La universidad es una de las instituciones más relevantes en el mundo moderno, nace de la sociedad y debe estar al servicio de la sociedad. La construyen cuantos están afectados por ella (alumnado, profesorado, personal de administración y servicios, sociedad en su conjunto), pero es también de primera necesidad que cuente con una rectora o un rector y con un equipo rectoral que ayuden a potenciarla al máximo, abriendo nuevos horizontes y ocupándose del qué hacer y sobre todo cómo hacerlo. 

La Universitat de València se encuentra en periodo electoral y han concurrido a la elección dos candidatas y un candidato, apoyados por sus respectivos equipos. De entre los tres, la que ofrece un mejor bagaje para asumir la responsabilidad como rectora de nuestra universidad es Mavi Mestre. Su currículum docente e investigador es excelente, con el máximo de sexenios de investigación y un claro alcance internacional. Pero junto a ello, cuenta con un compromiso con la institución universitaria y concretamente con la Universitat de València, difícilmente equiparable. 

Mavi Mestre ha sido Decana de la Facultad de Psicología, Vicerrectora de Estudios y Vicerrectora de Ordenación Académica, Profesorado y Sostenibilidad, tareas en las que se ha implicado con una responsabilidad admirable. Esto le permite tener un profundo conocimiento de nuestra actual universidad, que es una institución sumamente compleja.  Para gobernarla llevándola a buen puerto este conocimiento es una fortaleza insustituible. Permite hacer propuestas concretas y realistas para un mejor futuro, indicando qué se debe hacer para mejorar y qué medios concretos es preciso poner para hacerlo. Para pasar de las declaraciones a las realizaciones se necesita un buen conocimiento de la realidad. En caso contrario, las promesas quedan en un brindis al sol. 

En el programa electoral de Mavi Mestre figuran propuestas como el compromiso con los estudiantes para lograr la igualdad de oportunidades, la baja de tasas y la equiparación de precios de grado y máster, la mejora de la carrera profesional del PAS, la estabilización y promoción del profesorado, la mejora salarial del profesorado asociado, la gestión cultural y el compromiso con el territorio, la creación de un grupo de trabajo para la internacionalización y la cooperación, un nuevo modelo de financiación con transparencia y rendición de cuentas, situar a la universidad en un buen nivel en los rankings internacionales. 

Y en lo que de ella y de su equipo de gobierno dependa va a hacerlo, porque ha sido su modo de actuar durante estos años en que ha ejercido de vicerrectora. Durante este tiempo ha logrado mejoras de la universidad en el ámbito que le competía con transparencia y fiabilidad, recurriendo al diálogo, a la negociación y al consenso, con tacto y prudencia. Pero también, y no en último lugar, comprometiéndose con lo que era justo teniendo en cuenta la normativa de la universidad y sobre atendiendo al bien público, que es lo que da a nuestra institución sentido y legitimidad social. En este modo de actuar ha mostrado coraje y prudencia, dos valores espléndidos para una excelente rectora. 

En esta línea de compromiso con la universidad, se presentó a las elecciones a Junta de centro de Psicología y también al claustro, resultó ser la más votada en ambos casos, continuó dando clases y participando en las comisiones correspondientes. 

El hecho de ser mujer, que en otro tiempo era un obstáculo, hoy afortunadamente ya no lo es, y en este caso es incluso un valor añadido, porque sería la primera mujer rectora en la Universitat de València, que ya va siendo tiempo de que la haya. Aunque no lo sería por ser una mujer, sino esta mujer.  

Y una mujer que, junto con su equipo, porque siempre ha trabajado cooperativamente, intentaría en serio introducir los cambios necesarios para una universidad que cumpla con los objetivos que le son propios: docencia, investigación, innovación, dimensión internacional, formación de ciudadanía, compromiso social. Lo ha ido logrando en tiempos que han sido muy difíciles, y seguiría haciéndolo en el porvenir. 

Como es evidente, no hay temor de continuismo en el mal sentido del término, sino promesa de cambio hacia mejor, manteniendo y promoviendo lo que han sido logros de la anterior singladura, que los ha habido y muchos, y transformando aquello que resulta una rémora, sustituyéndolo por lo que suponen claras mejoras, en la línea de un programa, que es una auténtica declaración de intenciones de realización efectiva. Dentro de los límites de lo posible, claro está, pero sabiendo que para algunas personas esos límites son sumamente estrechos, todo les parece imposible, y para otras personas los límites de lo posible se extienden prodigiosamente cuando lo consideran justo. Entonces ponen todo su empeño en lograrlo. 

Esas personas, en un equipo de gobierno, no se limitan a la rectora o al rector, sino que se identifican también con las vicerrectoras y los vicerrectores. En el caso del equipo de Mavi Mestre, el primero en conocerse, se trata de un equipo, no improvisado, sino coherente y sólido. Los doce componentes alcanzan un nivel académico y humano de excelencia, además de haberse comprometido todos ellos con la universidad. Representan una fortaleza valiosa de esta candidatura. 

Estas son algunas de las razones por las que considero que la apuesta por Mavi Mestre es la mejor en estas elecciones al rectorado de nuestra universidad. 

Adela Cortina
Filósofa y catedrática de la UV 
 

Nota. En virtut de l'article 20.5 del Reglament electoral general la Junta Electoral ha acordat facilitar a les possibles persones interessades en presentar-se com a candidat o candidata a Rector o Rectora mitjans informàtics i de difusió per a possibilitar-los el desenvolupament de la campanya (www.uv.es/jelectoral/rector/2018/Suport_candidatures.pdf).
En aplicació del punt 4t d'aquest programa de suport, es publica el present article per indicació de l'equip de la Candidatura a Rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre.