‘Curial e Güelfa’ es una de las novelas de caballería más importantes de la literatura europea y una de las obras claves de la literatura catalana, pero hasta ahora existían varias hipótesis sobre esta obra escrita en el siglo XV, tanto por lo que respecta a su autoría (desconocida) como sobre el momento en que fue escrita. Una tesis realizada en la Universitat de València revela que el autor fue Enyego d’Àvalos, camarlengo del rey Alfonso el Magnánimo.
Este lunes se ha presentado en una rueda de prensa celebrada en el Centre Cultural La Nau, con la intervención del vicerrector de Cultura e Igualdad, Antonio Ariño; el director de la tesis y catedrático de Filología Catalana de la Universitat de València, Antoni Ferrando y el autor de la misma, Abel Soler.
De acuerdo con Abel Soler, el autor es Enyego d’Àvalos (Toledo?, ca. 1414-Nápoles, 1484; Íñigo Dávalos, como nombre de pila; Inico d’Avalos, para los italianos): Valenciano de adopción (por haber pasado su infancia y juventud en Valencia, y documentado como catalanohablante), gran camarlengo de Alfonso el Magnánimo en la corte de Nápoles, mecenas y corresponsal de humanistas, caballero organizador de justas y capitán de la caballería real, poseedor de la segunda mayor biblioteca del sur de Italia (solo por detrás de la napolitana del Magnánimo), amante de la música, las letras y las artes.
D’Àvalos se exilió con su padre, el condestable Ruy López Dávalos, a Valencia con 7 o 8 años de edad, y se educó en el Palacio del Real de Valencia (por aquel entonces, 1416-1430, capital de facto de la Corona de Aragón), antes de pasar por Milán (1435-1440), donde fue cortesano del duque Filippo Maria Visconti y luego embajador allí del rey de Aragón (1443-1447). Entre Nápoles y Milán, por los años 1445-1448, debió de redactar una novela donde demuestra sus conocimientos de italiano literario y coloquial (incluidos lombardismos), y su familiaridad con la geografía lombarda. Un inventario parcial de su biblioteca ayuda a identificar las fuentes literarias del Curial y a explicar la novela. Muy importante es la onomástica de la obra (Honorada, Salonés de Verona, Guillalmes del Chastell, Pero Maça-Cornell, Johan Ximenes d’Urrea, etc.), dado que los personajes de ficción remiten a personajes históricos relacionados con la biografía del mismo D’Àvalos y con su entorno nobiliario más inmediato, constituido por nobles valencianos del entorno del rey Alfonso. El papel del códice tiene entre sus marcas la misma “Biscia Viscontea” (símbolo de Milán) del papel usado en 1447 en la corte milanesa. En la obra, coprotagoniza por la Güelfa, “señora de Milán”, aparecen personajes relacionables con las cortes de Nápoles y de Milán, y erratas que sólo hallamos en un códice ducal milanés. Las armas heráldicas que usa Curial en honor de su amada Güelfa (“un león rampante que atraviesa los dos colores de un escudo partido”) coinciden con las que adoptó Enyego d’Àvalos en 1443, cuando firmó sus esponsales con la noble napolitana Antonella de Aquino. En aquella época, era una manera de firmar la autoría de la novela.
Junto con el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, Curial e Güelfa es una de las obras cumbre de la literatura catalano-valenciana y una joya de la literatura europea medieval. Novela de amor y caballerías, que nos ha llegado anónima. Relata el proceso de formación de un joven caballero italiano, el lombardo Curial, que, tras superar sus debilidades morales y sentimentales, llegará a ser príncipe virtuoso y se hará merecedor de la mano de la Güelfa. La novela sólo se conserva en un códice único (Biblioteca Nacional, Madrid, ms. 9750), de 1450 aproximadamente, con encuadernación mudéjar de finales del siglo XV. La novela es falta de prólogo, título y declaración de autoría. Desde su descubrimiento (mediados del siglo XIX) y su primera publicación (Barcelona, 1901) se la suele presentar como una obra escrita por alguien de Cataluña. A la vista de la ausencia de documentación sobre la obra, hay algún estudioso que la considera una falsificación de Manuel Milà y Fontanals, el romanista que la dio a conocer (1876). Los datos codicológicos lo descartan.
La investigación que se presenta. Se ciñe a algunos aspectos de la cuestión de la autoría, que solo es uno de los resultados de la tesis doctoral La cort napolitana d’Alfons el Magnànim: el context de Curial e Güelfa, de Abel Soler, leída en la Universitat de València (28-XI-2016) y dirigida por el profesor Antoni Ferrando. La tesis de Soler culmina una línea de investigación del profesor Ferrando, que se había propuesto identificar la autoría del Curial a partir del perfil de un literato que recurre a muchos términos característicamente valencianos (febra, bambollat, acurtar, mentira, rabosa, la fel, almánguena, etc.) y a muchos calcos lingüísticos y fuentes literarias italianas para redactar una novela cuya gestación solo se entiende en el contexto de la corte valenciana y napolitana del Magnánimo. No tenemos un documento que certifique quien es el autor del Curial, como ocurre con casi todas las obras medievales y la mayoría de las modernas (no hay, por ejemplo, ningún documento que certifique que Ausiàs March es autor de sus poesías o que Cervantes sea el autor del Quijote), pero hay muy pocas obras que trasluzcan tantos datos sobre su autor como el Curial.
Método de la investigación. Todos los indicios de la obra apuntan que se redactó en Italia. Lo han sugerido entre otros Antoni Rubio, Antoni Comas, Antoni Ferrando, Júlia Butinyà y Maria Teresa Ferrer. Algunos de estos estudiosos han propuesto incluso un nombre para el autor. Los 39 “Estudis lingüístics i culturals sobre el Curial” (2011), coordinados per Ferrando, arrojaron mucha luz sobre la lengua y cultura de la obra. Entre estos, el de Ferrando destacó que los papeles extraídos de la encuadernación del Curial proceden del señorío toledano de Fuensalida y propuso relacionar estos datos y algunas huellas castellanas del códice del Curial con el autor. A partir de estos datos e indicios, que aportan pistas sobre el perfil biográfico del autor, Soler ha hecho la reseña biográfica de todos aquellos cortesanos hispánicos de Nápoles relacionables con las letras o la escritura (más de 200 personajes) y el análisis de todas las fuentes literarias y los elementos ambientales de la novela (arte, numismática, geografía, heráldica, indumentaria, onomástica “en clave”, etc.), y el resultado es que la única persona en la que concurren todos estos elementos es Enyego d’Àvalos.
Relevancia de la autoría:
• Se da nombre a una de las obras maestras de la literatura catalana, Curial e Güelfa, tenida por anónima.
• Se confirma la “valencianidad” de la obra, certificada desde hace décadas por los filólogos, y se comprenden otras peculiaridades filológicas (italianismos, castellanismos, lombardismos, napolitanismos...), gracias al conocimiento de la trayectoria biográfica (Toledo, Valencia, Milán, Nápoles) de Enyego d’Àvalos, castellano de nacimiento, valenciano de adopción y fascinado por la cultura literaria italiana.
• Se comprende mucho mejor el contenido de la obra (tras el desciframiento de los nombres de personajes relacionados con la vida de D’Àvalos) y se entiende mejor que ésta transmita ideales y decorados humanísticos.
• El nombre de D’Àvalos se puede añadir al catálogo de grandes nombres (Ausiàs Marc, Joanot Martorell, Jaume Roig, Joan Roís de Corella, sor Isabel de Villena, etc.) del “segle d’or” de las letras catalano-valencianas, que tuvo por escenario la corte y la ciudad de Valencia, pero también la corte de Nápoles, donde la mitad de cortesanos fueron valencianos trasladados allí, que ocuparon los cargos más importantes.
Fecha de actualización: 27 de febrero de 2017 12:26.
Listado de noticias