Cristina Crava es investigadora Ramón y Cajal del grupo BIOTECMED de la Universitat de València y una de las protagonistas de Espacios de Ciencia de la revista Mètode.
Soy Cristina Crava, entomóloga molecular en el grupo BIOTECMED de la Universitat de València, donde estudiamos cómo funcionan las relaciones entre los insectos y sus entomopatógenos (bacterias o virus) y las plantas. A largo plazo, nuestra idea es desarrollar productos o técnicas que puedan mejorar el uso de entomopatógenos en el campo, para poder controlar las plagas. Por otro lado, también hacemos ciencia básica en un proyecto colaborativo financiado por el Human Frontier Science Program Organization (HFSP), un programa internacional de apoyo a la investigación que estamos llevando a cabo con diversos equipos en Castellón, Londres y Perú. En este proyecto, pretendemos abordar el tema de cómo el baculovirus puede manipular el olfato de las orugas, a las que vuelve zombis, modificando su forma de interactuar con las plantas. Mi día a día suele basarse en estar con el ordenador, contestar correos, planificarme y escribir. Después, normalmente, voy al laboratorio, hablo con mis estudiantes, veo lo que están haciendo y, si hay algún caso especial, nos reunimos y nos sentamos a ver los resultados. Finalmente, vuelvo a la oficina y me dedico a hacer análisis de informática y bioinformática para los diferentes trabajos que estamos haciendo o, si puedo, leo algún artículo.
En España, puedes hacer buena ciencia, he tenido experiencia directa de investigación en otros países como Italia y Alemania y no pienso que España sea lo peor de Europa, pero tienes que esforzarte más que en otros países y, al final, día tras día, es agotador.
Este artículo se publicó originalmente en la revista Mètode, dentro de la sección «Espacios de ciencia».
