La investigación, dirigida por Juan Carlos Bel Martínez, de la Facultad de Magisterio, pone de manifiesto que la mayoría de las imágenes de los manuales cumplen una función meramente decorativa. El trabajo, que analiza libros de texto durante dos regulaciones educativas diferentes, destaca que hay poca evolución respecto al uso de las imágenes. Además, el investigador incide que las editoriales fallan a potenciar la alfabetización visual y las capacidades históricas de los alumnos a través de fotografías y dibujos.
5 de septiembre de 2017
El estudio, publicado en la prestigiosa Revista de Educación –dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte– profundiza en el potencial pedagógico de las imágenes figurativas y si los libros de texto aprovechan las capacidades didácticas de estas. “Un uso adecuado de las imágenes es esencial para desarrollar la vertiente creativa de construcción de conocimientos históricos sólidos”, defiende el autor. Sin embargo, según Bel Martínez “las editoriales fracasan, de forma mayoritaria y generalizada, a explotar estas aptitudes en los estudiantes y siguen relegando las imágenes a un segundo plano y atribuyendo una finalidad decorativa”.
"Un uso adecuado de las imágenes es esencial para desarrollar la vertiente creativa de construcción de conocimientos históricos sólidos"
La investigación constata esta infrautilitzación de las imágenes como fuentes históricas propias. Además, la mayoría no están relacionadas con ninguna actividad que fomento las competencias de los alumnos, sino que más bien se usan como un elemento ilustrativo.
Juan Carlos Bel Martínez ha analizado 27 manuales correspondientes a quinto y sexto curso de educación primaria, “una muestra extraordinariamente amplia”, publicados bajo el paraguas de dos leyes educativas diferentes, la LOGSE, en aplicación entre 1991 y 2006, y la LOMQE, vigente desde 2013. El autor ha clasificado las imágenes basándose en cuatro criterios: su presencia, clase de imágenes, nivel de complejidad cognitiva de las actividades y vínculo con el texto del manual.
La dificultad de las actividades con imágenes tampoco ha experimentado una gran evolución en los dos periodos estudiados. “Las tareas de complejidad cognitiva baja son las más numerosas en la mayor parte de la muestra, por eso prevalecen las aproximaciones pobres y superficiales a las fuentes históricas”, advierte Bel Martínez. Aun así, el investigador reconoce un ligero aumento de las actividades de complejidad alta durante el periodo de aplicación de la LOMQE.
Entre los recursos más utilizados, el autor destaca los dibujos infantilizados y alerta de los riesgos de su uso en abundancia: “Los dibujos son reinterpretaciones creadas desde la óptica cultural inherente a la sociedad en que se genera”. Por eso, y para evitar malas interpretaciones de los acontecimientos históricos, aconseja diseñarlos desde una perspectiva arqueologizante, es decir, elaborados en la actualidad pero fundamentados en evidencias científicas recuperadas del pasado.
“Los dibujos son reinterpretaciones creadas desde la óptica cultural inherente a la sociedad en que se genera”
“Conceder tanta importancia a la descripción superficial de las fuentes implica promover que el alumnado las considero objetos estériles que no pueden hacer aportaciones significativas a la construcción de conocimientos históricos”, advierte el autor, el cual también alerta que esta dinámica coarta las posibilidades de aprendizaje y debate sobre los acontecimientos históricos.
Bel Martínez atribuye este fenómeno al peso del código disciplinar de la historia escolar, que “antepone el aprendizaje de contenidos factuals sobre el desarrollo de procedimientos críticos y reflexivos”. Además, emplea el texto como la principal fuente de información y datos, un elemento cerrado y no sometido a interpretaciones. Este código, según la opinión de Bel, “continúa siendo determinando en las propuestas didácticas de las editoriales mayoritarias”.
La investigación ha sido desarrollada como parte del proyecto Competencias sociales para una ciudadanía democrática: análisis, desarrollo y evaluación, incluido al Plan Nacional de I+D+I del Ministerio de Economía y Competitividad, y ha sido cofinanciada con fondo FEDER.
Trayectoria
Juan Carlos Bel Martínez es investigador predoctoral de la Facultad de Magisterio de la Universitat de València. Pertenece a SOCIAL(S), Grupo de Investigación y de Innovación en Educación Geográfica e Histórica, dependiente del Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales, que estudia las dinámicas pedagógicas en relación con el tratamiento y la didáctica de las ciencias sociales a las aulas.
Artículo:
Juan Carlos Bel Martínez (2017): «Imagen y libros de texto de Historia en Educación Primaria: estudio comparativo a partir de un análisis cualitativo», Revista de Educación, 2017, núm. 377, p. 82-112. DOI 10.4438/1988-592X-RE-2017-377-354
Enlace:https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=18495
