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La Universitat de València lidera FIRElinks, un programa europeo para frenar los grandes incendios forestales

  • Unidad de Cultura Científica y de la Innovación
  • 27 julio de 2022
Incendio de Pinet de 2018 tres días después de apagado el fuego. Las llamas arrasaron más de 3.000 hectáreas en agosto de 2018, de siete municipios y tres comarcas.
Incendio de Pinet de 2018 tres días después de apagado el fuego. Las llamas arrasaron más de 3.000 hectáreas en agosto de 2018, de siete municipios y tres comarcas.

La Universitat de València (UV) lidera el proyecto FIRElinks, una acción COST de la Unión Europea de 4 años, en la que participan 38 países y con una dotación total de un millón de euros, que tiene el objetivo de investigar cómo evitar o mitigar los grandes incendios, cada vez más frecuentes, que se dan por el incremento forestal y el cambio climático. Artemi Cerdà, catedrático de Geografía Física de la UV, trabaja en áreas afectadas por incendios o que pueden serlo, en países como Bulgaria, Holanda, Turquía, España o Alemania, para establecer redes de trabajo con personal científico, gestor, político y profesional, y también con propietarios.

El profesor Cerdà coordina una red científica y profesional implicada en la investigación de los incendios que tiene como objetivo el intercambio de conocimientos sobre la dinámica del fuego, la gestión del riesgo de incendio, los efectos del fuego sobre la vegetación, la fauna, el suelo y el agua, y los impactos socioeconómicos, históricos, políticos, de percepción y geográficos de la presencia del fuego.

“Los grandes incendios –aquellos que implican a más de 500 hectáreas–, están produciéndose sobre todo por los cambios de usos del suelo. El éxodo rural ha provocado y sigue provocando un abandono masivo de explotaciones agrarias, espacios que se llenan de bosques con poca o nula gestión, y que, con el cambio climático como factor agravador, están llevando a los incendios que estamos conociendo y que crecerán en número y volumen en los próximos años si no ponemos soluciones”, explica Artemi Cerdà.

El objetivo principal de FIRElinks es, según el experto, “impulsar colaboraciones sinérgicas entre los grupos de investigación europeos y las partes interesadas con el objetivo de sintetizar el conocimiento y la experiencia existentes, y definir una agenda de investigación concertada que promueva un enfoque integrado para crear paisajes resistentes al fuego”. Esta agenda debería tener en cuenta los factores biológicos, las limitaciones bioquímicas y físicas, pero también las socioeconómicas, históricas, geográficas, sociológicas, de percepción y políticas.

“En otras palabras, poner de acuerdo a bomberos, administraciones, propietarios, investigadores y técnicos para ver qué hacemos y cómo lo hacemos. La Universitat de València es la gestora de esta red que trabaja para evitar los grandes incendios, algo único en Europa y ya se piensa en hacerlo mundial con un programa denominado Global Fire Partnership”, explica Artemi Cerdà.

Evitar o limitar los grandes incendios es una necesidad social acuciante debido a la mayor intensificación y propagación. En este sentido, dentro del proyecto FIRElinks se han llevado a cabo reuniones en diferentes países europeos, y en agosto se inicia un período de gran actividad con reuniones multidisciplinares en Turquía, Alemania y Polonia. Reuniones previas se han realizado en Holanda, Noruega, Bulgaria o España. A lo largo de 2023 y 2024 continuarán las actividades.

COST (Cooperación Europea en Ciencia y Tecnología, https://www.cost.eu) es un programa de acciones que aporta financiación para redes de investigación e innovación que ayudan a conectar iniciativas de investigación de Europa y más allá, y permiten a los investigadores e innovadores hacer crecer sus ideas en cualquier campo de la ciencia y la tecnología al compartirlas.

 

Más información: https://firelinks.eu/

 

Pies de foto anexos:

2.- Alcornocal de Pinet quemado en 2018, visto a mediados de marzo de 2019. Se ve como los alcornoques rebrotan, mientras que el pinar se recupera por germinación.

3.- La Sierra de Espadán, en Fuentes de Ayódar, en una imagen de 2021. Esta área sufrió un incendio en el verano de 1994, que afectó a unas 20.000 hectáreas de varios municipios.

4.- El incendio del Alcalatén de 2007 quemó más de 5.000 hectáreas de la Sierra de la Creu. Los abancalamientos tradicionales frenaron parte de la erosión y la pérdida de suelo fértil.

Imágenes: