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La exposición 'Cinc centims valia el llibret!: tresors fallers de la Biblioteca Histórica de la Universitat de València' se ha inaugurado con la presencia de la rectora de la Universidad, Mª Vicenta Mestre, el concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, Pere Fuset, y la Fallera Mayor de Valencia, Marina Civera.
En el acto también han estado presentes el vicerrector de Cultura y Deportes, Antonio Ariño, la directora del Servicio de Bibliotecas, Victoria García, la directora de la Biblioteca Histórica de la Universidad, Mª Jesús García Mateu, y los comisarios de la exposición Josep Luis Marín y Javier Mozas, miembros de la Asociación de Estudios Falleros.
El concejal Pere Fuset ha afirmado que 'a pesar que durante un tiempo se ha tenido la sensación de que la Universitat y las Fallas vivían de espaldas, nada más fuera de la realidad, ya que siempre ha existido una vinculación entre ellas'. 'Sé del compromiso de la Universitat con las Fallas y la cultura valenciana, por lo que sería deseable la creación de una cátedra destinada a las Fallas', ha destacado Fuset.
En sus palabras, la rectora Mª Vicenta Mestre, quien ha recogido el deseo del concejal de una cátedra para el estudio de las Fallas, ha recordado que 'la Universitat se creó en la ciudad de Valencia, y por tanto nace ya vuelco en dar servicio a la sociedad valenciana, lo que implica un vínculo inexorable con la cultura y por lo tanto con las Fallas '.
La Biblioteca Histórica de la Universitat de València custodia una de las más completas colecciones de literatura fallera del último tercio del siglo XIX, que, paradójicamente, es de las menos conocidas. Se trata de un fondo bibliográfico integrado por más de doscientos llibrets de falla, casi la mitad de los cuales son los únicos ejemplares que se conservan.
Esta colección presenta un interés especial, porque nos aproxima a una etapa en que las Fallas empiezan a ocupar un lugar destacado en el calendario festivo del Cap i Casal, en un momento de tensión entre la fiesta popular y los intentos de control por parte de las autoridades. Es el momento también en que los llibrets de falla se consolidan como un producto editorial singular, en un diálogo fructífero con otras manifestaciones coetáneas de la literatura satírica.
En la muestra se puede observar el llibret más antiguo que se conoce, de 1855, escrito por Josep Bernat i Baldoví, correspondiendo a la falla de la plaza del Almudín, así como ejemplares únicos conocidos.
A lo largo del recorrido propuesto, se puede apreciar cómo ha ido evolucionando el llibret con la aparición de varios formatos, la inclusión de nuevos contenidos o la identificación de sus autores.
En las dos décadas del siglo XIX algunos llibrets adoptaban la forma de revista, con las explicaciones falleras editadas por las comisiones. Es el caso de L’Araña Negra, La Pulga o Chaucha: periòdic buñolero.
También se muestran llibrets curiosos que detallan como se confeccionaban los muñecos (Falla de la calle Calabazas, 1880), que reproducen el esbozo de la falla a la cubierta (Falla Trós-Alto, 1880) o que incluyen el programa de festejos (Falla de la calle de los Derechos, 1887).
Se exponen también algunos testigos de la acción ejercida por la censura por parte de las autoridades, como el llibret La cruz del matrimonio (1866), escrito por Blai Bellver o el de Maximilià Thous (1904) que criticaba la red de agua potable.
La exposición ‘Cinc cèntims valia el llibret!’ exhibe una selección de estos llibrets, que se completa con otros documentos relativos a las Fallas y otras fiestas de la ciudad procedentes de las bibliotecas de la Universitat de València, en un conjunto que nos permite hacer un recorrido por las Fallas de esta época a través de sus diversas expresiones literarias.
Después de presentar las primeras referencias sobre el mundo de las Fallas aparecidas en la prensa (Diario de Valencia, Semanario Pintoresco Español, El Cid), la ultima parte de la exposición presenta una selección de llibrets de gran valor patrimonial y que pertenecen a diferentes fallas (Plaza del Ferrocarril, Calle de San Vicente, Pl. Doctor Collado, Sogueros, Russafa, El Pilar, Arrancapins).
Además, esta muestra sirve para reivindicar el papel de los archivos y las bibliotecas públicos en la conservación y la difusión de todos aquellos elementos patrimoniales que contribuyen a fijar la memoria de las Fallas, una fiesta de alcance universal.
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