2007) creemos que el análisis del léxico económico y la influencia de Jean-Baptiste Say y su repercusión merece un tratamiento específico. Por ello, pretendemos analizar las elecciones de traducción de ciertos textos de Say en español y su consolidación como primer lenguaje de especialidad estructurado en el campo de la moderna teoría económica. Para ello analizaremos en particular los textos traducidos de Say que manifiestan una clara preocupación por la creación de una lengua para la ciencia económica: el Épitomé (añadido como anexo pedagógico al Traité d’économie politique, gran obra de Say y texto base de su pensamiento económico) y el Catéchisme, documentos ambos esenciales en la introducción de la Economía como disciplina académica en España.
La huella francesa en el léxico minero español dieciochesco
Pilar Díez de Revenga Torres
Universidad de Murcia
Centraremos nuestra atención en la minería y su extensión léxica en español, en un momento, último tercio del siglo XVIII, de vital importancia para conocer el uso de una terminología, traducida en su mayor parte. En numerosas ocasiones se ha puesto de relieve el interés de este periodo para la ciencia y la técnica modernas y el atraso y aislamiento de España con respecto a otros países europeos como Francia y Alemania, lo que se solventaba mediante la contratación de científicos extranjeros o bien pensionando a españoles para que se formaran en aquellos países.
En este marco nos ocuparemos de la traducción elaborada por Joseph Antonio de Alsati y Ramírez de la Memoria que trata de las minas de Almadén de Mr. Jusieu. Destacará su importancia para la divulgación de los nuevos conocimientos a través de traducciones de manuales y estudios especializados Hemos de hacer notar que si España no tuvo una infraestructura científica comparable a la de países como Alemania o Francia, sí destacaron algunos nombres que aportaron sus conocimientos al panorama científico internacional. Este tipo de obras traducidas pone de manifiesto que el aislamiento científico español era en parte relativo porque, constantemente, se recibía información sobre las nuevas técnicas e investigaciones, aunque quedara restringida su difusión a la élite ilustrada. Incluso, este tipo de traducciones pocas veces se editaron y se han transmitido manuscritas.
El léxico de los instrumentos quirúrgicos en la traducción al español del Manuel de médecine opératoire (1839) de J.F. Malgaigne
Mª Elena Jiménez Domingo
Universidad de Sevilla
Como es sabido ya en el siglo XVIII los textos científicos y técnicos publicados en Francia despertaron el interés de los especialistas españoles que llevaron a cabo una importante actividad traductológica. Como se sabe también dicha actividad fue en aumento a lo largo del siglo XIX y las obras de medicina no quedaron al margen de esta corriente: las traducciones al español de textos franceses que vieron la luz en esta última centuria se cuentan por decenas. En este estudio nos detendremos en la traducción de la tercera edición del Manuel de médecine opératoire de Jean-François Malgaigne de 1839, publicada por Cayetano Balseiro en 1841, y analizaremos en particular la traducción del léxico del instrumental quirúrgico.
Los manuales de procedencia francesa en la enseñanza y difusión de la física eléctrica en España a lo largo del siglo xix
José Antonio Moreno Villanueva
Universitat Rovira i Virgili
Es bien conocido el papel que las traducciones del francés desempeñaron en la difusión de la física experimental en España. El caso de la electricidad, que se configuró como ciencia a lo largo de la segunda mitad del siglo xviii y experimentó un extraordinario desarrollo a lo largo del siglo xix, como consecuencia de la invención de la pila de Volta (1800) y del descubrimiento del electromagnetismo (1820) y los fenómenos de inducción (1831), no fue una excepción.
Tras un breve repaso del estado de los conocimientos sobre esta materia en nuestro país, se ofrece una aproximación a los principales manuales y tratados de procedencia francesa que se utilizaron en las universidades y en las principales academias e instituciones científicas para dar a conocer los avances y hallazgos en materia de electricidad desde los primeros años del siglo xix hasta 1875, cuando se asiste al nacimiento de la industria electrotécnica.
El estudio viene a complementar un trabajo anterior en el que me ocupé de los textos franceses que contribuyeron a la introducción de la física eléctrica en España durante la segunda mitad del siglo xviii. Si en esa etapa fueron decisivas las obras de Nollet, Sigaud de la Fond, Para du Phanjas o Brisson, entre otros, en el siglo xix toman el testigo los tratados de física de Libes, Despretz, Deguin, Pouillet, Jamin o Ganot, que gozaron también de extraordinaria difusión, lo que contribuyó, de paso, a la carencia de originalidad de la producción científica española. Asimismo, no hay que perder de vista que, al calor de esos textos, vieron la luz los primeros manuales de autor español, de desigual valor y casi siempre inspirados, en mayor o menor medida, en las fuentes francesas.
El conocimiento de estas obras, así como de sus autores y traductores, en fin, resulta fundamental para conocer la evolución de los estudios sobre física eléctrica en España. Por este motivo, en esta comunicación prestaré una atención prioritaria a su valor como vehículo de transmisión de conocimientos y, por extensión, del vocabulario asociado a esa disciplina.
Este estudio se enmarca en el proyecto de investigación «Diccionario histórico del español moderno de la ciencia y de la técnica» desarrollado por el grupo Neolcyt y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (HUM2010-FFI2010-15240).
La traducción de obras lexicográficas: la versión en español del diccionario de Pons-Augustin Alletz L’Agronome, ou dictionnaire portatif du cultivateur (1761)
M. Julia Pinilla Martínez
Universitat de València-IULMA-Tradcyt
La relevancia de la agronomía en el siglo XVIII y parte del XIX se plasmó en la gran cantidad de estudios realizados en Europa muchos de los cuales fueron traducidos al español, como sabemos. El fruto de estas investigaciones vio la luz en diversos tipos de obras: tratados, manuales, publicaciones periódicas, hojas parroquiales…, en función de los autores y de los destinatarios de las mismas.
Los diccionarios “enciclopédicos” no fueron ajenos a este ámbito científico. El de mayor relevancia fue, sin lugar a dudas, el de l’Abbé Rozier traducido al español por J.A. Álvarez Guerra con el titulo Curso completo o Diccionario universal de Agricultura. Estas obras están concebidas en su macroestructura como una obra lexicográfica, se adopta en ellas el orden alfabético para facilitar su consulta y los artículos tienen un carácter enciclopédico pues en ellos se incluye toda la información necesaria para el agricultor a modo de manual o tratado. Además de la gran obra de Rozier, se publicaron otras cuyo reconocimiento científico fue menor pero de gran divulgación. La obra que presentamos en esta comunicación pertenece a este último tipo. Nos centraremos en el estudio de la versión en español del diccionario de Pons-Augustin Alletz: L’Agronome, ou dictionnaire portatif du cultivateur (1761) haciendo hincapié en las partes propias del traductor.
Las traducciones alemanas, esas viejas desconocidas, en el léxico minero español del siglo XVIII
Miguel Ángel Puche Lorenzo
Universidad de Murcia
Mucho se ha escrito hasta este momento acerca del impulso que reciben la ciencia y la técnica durante el siglo XVIII, situación que se advierte con mayor claridad en el XIX, aunque no sea un hecho homogéneo ni en el tiempo ni en el espacio ni en lo que se refiere a las diversas disciplinas científicas, tal como sucede con el propio cambio lingüístico. Así puede comprobarse en el caso de la lengua española como vehículo de comunicación y transmisión de conocimientos durante ese periodo y en esos contextos científico-comunicativos. La minería no fue ajena a tal hecho y de ese modo hemos ido advirtiéndolo en su minucioso estudio.
No obstante, la existencia de técnicas tradicionales con un vocabulario patrimonial en el seno del español también se muestra como un buen ejemplo de la situación lingüística del periodo marcado, puesto que los avances proporcionan nuevos métodos de trabajo o el nacimiento de disciplinas hasta ese momento desconocidas de las que se servirá la minería para su desarrollo. Pero tales avances vienen generalmente de países ultrapirenaicos que aportan tanto el objeto o la técnica moderna como la manera de denominarla. Ante esta situación se genera la convivencia del léxico tradicional junto con los recientes préstamos que el transcurso del tiempo cribará en función de su aceptación y utilidad en el seno de la sociedad que los utiliza.
En este contexto si sitúa la obra que pretendemos estudiar en este trabajo, pues se trata de la traducción realizada por Josef de Ricarte a partir del texto elaborado por el profesor Ruprecht sobre el método inventado por el Barón de Born.
Mediante este estudio incidiremos en la importancia que poseen las llamadas por Díez de Revenga y Puche traducciones ocultas para la creación y difusión del léxico especializado en el seno de la lengua española.
Del Diccionario Geográfico de Juan de La-Serna (1750) al Diccionario Geográfico Universal de Antonio de Capmany y Montpalau (1783):
un paso en la adaptación de la toponimia universal al español.
Mercedes Quilis Merín,
Universitat de València
El Diccionario Geográfico de Juan de la Serna (1750) contiene abundante toponimia en francés, lengua de la que fue traducido a partir de un original inglés. En la nueva edición aparecida unos años más tarde preparada por Capmany, el Diccionario Geográfico Universal (1783), se insiste en la regularización ortográfica de los nombres geográficos universales a la reglas ortográficas más aceptadas en español y se anuncia una remodelación total de la obra original, en la que lo más destacado desde el punto de vista lingüístico es esta polémica sobre la modernización de la toponimia universal. La obra, además, estuvo sometida a la censura de la Real Academia de la Historia, labor que realizó exhaustivamente uno de sus miembros más destacados, Tomás López, circunstancia que se añade al valor divulgativo de este diccionario.
En realidad, la obra presenta distintos criterios para la regularización anunciada que no siempre se ajustan a la ortografía del español: la adaptación pasa a veces por el respeto a la tradición y otras por la pura adaptación fonética (como se pronuncia), sin dejar de lado la regularización en las terminaciones (del tipo -land / -landia, etc.) o la resolución de determinadas homonimias con criterios dispares.
Las traducciones al español e italiano del libro De Geometria (1532) de Oronce Finé: convergencia terminológica.
Francisco Javier Sánchez Martín
Universidad de Murcia
Si nos adentramos en los libros matemáticos que contaron con una importante difusión en el siglo XVI debemos detenernos en los compuestos por el matemático francés Oronce Finé, cuya obra –aun siendo secundaria si la comparamos con los grandes genios matemáticos de la época– es un referente en los primeros programas de enseñanza de las matemáticas realizados por los jesuitas, como puso de manifiesto Antonella Romano (2004). En efecto, evidencia de su notoriedad es el número de traducciones de sus obras latinas de geometría, óptica, geografía y astronomía. Nuestro interés, en esta ocasión, se centra en Protomathesis: Opus varium, que vio la luz en París, en el año de 1532, y que contiene cuatro libros: Arithmetica practica, Geometria, Cosmographia sive mundi Sphaera, Solaribus Horologiis.
Del segundo libro, De Geometria, se desprenden las traducciones redactadas en dos lenguas romances, español e italiano: Los dos libros de la geometría práctica de Oroncio Fineo Delphinate, traducidos de latín en lengua española por Pedro Juan de la Estanosa de Bruselas, y dispuestos y ordenados por Hierónimo Girava Tarraconense (1553) (ápud Mancho Duque y Quirós García, 2005) y Della Geometria di Orontio Fineo Del Delfinato, el segundo de los libros que conforma el volumen Opere di Orontio Fineo del Delfinato, divise in cinque parti: Arimetica, Geometria, Cosmografia e Oriuoli, tradotte da Cosimo Bartoli (Venetia, Francesco Franceschi Senese, 1587).
El objetivo de esta investigación radica en la comparación de los contenidos de estas dos traducciones realizadas a partir de su obra Protomathesis, si bien, nuestro alcance se verá limitado al análisis de algunas partes concretas dada su relevancia. Por un lado, el prólogo de la versión castellana, dedicado al futuro rey Felipe II, que redacta Jerónimo Girava y en el que éste manifiesta y explica cómo ha actuado en el proceso de la traducción. Por otro, los capítulos propiamente dichos con el fin de examinar, en primer lugar, las anotaciones insertas en los márgenes –de los que carece, sin embargo, la traducción italiana–, y detenernos, después, en los distintos contenidos: el prefacio sobre la excelencia de la geometría, el desarrollo de los conceptos relativos a los tres principios de esta ciencia (definiciones, postulados y sentencias) y la exposición de los elementos básicos de la geometría plana euclidiana.
Este estudio terminológico comparado nos permitirá contemplar los procesos de convergencias léxicas característicos del vocabulario culto románico.
Un ejemplo de la corriente traductora en la lexicografía especializada: el Diccionario militar (1749) de Raimundo Sanz
Marta Sánchez Orense
Universidad de Salamanca
En el año 1749 ve la luz el primer trabajo lexicográfico en lengua española sobre vocabulario militar, cuyo título completo es Diccionario militar, o recolección alphabética de todos los términos propios al Arte de la Guerra. Explicación y práctica de los trabajos que sirven al ataque y defensa de las plazas: Sus ventajas y defectos según sus diferentes situaciones, con un detalle histórico del origen y naturaleza de diferentes especies, tanto de empleos antiguos y modernos como de las armas que se han usado en diferentes tiempos de la monarchía francesa hasta oy. Breve y extracta explicación de la obligación de los oficiales de Infantería, Cavallería, Dragones, Artillería e Ingenieros, sea en guarnición o campaña, según el méthodo presente de hacer la guerra.
En la portada se especifica que ha sido “traducido del idioma francés en el español por don Raymundo Sanz, capitán del Regimiento de Real Artillería”. A propósito de la traducción, encontramos más datos en la cédula real, así como en las tres aprobaciones con las que decide presentar su trabajo. Entre otros preliminares que integran el repertorio, sobresalen la dedicatoria que Sanz dirige al excelentísimo señor don Nicolás de Carvajal y Lancaster, la fe de erratas y el prólogo del autor. Precisamente, es en la cédula regia donde se alude al autor del diccionario francés origen de la traducción de Sanz: “Por parte de vos don Raymundo Sanz, capitán de Minadores del primer Batallón de Artillería, se me ha representado teníais traducido del idioma francés al español un tomo en octava, con el título de Diccionario Militar, o Recopilación Alphabética de todos los términos propios al Arte de la Guerra, y que el nombre del Autor era solamente el que se encontraba en la Dedicatoria que hacía al Príncipe de Turena, y se reconocía por A. D. L. C. [...]” (Sanz 1749: XIV). Estas iniciales corresponden a Aubert de la Chesnaye-Desbois, cuyo Dictionnaire militaire, ou recueil alphabétique de tous les termes propres à l'art de la guerre data de 1742.
En el presente trabajo nos proponemos analizar este primer diccionario militar de nuestra lengua, que es fruto de la producción científica desarrollada en el país vecino, con el fin de detallar su estructura y sus principales características. Lógicamente, al tratarse de una traducción, partiremos del Dictionnaire militaire que le sirve de base, e intentaremos descubrir si el repertorio de Sanz es totalmente fiel al original, o si, por el contrario, puede apreciarse su intervención. Además, por su especial relevancia, pretendemos rastrear la influencia que este diccionario pudo ejercer en la lexicografía militar posterior del español.
Fuente: Traité des arbres fruitiers de Duhamel du Monceau (1768)