Una de cada dos persones migrantes es mujer. Asimismo, a las "noticias sobre los inmigrantes", habitualmente, las mujeres no aparecen diferenciadas. Si lo hacen, suele ser como sujeto u objeto de tragedias: víctimas de malos tratos; explotadas por mafias de la prostitución; delincuents a pequeña escala; sumisas, incultas ... Y su imagen suele ir asociada al tópico de lo exótico y a roles tradicionalmente femeninos. En el imaginario colectivo configurado a partir de esta forma de representación, el estereotipo "mujer inmigrante" promueve el rechazo o la lástima.

 

Los estudios que introducen el género como variable, descubren una realidad diferente y diversa. Sin olvidar que la nostalgia, el dolor o la explotación están, la intención de esta exposición es contribuir al esfuerzo de hacer visible lo que habitualmente es invisible. 

 

Representar esta no-noticia, que nos es más cercana de lo que imaginábamos. Ayudar a eliminar el miedo que comporta el desconocimiento y transformar la compación y la repulsa en respeto a la dignidad y admiración de la valentía. 

 

Esta no-historia cotidiana, contada a 18 voces, quiere buscar, más allá del sutil velo de la diferencia, las mujeres amigas que no callan, las mujeres que llaman en voz baja.

 

 

 

 

 

 

 

 

Se ha terminado el rol de guardiana sedentaria del campamento o no existió nunca? Según estudios recientes, una de cada dos personas migrantes es mujer. Esta tendencia, que caracteriza los flujos mundiales, se sigue también en nuestro entorno inmediato. En el País Valenciano, y en otras comunidades autónomas, el cincuenta por ciento de la inmigración la constituyen mujeres.

 

Escondidas detrás del masculino universal, esta importancia cuantitativa no tiene equivalente en su presencia en los medios de comunicación. Cuando se tratan "noticias sobre la inmigración", las mujeres no aparecen diferenciadas. Si lo hacen, van acompañadas de tragedias: víctimas de malos tratos, mujeres explotadas por mafias de la prostitución, delincuentes a pequeña escala, sumisas, incultas ...

 

Su representación gráfica es también escasa y distorsionada. Si es muestran imágenes de mujeres inmigrandes ilustrativas de noticias, se seleccionan las de alguna etnia fácilmente reconocible en su diferencia, por el color de la piel o por la indumentaria y, habitualmente, en el ejercicio de papeles femeninos tradicionales: maternidad, trabajo doméstico...

 

De estas formas de representación se deriva que la diversidad cultural, étnica y de roles aportada por las mujeres inmigrantes esté ausente en el imaginario colectivo. Además de la pérdida en el enriquecimiento social que esta diversidad podría suponer, en estas percepciones se fundamentan actitudes de rechazo o de lástima y políticas migratorias de planes e indiferenciadas, cuando no xenófobas, más atentas a los votos que a las soluciones. Puede ser la situación sería diferente si en el conjunto de votantes se incluyeran también las personas inmigrantes, a las que parece obvio exigir el cumplimiento de sus deberes cívicos e impensable otorgar sus derechos completos de ciudadanía.

 

Susi Artal