MÁS ALLÁ DE MENDELÉIEV: 200 años de clasificaciones químicas

Inauguración 27 de febrero

Organiza: Facultat de Química y el Instituto Interuniversitario López Piñero

Comisarios: Luis Moreno y José Ramón Bertomeu.

El sistema periódico de los elementos químicos es uno de los componentes fundamentales de la ciencia contemporánea. Igual que otros aspectos de la ciencia, el sistema periódico presenta una gran variedad de significados que se pueden analizar desde un punto de vista histórico. El más habitual es considerarlo como una clasificación que, mediante varias representaciones gráficas, es empleada como herramienta didáctica en las aulas. También suele definirse como una ley con capacidad de predicción de propiedades de nuevos elementos, como parece que prueban una parte de los descubrimientos de las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX, a pesar de que también hubo muchas excepciones, predicciones fallidas y experimentos controvertidos, tal y como también es el caso con los nuevos elementos 119 y 120, si finalmente se confirma su descubrimiento. Por otro lado, más allá de los límites de la comunidad científica, la tabla periódica forma parte de las imágenes más populares de la química. Gracias a la extensión de la educación secundaria, gran parte de la población se ha familiarizado con alguna de sus versiones gráficas que se pueden encontrar en museos de ciencia y obras de divulgación. El sistema periódico tiene así un papel relevante tanto en la memoria colectiva de la química como en su imagen pública. Estas características crean un amplio abanico de oportunidades para usar su historia con fines educativas, pero también permiten la posibilidad de popularizar discursos pseudo-históricos fundamentados con mitologías del descubrimiento científico que marginan determinados espacios y personajes de la historia de la ciencia.

La exposición es el resultado de una de estas propuestas didácticas desarrolladas durante el año internacional de la tabla periódica (IYPT2019). Siguiendo el que han hecho otras muchas instituciones, la Universitat de València (Facultades de Física y Química, Museo de Historia Natural e Instituto Interuniversitario López Piñero) organizó un concurso de tablas periódicas, con una sección particular dedicada a las tablas periódicas antiguas. Estudiantes y profesorados de varios centros educativos del País Valenciano presentaron tablas antiguas encontradas en libros o murales de su instituto. El jurado decidió finalmente dar el primer premio ex aequo en dos centros públicos de enseñanza secundaria: y el IES de Albal y el IES Vicent Ferrer de València. Los alumnos del instituto de Albal presentaron un conjunto de tablas periódicas y ordenaciones de elementos encontrados en diferentes libros antiguos y manuales de su centro. Por su parte, el IES Vicent Ferrer hizo un hallazgo científico importante: una tabla periódica diseñada por el químico alemán Andreas von Antropoff en la década de 1920 y que fue comercializada y distribuida a muchas instituciones educativas del mundo, a pesar de que a estas alturas son pocas las tablas que se conservan. Esta tabla con colores es la que ha servido como presentación de la exposición y esperamos que en breve sea posible hacer una restauración para presentarla en público.

Los trabajos presentados por los estudiantes y el profesorado de bachillerato de Albal y Valencia han sido complementados con documentos e impresos de la biblioteca Vicent Peset Llorca del Instituto Interuniversitario López Piñero. Estos documentos incluyen tablas y ordenaciones del siglo XIX. Por ejemplo, figura la famosa gráfica de volúmenes atómicos de Lothar Meyer, una de las primeras representaciones de las propiedades periódicas de forma numérica. También hay otras muchas tablas periódicas de los últimos años del siglo XIX y principios del XX. La exposición muestra así que las investigaciones sobre el sistema periódico fueron el resultado de creatividades colectivas con un grupo amplio de protagonistas dentro de las aulas de ciencias. Si hace 150 años Mendeléiev realmente jugó un peculiar «solitario químico», lo hizo con cartas previamente marcadas por las clasificaciones producidas anteriormente en las aulas de ciencia. Su particular versión del sistema periódico no fue una creatio ex nihilo. Partió de un conjunto de familias que estaban ya muy consolidadas en la pedagogía química del siglo XIX. No fue ni el primer ni último profesor de química que trató de organizar su manual de acuerdo con estas secuenciaciones. Tal y como muestran los ejemplos de la exposición, otras muchas personas van posteriormente modificar sustancialmente su propuesta hasta transformarla en la versión actual, la cual también está en constante transformación, ahora esperando la confirmación de los nuevos elementos 119 y 120. La tabla periódica es pues resultado de procesos creativos de larga duración que son habitualmente marginados dentro de las mitologías del descubrimiento que inundan las prácticas conmemorativas de ciencia y popularizan así imágenes deformadas de la actividad científica, en contra de las conclusiones de la investigación histórica. Esta exposición puede servir para luchar contra estas formas de pseudo-historia gracias a la colaboración de estudiantes y profesorado de diferentes niveles educativo.