El descubrimiento del latín gracias a mis profesoras, junto a la curiosidad para conocer el mundo y la cultura grecolatina, fue el empujón para iniciar mis estudios de Filología Clásica en la Universitat de València. Este grado permite introducirse en el estudio de las lenguas clásicas y da una competencia filológica valiosa. Aun así, no solo se estudia la lengua, sino que también se profundiza en su cultura, que es la cuna de nuestra sociedad. Por lo tanto, además de las asignaturas de traducción, son relevantes las de lingüística y las de literatura, así como la de historia y la de religión, que permiten comprender y analizar los textos. En mi caso, una vez finalizo el grado, quiero estudiar el Máster de Profesor de Secundaria, a pesar de que me gustaría más adelante especializarme en aquello que finalmente encuentre de mi gusto y también poder trabajar en editoriales o en medios de comunicación.

Yo empecé sin saber muy bien si este grado sería de mi gusto, pero he descubierto que es el que realmente me gusta, puesto que es una gran satisfacción poder conocer la cultura en que se basa la sociedad actual y, en concreto, saber los orígenes de nuestra lengua. Aun así, este grado requiere un gran esfuerzo personal por tratar de estudiar una cultura antigua y todo lo que esto conlleva.