La Cátedra Universitaria de aplicación de metodologías estadísticas, económicas y de aprendizaje automático para la detección de delitos financieros y blanqueo de capitales (Cátedra DEBLANC) de la Universitat de València ha asistido a la conferencia titulada “Solución Aseguradora para la Gestión de los Ciberriesgos y el Cibercrimen” de Carlos Rodríguez Sanz, CyberEdge Product Leader de AIG, que se impartió ayer jueves 29 de noviembre en el Colegio de Mediadores de Seguros de la Comunitat Valenciana (Micer Mascó, 27).
Al inicio de la conferencia, el ponente ha intentado concienciar a los asistentes de que el cibercrimen o el ciberdelito es más común de lo que podemos pensar y que son, precisamente, las pequeñas y medianas empresas las que más ataques de este tipo sufren. Ha explicado el procedimiento más común de extorsión a este tipo de empresas que se efectúa a través de randsomware y que, habitualmente, el rescate se solicita en bitcoin o en otras criptomonedas.
Según Carlos Rodríguez Sanz, el ciberataque suele pasar por varias fases. Una empresa que es atacada sufre en primer lugar una crisis de sistemas, que consiste en que los ordenadores dejan de funcionar y/o los datos son robados. A continuación, se pasa a la crisis legal. Es necesario, pues, determinar cuál es la actuación de la empresa ante un hecho de estas características. ¿Se debe comunicar a las autoridades? ¿se debe comunicar a los usuarios afectados? ¿Qué consecuencias el incidente sufrido? Posteriormente vendrá la crisis financiera que implicará la pérdida económica para la empresa, desde el pago de la extorsión a los costes de volver a poner en marcha los sistemas. Y finalmente, la crisis reputacional, cuando los clientes habituales de la empresa se marchan a otras compañías por la falta de credibilidad y seguridad de la empresa.
Para todos estos riesgos, el ponente afirma que existen soluciones aseguradoras que ofrecen cobertura a través de las pólizas de ciberriesgos. En este sentido, estas nuevas pólizas no son como los seguros tradicionales y se estructuran en tres fases: Prevención y Consultoría, Respuesta rápida ante un ataque y las coberturas propias de los seguros tradicionales. Las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, deben conocer estos tipos de riesgos y las posibilidades que tienen para transferir parte de ese riesgo a las compañías aseguradoras.
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