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El Instituto López Piñero participa en un workshop internacional sobre el patrimonio de la química

  • 25 junio de 2018
El Instituto López Piñero participa en un workshop internacional sobre el patrimonio de la química

La Sociedad Química de Francia (Société Chimique de France) es una centenaria asociación creada en 1857 para la promoción de la química, considerando tanto cuestiones teóricas y aplicadas como educativas y sociales. En la actualidad cuenta con más de 5000 miembros y una de sus secciones (Groupe histoire de la chimie) está dedicada, desde 1991, al estudio de la historia de la química y a la organización de seminarios, conferencias y congresos como el celebrado recientemente con el título A cultural heritage to be revealed: heritage of chemistry (workshop, París, 19 Junio, 2018) organizado por Danielle Fauque (Groupe d’histoire de la chimie & GHDSO-Université Paris Sud/Paris Saclay), Florence Hachez-Leroy (CILAC & Université d’Artois & CRH-EHESS) y Brigitte Van Tiggelen (Mémosciences & Science History Institute).

El seminario, que contó con la asistencia y participación de más de 50 personas, fue celebrado en el marco del Año Europeo del Patrimonio Cultural con el objetivo de compartir diferentes iniciativas sobre la identificación, preservación, estudio y uso de la cultura material de la química, tanto público como privada. La primera comunicación presentada a cargo de Michel Cotte (Université de Nantes) The position of techno-scientific heritage within the UNESCO conventions se centró en el programa de patrimonio mundial desarrollado por la UNESCO que, desde 1972, ha ido reconociendo elementos vinculados a la ciencia y la tecnología en general y la química en particular. Una de las líneas de trabajo en el contexto internacional pasa por comparar las definiciones de “industria”, “ciencia” y “estilos arquitectónicos” que varían en diferentes países, así como definir las categorías que forman parte del patrimonio de la ciencia, la tecnología y la industria. En este sentido algunas de los elementos incluidos en la lista de espacios protegidos hacen referencia a edificios que integran procesos tecnológicos, al urbanismo industrial, a la industria como relic ladscape, al patrimonio técnico, hidráulico, científico y botánico, así como aquellos otros espacios que tienen a la ciencia y la tecnología como valor asociado. La segunda comunicación fue presentada por Paul Smith (Ministère de la Culture) Buildings and landscapes of industry, inventing a heritage y mostró el proceso para construir la noción de patrimonio industrial, principalmente en el Reino Unido y Francia. Después de la 2ª Guerra Mundial surgió un interés en el Reino Unido por volver a poner en uso antiguos canales de barcos e históricas locomotoras de vapor y vías de tren, así como campañas contra la demolición de monumentos industriales como el Euston Arch o la ocupación de espacios industriales abandonados para usos culturales. Fruto de esas iniciativas se fundó, en 1973, el International Committee for the Conservation of the Industrial Heritage. En el contexto francés también existieron campañas similares, como la contraria a la demolición del mercado de Les Halles, que, entre otros resultados, ayudaron a construir la noción de ecomuseo en la década de 1970 con el objetivo de vincular la protección de los espacios con su entorno natural y social. Por otra parte, la comunicación presentada por Yoanna Alexiou (Université libre de Bruxelles) The Solvay Science Project: a brief history of a long-term interdisciplinary team working process mostró un proyecto de preservación, digitalización y estudio de las colecciones documentales de la Fundación Solvay. El archivo de este grupo industrial creado por el químico Belga Ernest Solvay (1838-1922) es extremadamente rico y permite acceder de forma virtual a las actas de las conferencias o a proyectos de historias oral vinculados a las fábricas del grupo. Actualmente se está trabajando para incluir más materiales, así como en la creación de secciones específicas, como química y mujeres, controversias científicas o premios Nobel que ayudarán a comprender mejor el legado conservado. Además, el estudio de esta colección puede permitir futuras trabajos que muestren las conexiones entre la química industrial y la académica, debido a la gran implantación de este grupo en diferentes países y momentos históricos. La cuarta comunicación a cargo de Sébastien Soubiran (University of Strasbourg) A prestigious heritage for a University of Excellence: preserving the scientific heritage at the University of Strasbourg estudió el rico patrimonio científico existente en Alsacia y Estrasburgo, en muchos casos vinculado a químicos galardonados con el premio Nobel y a otros personajes conocidos en la historia de la química industrial y petrolera. A pesar de que en la universidad no se conservan numerosos elementos documentales y patrimoniales vinculados a la química sí que existe un notable interés por la preservación del restante patrimonio científico. Uno de los objetivos de estos proyectos patrimoniales desarrollados en la universidad de esta ciudad fronteriza pretende mostrar el papel de la ciencia en los conflictos y las luchas de poder existentes entre Francia y Alemania en los siglos XIX y XX. La quinta comunicación corrió a cargo de Ernst Homburg (Maastricht University) Chemical Materials as Heritage: The Hafkenscheid Collection (ca. 1825) at Haarlem y se centró en la presentación de una excelente colección de más de 370 pigmentos y otros materiales pictóricos. Se trata de una colección única debido tanto a su contenido como a su origen, ya que está vinculada a una histórica familia de fabricantes de pigmentos holandesa de los siglos XVIII, XIX y XX, consolidada en la actualidad como una potente industria química. La colección fue creada en el periodo 1800-1830 y además de ser estudiada históricamente ha sido objeto de numerosos análisis químicos, espectográficos, de polarización, por microscopio electrónico, etc. Actualmente la colección está depositada en el Teylers Museum y continua siendo fruto de nuevos trabajos históricos. Entre las posibilidades de estudio que ofrece esta colección se encuentra conocer mejor las relaciones entre la historia de los procesos de fabricación de este tipo de productos, con la historia económica, del comercio y del arte, así como conocer con más detalle cómo eran realizadas las mezclas de productos para obtener los pigmentos, sus impurezas y su diferente nomenclatura específica que no siempre coincide con la existente en los manuales y tratados de la época. La penúltima comunicación, a cargo de Laetitia Maison-Soulard (Ministère de la Culture) Le bassin de Lacq: Exemple d'un programme complet de Valorization mostró un vasto programa de estudio del patrimonio cultural existente en la zona minera e industrial de Lacq (Aquitania, Francia) consolidada a partir de la década de 1960 debido a la explotación de un nuevo yacimiento de gas que impulsó la creación de gaseoductos, fábricas e incluso una nueva ciudad (Mourenx). La posterior crisis del petróleo y la reconversión industrial europea ha supuesto un gran desafío a esta región que ha considerado la revitalización de su patrimonio industrial como una nueva oportunidad para revitalizar el área. Dentro de las diferentes iniciativas para conseguirlo se ha desarrollado un completo inventario patrimonial con gran atención al urbanismo industrial y la historia de las minas y las fábricas del área. Finalmente, en el congreso también se presentaron trabajos relacionados con los proyectos de investigación del Instituto Interuniversitario López Piñero gracias a la ponencia The COMIC project: working with collections in Spanish secondary schools and universities presentada por Ignacio Suay-Matallana. La comunicación permitió discutir los trabajos desarrollados por la Comisión de Instrumentos Científicos (COMIC) con las colecciones de la Universitat de València y de varios institutos históricos. También ofreció la posibilidad de dar a conocer nuevos proyectos del grupo sobre patrimonio científico como son la organización de las exposiciones temporales y permanentes del IHMC, la creación de un proyecto virtual sobre historia de la enseñanza de la ciencia titulado La ciencia en las aulas (1800-2000) (HISENCIEN), la organización de seminarios sobre instrumentos dirigidos a la comunidad docente local (Matinal d´instruments científics) o la colaboración con otros grupos internacionales especializados en el estudio de instrumentos científicos (A cultural material do laboratório da Alfândega de Lisboa).

El encuentro fue clausurado con una mesa redonda a cargo de Florence Hachez-Leroy (Université d’Artois), Catherine Cuenca (CNAM), Alain Beltran (CNRS), Nicolas Coupain (Solvay) y Daniel Demellier (Institute Pasteur) en la que se discutieron los problemas contemporáneos del patrimonio científico relacionado con la producción de la energía, basado tanto en tecnologías más antiguas, como el carbón y el gas, así como las más recientes eólicas y fotovoltaicas. Entre otras cuestiones se señaló cómo el estudio de este patrimonio puede facilitar el encuentro de diferentes agentes relacionados con la producción, regulación y uso de la energía como son los consumidores, los industriales, las autoridades locales, los gobiernos, las universidades y museos. En este sentido fue también discutido el papel de algunos grupos industriales y fundaciones científicas, como el grupo Solvay o el Instituto Pasteur, que tienen desde hace décadas una fuerte presencia internacional. La conservación y uso de su patrimonio material y archivístico, no debe limitarse a la celebración de actos conmemorativos, sino que permite reflexionar sobre un amplio abanico de cuestiones históricas y contemporáneas. También fue discutida la necesidad de desarrollar herramientas públicas para concentrar esfuerzos relacionados con la preservación del patrimonio. Un magnífico ejemplo es el programa desarrollado en Francia para proteger, estudiar y valorizar el patrimonio científico y técnico contemporáneo (PASTEC). Gracias a este programa se ha realizado un completo inventario patrimonial organizado por diversas áreas de conocimiento y que engloba diferentes colecciones existentes en diferentes ciudades facilitando su estudio conjunto. Finalmente, otras de las conclusiones de la mesa redonda, y del seminario, en general, fue la necesidad de considerar el patrimonio de la química desde una perspectiva amplia, en la que no solo merecen ser conservados y estudiados las fábricas más representativas y los laboratorios y espacios de la química más prestigiosos sino también aquellos espacios olvidados, como minas contaminadas, depósitos peligrosos o espacios causantes de riesgos tóxicos y ambientales en el pasado y en la actualidad. Posiblemente la consideración de ambos tipos de espacios, los más prestigiosos y los invisibilizados, facilite la necesaria conexión entre el estudio histórico del patrimonio científico con los desafíos de la química del presente.

Ignacio Suay Matallana, Universidad Miguel Hernández