El Mercado Agroecológico de la UV cuenta con productos locales con un enfoque social y solidario. Los proyectos que participan en el Mercado tienen el sello ecológico tradicional del Comité de Agricultura Ecológica y/o el sello de Sistema Participativo de Garantía (SPG).
Nos encontramos de nuevo ante la perspectiva de un verano largo y caluroso. La sequía en la península es muy acuciada y tanto la producción de aceituna, cereal, como la de carne se está viendo muy comprometida por la falta de lluvia y el aumento de los costes, lo que implica una menor producción, una mayor importación de productos, las pérdidas de los productores y una escasez de producto con el consiguiente aumento de precios, en especial, en la agricultura industrial.
Desde el Vicerrectorado de Sostenibilidad, Cooperación y Vida Saludable se ha preguntado cómo afecta esto a personas participantes del Mercat Agroecològic de la UV. Xavo, del proyecto Ca Malva, una experiencia de agroecología con animales en l’Horta Nord, nos comparte lo siguiente:
“La producción local basada en la agroecología de venta directa es más resiliente a estos cambios estacionales.”
“Por un lado, la proximidad al mar permite que los cambios de temperatura no sean tan extremos y la existencia de pozos con reserva de agua nos permite no notar tanto la escasez de lluvia. Por otro lado, la diversificación de cultivos nos permite no arriesgar toda la producción a un solo producto.”
“El aumento de la temperatura y la prolongación de la estación cálida incide en las plagas (insectos) y enfermedades (hongos) que afectan a los cultivos, lo que en la agricultura convencional implica una mayor dependencia de productos químicos y se ven afectados por el encarecimiento de estos químicos.”
“En cambio, los que practicamos agricultura agroecológica, combatimos estas plagas y enfermedades favoreciendo la biodiversidad que las mantiene a raya de forma natural. Además, la diversidad en lo que cultivamos nos permite compensar lo que pueda afectar a un determinado producto con la de las otras variedades. Al cultivar especies autóctonas más adaptadas a estas variaciones que las especies híbridas o importadas también nos afectan menos.”
“Sí notamos cambios en el calendario y la cosecha: las alcachofas se plantan y se cosechan más tarde (y con menor producción) por que el frío llega más tarde, los tomates se pueden cultivar durante un periodo más largo, pero en líneas generales, los pequeños productores locales agroecológicos, tenemos una mayor resiliencia ante estos cambios y la crisis que afecta muy seriamente a la agricultura industrial, la tradicional y la de monocultivo, no la sufrimos tanto”.