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Premio Portada del Mes Levante-EMV

  • 30 julio de 2017
© Fernando Bustamante
© Fernando Bustamante

El Instituto Confucio de la Universidad de Valencia recibe el Premio Portada del Mes del periódico LEVANTE-EMV por ser un "Puente cultural entre Valencia y China" - El rector alaba este nuevo "patrimonio de los valencianos".

Todos sonríen fascinados cuando aparece enmarcada la primera portada de Levante-EMV escrita íntegramente en caracteres chinos en sus 144 años de historia. La sonrisa se agranda cuando el director del Instituto Confucio de la Universitat de València, Vicent Andreu, desvela cómo se ha traducido la histórica cabecera para esta edición conmemorativa: «Periódico del Viento del Este».

Y es precisamente del Este, de Oriente, de donde ha llegado a tierras valencianas una cultura milenaria que gana empuje gracias a la labor del Instituto Confucio, que ha sido galardonado en su décimo aniversario con el Premio Portada del Mes de Levante-EMV, el sucesor de los Premios Importante.

En palabras de Julio Monreal, director del periódico, no solo se quiere distinguir su actividad docente, el intercambio de estudiantes que ha facilitado o los hitos que ha cosechado: ser Instituto Modelo (solo hay seis en Europa y quince en el mundo de los 500 Confucios del planeta), editar la única revista cultural en chino y español para todo el orbe hispanohablante o haber alcanzado los 5.000 alumnos en sus cursos. «Se premia también su papel como conexión, como puente entre València y China», una «cultura milenaria que no solo reina en la cultura, sino que empieza a hacerlo en la economía, en las finanzas y en todo cuanto nos rodea», afirmó Monreal.

Vicent Andreu, de quien Monreal alabó su «fuerza imparable» y «entusiasmo» por hacer realidad sueños difíciles de imaginar hace tan poco tiempo, agradeció el galardón y destacó el carácter pionero que ha tenido el Instituto Confucio de la Universitat de València.

Andreu desveló su proyecto de «ampliar aulas del Confucio en colegios públicos y privados» de la Comunitat Valenciana. También adelantó la puesta en marcha de una revista para niños en chino y español para seguir avanzando en el salto de una muralla, la que separaba ambas culturas, que la sociedad ha ido derribando a base de conocimiento, viajes e intereses cruzados.

En el acto de entrega, celebrado en la sede del periódico, el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, quiso destacar una frase pronunciada por Monreal: «Nuestro Instituto Confucio». Esa frase, dijo Morcillo, es el mayor logro que hubiera podido soñar la Universitat cuando se lanzó, como el explorador chino Zheng He, a la aventura china.

«La Universitat de València ha conseguido que el Instituto Confucio no solo sea de la Universitat, sino que forme parte del patrimonio de los valencianos». Morcillo precisó que el lazo establecido va más allá de la lengua, donde el Confucio es el único examinador oficial de los títulos de chino.

«La lengua es muy importante, pero es la cultura lo que une a los pueblos», afirmó. Más allá de las relaciones con los Gobiernos, dijo Morcillo, la Universitat pretende unir pueblos. Por ello instó a «seguir consolidando y protegiendo» a esta criatura de diez años que habla chino y nació en València.

De los intereses comunes que pueden establecerse entre dos tierras que comparten más que arroz, pólvora, seda y cerámica habló la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de València, Sandra Gómez. Un mes después de su viaje a China para firmar el hermanamiento con la ciudad de Chengdu, Gómez puso el acento en el «papel clave» del Confucio para estrechar relaciones.

«China es el mercado que más está creciendo en València, con un 15 % más de visitantes y un 14 % más de pernoctaciones turísticas», señaló. Para los empresarios chinos también el Confucio es una pivote en el que apoyarse. Ellos instaron a que los empresarios valencianos amplíen horizontes. Que no se queden,como antes, en el comercio de vino, aceite y jamón. «Hay muchas cosas que caben dentro de ese enorme mercado», señaló Nacho Guerras, colaborador de los empresarios chinos.


El interés partió del lado chino

La implantación del Instituto Confucio en València llegó durante el mandato de Francisco Tomás como rector de la Universitat. También presente en el acto, el exrector destacó la oportunidad que les brindaron desde el lado chino para acogerse a aquella primera hornada: el mismo día se firmaba en Pekín el convenio con València y con Madrid. «Fue una decisión acertada», dijo Tomás, quien reveló que su nieto empezó a estudiar chino en las aulas del Confucio.

Han pasado más de 2.500 años desde que vivió el «Maestro Kong» (eso quiere decir Confucio). Hay más de 9.000 kilómetros de distancia entre el antiguo Imperio del Centro y la tierra que dominó el Mediterráneo en el siglo XV. Pero el latido de Confucio va cobrando cada día más fuerza en la Comunitat Valenciana. Zhang Daisheng, codirector chino del Instituto Confucio de la Universitat de València, expresó su «gratitud» y «orgullo» por lo que ha conseguido la enseñanza de la lengua y la cultura chinas, con profesores de nivel alto en el estándar que difunde el Instituto Confucio. El centro, destacaron, está en constante movimiento. Como el viento del Este que trajo una nueva cultura. Como el viento del Este que concede un galardón en forma de portada por el puente más largo del mundo.

 

Fotografía por © Fernando Bustamante

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