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Lorena García y Yeray López, alumnas de Química de la Universitat de València y coordinadoras de la Asamblea de Representantes, participan en el desarrollo de una iniciativa del equipo COVID de la Facultad para evitar la contaminación en las aulas causada por la presencia de niveles de CO2 excesivamente elevados. Con motivo de la COVID, al principio de este curso escolar se implantaron estos medidores de CO2, una tecnología basada en analizar el aire para conocer la concentración de CO2. Por tanto, en caso de que los niveles de CO2 superen la concentración de 800 ppm, la Universitat ha aprobado un protocolo de actuación basado en abrir puertas y ventanas para garantizar la salud del estudiantado.
¿En qué consiste esta tecnología?
Se utiliza la espectroscopia IR no dispersiva. Al irradiar la muestra (aire) con un haz de luz policromático, el analito (CO2) absorbe en todas sus longitudes de onda, esto hace que el gas se caliente y aumente la temperatura junto con la presión. La radiación se pasa por dos canales: uno con aire limpio y otro con la muestra, se produce una diferencia de presiones y ésta nos indica la presencia de CO2.
¿Qué mejora significa esta tecnología?
Esta tecnología nos ha permitido conocer los niveles de CO2 en las aulas, llevar este control nos permite evitar altos niveles de aire posiblemente contaminado y a su vez evitar un alto número de contagios.
“Llevar este control nos permite evitar altos niveles de aire posiblemente contaminado y evitar un alto número de contagios”
¿En la Universitat solo vuestra facultad ha instaurado esta tecnología?
La instalación de los sensores fue una iniciativa de la Facultad de Química para poder controlar que haya una adecuada ventilación. En un principio no existía ningún proyecto de investigación, este hecho fue posterior. Actualmente, la Universitat está instalando sensores, pero aún no se ha finalizado este proyecto.
¿Creéis que es importante que todas las facultades y universidades instalen estos medidores? ¿Y otros espacios como restaurantes y supermercados?
El resto de las facultades deberían implementarlo, debido a que se ha observado que el número de casos en nuestra facultad es bastante bajo y llevar este control puede ser una de las causas. Del mismo modo que implementarlo en otros espacios para evitar una saturación del aire posiblemente contaminado.
¿Cuándo desaparezca la COVID se mantendrá este proyecto en uso?
La intención es mantener estos sistemas y proyectos ya que se ha demostrado que la calidad del aire es un factor a tener en cuenta y con la COVID o sin ella es importante tener una buena calidad de aire en las aulas.
¿Mide otros parámetros a parte de la concentración de CO2?
No, nuestros sensores solo detectan CO2.
¿Habéis detectado cambios en el nivel de contaminación según la época?
No diría que estén estrechamente relacionados, pero sí tienen que ver ya que por ejemplo en épocas de altas temperaturas hay que tener ventanas y puertas abiertas para no pasar tanto calor, lo que hace que de manera indirecta haya más ventilación y se renueve más el aire.
¿La presencia del aparato hace posible que en épocas de frío la ventilación en las aulas se reduzca?
Sí, la presencia del aparato nos permite llevar el control y si hace mucho frío, podríamos cerrar ligeramente las ventanas siempre que el medidor no indique que aumenta la concentración de CO2 en el aire.
¿Cuál es la concentración de CO2 (ppm) a la que consideráis que el aire no es de buena calidad? ¿Cuál sería el protocolo en caso de que se superara la concentración para garantizar una buena calidad del aire?
El detector de CO2 está programado para emitir una señal sonora cuando alcanza un nivel de 800 ppm. El aire con esta carga sigue siendo de calidad, pero se ha tomado como límite para evitar que se llegue a niveles donde ya es más baja la calidad. El protocolo a seguir es: abrir ventanas y puertas si alguna aún no se ha abierto y si esto ya se cumple, evacuar a los alumnos y al profesor fuera del aula durante 5/10 minutos. Hay que matizar que esta segunda medida no se ha tenido que poner en funcionamiento, excepto cuando había obras en el exterior y los gases de la obra entraban en el aula.
¿Cómo surgió la idea de que los alumnos participarais en el control de los medidores de CO2?
Nos presentaron la idea y dispuestos a mejorar la situación ya que nos afecta directamente quisimos implicarnos en esta acción.
¿Cuánto tiempo lleva este proyecto en marcha?
Desde el comienzo de este curso los alumnos hemos estado trabajando codo a codo con decanato y el profesorado para recoger los datos de este proyecto.
“Desde el comienzo de este curso los alumnos hemos estado trabajando codo con codo con decanato y profesorado para recoger los datos de este proyecto”
¿El hecho de que los alumnos participen en el control del aparato ha hecho que haya una mayor implicación y concienciación por parte del alumnado?
Creemos que sí, ya que como suele ocurrir al principio al alumnado no le interesaba, pero con el paso del tiempo hemos observado como incluso nos ha ayudado quien no participaba en el proyecto.
En cuanto a la utilización, ¿su uso es sencillo y accesible a todo el mundo?
Sí, es un aparato muy sencillo que se conecta a la luz, programable y para recoger los datos es muy sencillo también. Su precio no es elevado (si lo miramos con los beneficios que tiene), lo que facilita su compra.
¿Cómo creéis que la divulgación científica puede ayudar a visibilizar este proyecto que además supone un beneficio medioambiental?
Pensamos que una formación básica de manera atractiva sobre el funcionamiento y los beneficios de tener y saber interpretar un sensor de CO2 es el indicado. Muchos compañeros no le han encontrado la utilidad a tener estos sensores en clase, pero una vez se les ha enseñado en qué nos benefician y para qué sirven, ya incluso se animan a colaborar y a participar en la toma de muestra. También debería adaptarse a muchos otros ámbitos desde fábricas a tiendas y superproducciones. Debemos entender que estos aparatos son beneficiosos y nos dan información para mejorar nuestra calidad de vida y esto lo puede hacer la divulgación científica. Además, la divulgación del proyecto ayuda a la concienciación de los estudiantes sobre la importancia de una buena ventilación, no sólo en época COVID sino también cuando vuelva la normalidad porque al fin y al cabo conciencia todos sobre la importancia de una buena calidad del aire interior.
