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Duelo Institucional por el fallecimiento profesor Carmelo Lozano Serrano

  • 25 mayo de 2020
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Lamentamos comunicar que ha fallecido el Dr. Carmelo Lozano Serrano, Catedrático de Derecho Financiero y Tributario de nuestra Facultat, y que fue Decano de ella entre 1992 y 1997. En la actualidad, era el coordinador del programa de doctorado en Derecho, Ciencia Política y Criminología, así como codirector del Máster Universitario en Derecho de la Empresa.

Las restricciones de circulación y movimiento decretadas a raíz del estado de alarma declarado en todo el país por la pandemia causada por la Covidi-19 limitan la participación en velatorio y funerales. La Facultat de Dret avisará, más adelante, de las ceremonias y actos que puedan tener lugar en recuerdo de nuestro querido compañero.

La Rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, ha expresado sus condolencias, en su nombre y en el de todo el Equipo Rectoral. La Facultat se une al dolor de su familia y de sus compañeros en tan sentida pérdida. Descansa en paz, querido Carmelo.

Carmelo se licenció en la Universitat de València en 1976, con premio extraordinario, y luego marchó a la Universidad de Murcia, donde, bajo la dirección de Juan Martín Queralt, defendió la tesis doctoral (también con premio extraordinario) y fue profesor. 1987 ganó la cátedra de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Santiago de Compostela y dos años después volvió a València a ocupar una cátedra de la misma disciplina.

En la Facultat fue delegado de estudiantes a mediados de los años setenta, y vicedecano en el equipo con el que Carmen Alborch llegó al Decanato en 1985. Luego fue decano entre los años 1992 y 1997, cuando el centro trasladó su sede en el nuevo campus de Tarongers. En la actualidad era coordinador del programa de doctorado de la Facultad ( "Derecho, Ciencia Política y Criminología") y codirector del máster universitario en Derecho de la Empresa, Asesoría Mercantil, Laboral y Fiscal.

El profesor Lozano era un reconocido especialista en los estudios de postgrado, que siempre animó a impulsar. Una de sus últimas aportaciones a la Facultat fue la colaboración, intensa y fructífera, en la comisión que redactó la propuesta de un plan de doble titulación Derecho-Economía, que se implantará próximamente en la Universitat de València.

En el plano profesional, era un jurista consumado y un investigador excelente (con seis sexenios reconocidos). Destacan sus estudios sobre la financiación autonómica en relación con la Constitución y la garantía de los derechos sociales, las haciendas locales, la prescripción en materia fiscal o las tasas. En este último punto, su aportación fue clave para conseguir, dentro de un trabajo de la Clínica Jurídica de la Facultat, anuló el decreto autonómico que fijaba el copago en materia de derechos sociales. El compromiso social y político del profesor Lozano era indudable, una de las claves para entender su trabajo y su tarea profesional.

Era, asimismo, coautor de uno de los mejores manuales de nuestro país en materia de derecho tributario. Académico impecable, formó una escuela de jóvenes investigadores que ahora son profesores consagrados de diversas universidades valencianas. Igualmente, se integró como vocal en numerosas comisiones de expertos; la última, la de la Generalitat para estudiar la reforma tributaria del sistema fiscal valenciano, 2016.

Pero, por encima de todo, Carmelo Lozano era un hombre bueno, de sonrisa permanente, honesto y cariñoso, con un carácter envidiable; una persona generosa, dispuesta a ayudar a los compañeros cuando teníamos un problema o alguna situación apurada: ponía su inteligencia y su capacidad a tu disposición, y era capaz de encontrar siempre una solución y ofrecerte con la mayor amabilidad. Amigo de todos, gran conversador, era memoria viva de esta casa, a la que dedicó una parte importante de la vida y de las fuerzas que tenía. La deuda contraída por la Facultat con él es enorme.

Fue también un académico institucional de los de la vieja escuela, la que impartía lecciones sólo con la forma de actuar y trabajar, sin pretender imponer nada a nadie. Era, además, un ilicitano de corazón, siempre ligado a la tierra que le vio nacer y donde iba siempre que podía. Y un hombre de familia, de la mano de su mujer, Justa, y de sus dos hijos.

Todas y todos los que le conocíamos estamos hoy de luto, con una tristeza difícil de expresar por la enorme desolación y por el vacío que su muerte deja entre nosotros. No te olvidaremos, Carmelo, y perviuràs en nuestros corazones y en nuestros recuerdos, tan tristes hoy. Para siempre serás, como nosotros, de la Facultat de Dret.