
El lunes 16 de diciembre, a las 19 horas, el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València (en el Aula Magna), acogió la mesa redonda ‘Chile, hoy. ¿Revuelta social con fines constituyentes?’, que se enmarcó en la programación de Acadèmia Pública. En este debate, moderado por el profesor de Comunicación en la Universidad de Castilla La-Macha José Reig, participaron Joan del Alcázar, catedrático de Historia Contemporánea en la Universitat de València; Héctor Testa Ferreira, abogado constitucionalista de la Universidad de Chile, y Alejandro Osorio Rauld, sociólogo chileno que ejerce en la Universidad Complutense de Madrid.
En ‘Chile, hoy. ¿Revuelta social con fines constituyentes?’ Héctor Testa Ferreira, Alejandro Osorio Rauld y Joan del Alcázar, dialogaron sobre las causas y las posibles consecuencias de este inaudito e histórico alzamiento popular que ha paralizado las calles de la amplia mayoría de las ciudades chilenas durante casi dos meses. Asimismo, también debatieron sobre las alternativas políticas y constitucionales que permitan superar la crisis por la que atraviesa el país andino.
El pasado 4 de octubre, el Ministerio de Transportes de Chile anunció una nueva alza de 30 pesos chilenos en los pasajes de metro, dejando el valor total de cada viaje en 830 pesos (1,05 €). A modo de protesta, estudiantes de universidades e institutos se organizaron para evadir el pago del metro en masa haciendo saltar los torniquetes hacia los andenes. Ante esta situación de crisis, el Gobierno chileno, presidido por el conservador Sebastián Piñera, comenzó a cerrar accesos en todas las estaciones de metro y dispuso policías equipados para controlar el flujo de personas, además de amenazar con sanciones a los evasores.
La situación fue agravándose en la capital chilena, Santiago, con la quema de diversas estaciones de metro y buses, el saqueo de supermercados y diversos ataques a cientos de edificios públicos. Aunque Piñera cedió el pasado 19 de octubre tras anunciar que suspendía el alza en la tarifa del metro, la furia de sectores radicalizados y violentos, minoritarios respecto a la amplísima mayoría de manifestantes pacíficos, siguió azotando las calles de ciudades como Valparaíso, Concepción o Santiago. Además, debido a la extrema violencia ejercida por parte de los dispositivos desplegados por el Gobierno chileno, han muerto hasta hora un total de 22 personas, y miles han resultado heridas, muchas de ellas de gravedad.
Pese a todo, según políticos y expertos, las duras y masivas protestas contra el alza en la tarifa del metro solo ha sido la “punta del iceberg” de los problemas que aquejan a Chile, ya que la brecha social en el país hispanoamericano es desmedida: según reveló el informe Panorama Social de América Latina, el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares que obtenían menos ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país. Para manifestarse en contra de esta desmesurada desigualdad, el pasado 26 de octubre, 1,2 millones de chilenos llenaron las calles de la capital con una protesta pacífica.