Abordar desde un punto de vista crítico el modelo de masculinidad actual es el objetivo del taller “De la masculinidad tradicional a las nuevas masculinidades igualitarias” impartido este miércoles por Joan Sanfélix, profesor de la UV e integrando del colectivo Hombres Valencianos por la igualdad, a la Universitat d’Estiu de Gandia.
En palabras del propio Sanfélix “se trata de abandonar la idea de la masculinidad tradicionalmente machista y acercarla a las nuevas corrientes actuales marcadas por la lucha por la igualdad y el feminismo. Las nuevas masculinidades son aquellas que apelan por una transformación del modelo tradicional y que se basan en un mundo marcado por las corresponsabilidades, por las curas, las emociones e incluso por la cultura de la paz o el ecologismo. Se trata, en definitiva, de otra forma de estar en el mundo como hombres”.
Este taller, impartido este miércoles en la UEG, pretende visibilizar las formas posibles de ser un hombre que rompen con el modelo tradicional, un modelo que “no es bueno para las mujeres, pero tampoco para los hombres. Se trata de caminar hacia un espacio que sea más sano para todos y para todas”. La vida cotidiana es el punto de partida para todos los cambios que se puedan producir. Según el propio Sanfèlix tenemos que pensar qué podemos hacer cada día para “dejar atrás la mochila patriarcal que todavía arrastramos y analizar cómo nos relacionamos con nuestro entorno, con nuestro propio cuerpo y, sobre todo, con el grupo de nuestros iguales masculinos. Qué podemos hacer y qué podemos cambiar. Autodenominarse feminista es muy sencillo, pero hay que ver que basura a nuestra vida cotidiana para cambiar”.
El coordinador del curso explicó que éste es un movimiento que va de la mano de aquello que las feministas están planteando. Aun así, confesaba que dentro de los Hombres Valencianos por la igualdad existe un debate sobre qué tiene que ser la relación con el feminismo: “tenemos que ser sus aliados, pero tenemos que tener nuestro espacio. Tenemos que convertir nuestros espacios en espacios feministas, pero no ir a ocupar su lugar. Además, el que tenemos que hacer es preocuparnos por nuestra masculinidad y el efecto que tiene sobre nuestro entorno y, especialmente, sobre las mujeres”
