Europa apuesta por un cambio de actitud industrial y ciudadana en la lucha contra la crisis climática

  • Fundación General UV
  • 13 diciembre de 2019
 
De izquierda a derecha, Rodríguez-Piñero, Hammerstein, Cristóbal Suria, Amparo Pérez y Alfonso Moreira.
De izquierda a derecha, Rodríguez-Piñero, Hammerstein, Cristóbal Suria, Amparo Pérez y Alfonso Moreira.

“El objetivo de Europa es un cambio de actitud en la industria y también en la ciudadanía para lograr reducir las emisiones de CO2” y ganarle así terreno a la crisis climática. En estos términos se expresó la eurodiputada por el PSE Inmaculada Rodríguez-Piñero durante su intervención en la mesa de debate organizada, el pasado 13 de diciembre, por el Centre de Documentació Europea de la Universitat de València dentro del ciclo ‘Desembre Europeu’.

Rodríguez-Piñero abrió así la jornada que, bajo el título ‘Los Estados Generales de Europa’, se celebró en la Sala de la Muralla del Colegio Mayor Rector Peset seguida por estudiantes universitarios que intervinieron en el debate mostrando su preocupación por lo que las instituciones europeas han calificado ya de “emergencia climática”.

La eurodiputada socialista explicó las herramientas de las que está haciendo uso la UE para luchar contra la crisis climática, si bien recordó que se trata de una emergencia global que no depende solo de Europa y que grandes potencias, como Estados Unidos o China, son igualmente responsables.

“Desde Europa podemos ejercer un liderazgo político e institucional que marque pautas, pero también es importante el comportamiento ciudadano y, por supuesto, no podemos acabar con esta crisis únicamente desde la UE”, dijo Rodríguez-Piñero, quien señaló dos claves para lograr el principal objetivo, “el cambio de actitud”: “La primera es evitar que la industria europea se deslocalice para no cumplir la normativa ambiental y la segunda, garantizar que el país que importe a Europa lo haga de acuerdo a los preceptos vigentes, porque Europa es un mercado estratégico y es necesario regular el impuesto, especialmente, en las importaciones de China”, donde la producción de bienes y servicios es más barata al no tener en cuenta el gasto en reducir el impacto ambiental.

Por lo tanto, “la Organización Mundial del Comercio ha de ser más exigente –reconoció– e introducir una mayor regulación en la comercialización”. Y añadió: “No se trata de qué se comercializa o no. La clave es: ¿bajo qué condiciones se comercializan bienes y servicios?”.

En el coloquio, se abordaron otros temas transversales, como la filosofía del “Residuo Cero” (Zero Waste en inglés) de la que, a juicio de Inmaculada Rodríguez-Piñero, “Europa aún está lejos”, pero que “por primera vez se ha marcado un objetivo en materia de residuos”. Otros objetivos políticos que se trataron fueron el consumo responsable –por supuesto–, el transporte modal y la regulación de los minerales “de sangre” a través de normativas mejoradas y un aval de consumo mediante la trazabilidad del producto.

Los Verdes: una visión crítica
La segunda parte de la jornada fue desarrollada por David Hammerstein, eurodiputado de Los Verdes entre 2004 y 2008, que ofreció una visión crítica poniendo el acento sobre “grandes mitos de la lucha contra el cambio climático”, como, en el caso de València, por ejemplo, “evitar la crisis climática y ecológica, y al mismo tiempo ampliar autovías, asfaltar la huerta, dejar morir la Albufera, ampliar el puerto para doblar el número de cruceros, buques y camiones o levantar nuevas urbanizaciones para una población que no existe”.

En este sentido, criticó el “tecnooptimismo o la ilusión de creer que el crecimiento industrial y comercial es compatible con la lucha contra la crisis climática” y denunció la inexistencia de una contabilidad real de CO2: “La contabilidad de CO2 que usa la UE es falsa porque no tiene en cuenta el 20 o el 30% de las emisiones europeas, como el consumo de teléfonos móviles, por ejemplo. Este porcentaje de contaminación es hoy por hoy invisible”.

Por otro lado, sostuvo que “ser sostenible no es solo reciclar porque no podemos reciclar ni el 10% de lo que consumimos y, además, ignoramos el volumen total del consumo; por lo tanto, mientras sigamos priorizando el crecimiento no podremos ejercer una lucha real contra la crisis climática”.

En opinión de Hammerstein, la emergencia climática se produce porque existe “un problema de escala: los volúmenes totales de las actividades humanas superan los límites del planeta, el crecimiento continuo hace fracasar la eficiencia, cada vez nos hace falta gastar más energía para extraer la misma cantidad de minerales o combustibles de peor calidad y, en definitiva, cada vez consumimos más” con el consecuente incremento de las emisiones.

En este sentido, expuso algunas propuestas de políticas verdes para la UE, como la paralización de subvenciones “al colapso climático” con ayudas y/o financiación para “los combustibles fósiles, nuevas carreteras, puertos, aeropuertos, y agricultura y ganadería intensivas; de acuerdo con Rodríguez-Piñero, la regulación del impuesto por las “emisiones importadas” y ayudar a los países más empobrecidos a dar el “salto ecológico” favoreciendo la producción sostenible; aumentar la fiscalidad sobre los sectores más contaminantes; crear un “área de Cero Emisiones” en la UE; o promover una “revolución de energía renovable comunitaria descentralizada para que la ciudadanía pueda producir, almacenar y compartir energía”.

‘Los Estados Generales de Europa’ es una actividad promovida por el Centre de Documentació Europea de la UV, inscrito en la Fundació General de la Universitat de València, que este año ha celebrado su segunda edición dentro de la programación del ciclo cultural y académico ‘Desembre Europeu’, dedicada a la crisis climática.