Angela Pérez empezó en un garaje en el año 98 con los 18 millones de pesetas prestados por familiares. Y ahora es la Steve Jobs de la genética y es valenciana. Entonces sólo había 15 grupos de científicos en el mundo que podían secuenciar ADN y ella sabía que era tecnología del futuro, pero los médicos no entendieron sus productos. Así que se dedicaron a la seguridad alimentaria. Su primer cliente fue DACSA. Hoy Health in Code secuencia para 400 empresas en seguridad alimentaria y miles de clientes en biomedicina con 6 laboratorios en España, 215 empleados y  factura 37,5 millones de euros. Son la empresa más grande de España y una de las 9 en España que existen en estos momentos.  Ahora trabajan en la medicina preventiva.

Angela Pérez, al igual que el resto de profesores-coach conviven y charlan con los 15 alumnos en un networking más real porque no hay cobertura, la luz se va a ratos, el wifi funciona una hora al día y los oasis, las haimas y las palmeras son parte del equipo. Agmad el guía es esencial  para entender la cultura árabe al igual que los anfitriones, Juan Muñoz y Najia El  Mountasser dueños del lodge Hara Oasis enmedio del Palmeral y  construido con adobe, paja y caña para  recuperar la tradición artesanal de construcción marroquí ya en desuso. Un sueño de ambos tras crear Casa Juan en el desierto del Sáhara y Dar Kamar junto a los estudios de cine más grandes de África y la kasbah Tourirte, patrimonio de la Humanidad.  Y en el anochecer contaron  como conseguir sueños y también como han recibido a huéspedes famosos como Brad Pitt, Angelina Jolie, Ridley Scott u Orlando Bloom. Recorrer el mundo de fotógrafo y hacer libros para la Unesco es el otro trabajo de estos emprendedores que viven lo mejor de ambas culturas. Ya en  Tamnougalt, un poblado casi abandonado pero de gran belleza histórica, nos sorprenden un par de puertas restauradas por la Junta de Andalucía. Aquí la conservación del patrimonio es cosa de extranjeros.

Guzmán López de Explorando el Kilimanjaro consiguió que cada alumno hiciera una introspección a través de diferentes técnicas, para descubrir cuáles son sus valores reales, los que les moverá a crear su empresa, a desarrollar su pasión, porque no se pude dividir la empresa de la persona que la crea, porque son todo uno y unir tu personalidad a tu proyecto es un must para tener éxito.

Juan Bueno explicó  su crecimiento y como una empresa Valenciana con delegación en Madrid pone su know how de 12 años para mejorar  la movilidad en ciudades como Cuenca en Ecuador, Aguas Calientes en México o Medellín en Colombia y por supuesto también en España. Transmitió que estar enamorado de tu proyecto es fundamental pero no solo eso sino que hay generar una necesidad en la sociedad,  satisfacer demandas y ayudar a cumplir objetivos para que las empresas funcionen.

Y tras una charla intermitente, como todas, interrumpida por tantas mentes curiosas, el grupo emprendedor recorre las montañas del Sagro o un desierto volcánico esculpido en tonos verdes y negros minerales sobre una base marrón como de adobe, como hacían antes aquí las casas. En esta zona se nota la  influencia yemení y de la península arábiga desde que llegaron en el siglo VII. Atraviesan también antiguos pueblos fortificados por las luchas bereberes por el agua y ese camino pedregoso  con un sol de justicia para llegar a las cascadas Tizgui que finaliza en una gran poza desde la que contemplan a los jóvenes locales lanzarse sin piedad y sobre todo sin seguridad mientras sus mayores toman el te y hacen el tahini sobre pequeños montículos de carbón. Se nota que son días de fiesta, que no hay cole. Es la fiesta del cordero. Y les acompañan en esta celebración sentados junto a ellos en el suelo bajo sabanas sujetas con palos y cuerdas. Por el camino se escuchan conversaciones poco habituales entre gente que no ha llegado al medio siglo: biotecnología, genética, informática o como montar un start up de snacks o del mundo inmobiliario. Este grupo es así. Guzman López toma prestada una guitarra y hace que todos canten juntos una de Fito.

Juan Manuel Baixauli cogió su mochila con 15 años para explorar y ahí sigue. Se pago los estudios de psicología trabajando y vendiendo viajes en su pueblo. En tercero decidió que quería recorrer África. Así que convenció a estudiantes de todas las facultades para que el viaje fin de curso fuera Valencia - Dakar. No decaer, formar equipo y que cada uno tenga un papel. Comunicar bien para recibir patronos.  Conseguir el apoyo de  Casa Real y de ahí en escala todas las administraciones. Dos años recogiendo dinero y donaciones. Salieron el 9 de octubre de 1988,  30 personas en 9 vehículos. Y acabo siendo el primer convoy que salió de España con ayuda humanitaria. Y tras recorrer África de arriba a abajo, perder dos vehículos, sufrir todo tipo de vicisitudes, y enfermar todos menos 14, consiguen volver 3 meses después, vendiendo todo lo que les queda. Si tienes claro tu sueño el desánimo no es una opción. Es la frase que resume  una experiencia que acabo siendo un libro publicado por Planeta. "El Viaje Imposible. 10 lecciones que nos enseñó África en el año 88". Y que hizo a Baixauli crear en 1989 Viajes Geisha.

Hoy salen todos en 4x4 hacia Erg Chegaga. De camino más aventuras. Al llegar a las haimas del desierto, la experiencia de Miguel Ángel Juan, de S2 Grupo y aprender cómo este valenciano ha conseguido que la tecnología que han desarrollado en ciberseguridad sea utilizada por el Centro Criptologico Nacional y exportada a países de Europa y Latinoamérica. El meninfotismo con el se destruye porque como destaca: “hay que quitarse complejos. Desde Valencia se puede llegar de muchos modos a todo el mundo”. Hace más de 15 años supieron encontrar un área, entonces incipiente, y crecer de tal modo que se han convertido en  uno de los líderes europeos en ciberseguridad.