El profesor Nicolás Bas analiza en un libro la imagen de España en la Europa del siglo XVIII

  • Gabinete de Prensa
  • 21 abril de 2018
 
Coberta del llibre
Coberta del llibre

Nicolás Bas, profesor del Departamento de Historia de la Ciencia y Documentación de la Universitat de València, analiza en un libro la imagen de España en la Europa del siglo XVIII, a partir de los libros que se compraron y vendieron en las dos ciudades europeas.

La editorial holandesa Brill, fundada en 1683, y especializada en el ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales, acaba de publicar el libro de Nicolás Bas Martín, titulado Spanish books in the Europe of the Enlightenment (Paris and London). A View from Abroad.

La obra es el resultado de cinco años de trabajo en París y Londres, invitado por l’École Normale Supérieure (ENS) de París y el Queen Mary de la University of London. El autor se ha servido de los fondos de la British Library y la Biblioteca Nacional de Francia, además de los archivos de casas de subastas, como Sotheby’s y Christie’s, entre otras fuentes. Se trata de un trabajo inédito de bibliografía comparada en la que los libros han sido los principales protagonistas, y los libreros y coleccionistas del siglo XVIII los objetos de atención principal de la investigación. Una manera de conocer la visión de España en la época, sembrada de tópicos y estereotipos, enmarcados dentro de la llamada leyenda negra, y que sirve para entender también el presente.

El objetivo principal del libro ha sido reconstruir la imagen de España, el cómo nos vieron, o mejor dicho, cómo nos leyeron, a través del estudio de los libros españoles que se compraron y vendieron en París y Londres, y que encontramos en los catálogos de los libreros, en las subastas, caso de Christie’s y Sotheby’s, entre otras, y en los fondos de las principales bibliotecas privadas, entre otras fuentes.

El libro demuestra como el libro español fue durante el siglo XVIII un producto minoritario de consumo para ingleses y franceses, y cuando lo fue, sirvió para transmitir la imagen de un país anclado en el pasado, el Siglo de Oro, más que el de una nación en plena Ilustración.

Más paradójico resulta que esta imagen se transmitiera en el siglo XVIII cuando precisamente reinaba en España un monarca ilustrado, y unos ministros reformistas. Pero lo cierto es que, y los libros así lo evidencian, la España del Siglo de las Luces, fue a ojos de los europeos, un país donde campaban a sus anchas el atraso, la ignorancia, la superstición y el desprecio por el progreso.

Algo que explica que tanto París como Londres comulgaran con una misma visión del libro español, y con ello de España: aquella que se reducía al Siglo de Oro. Pero ¿Qué pasó entonces con la Ilustración española? Lo cierto es que las librerías, la prensa, las bibliotecas privadas y públicas, y las ventas y subastas tanto de Londres como de París silenciaron todo lo producido en el siglo XVIII español.

Los llamados “antiguos” o clásicos de la literatura española representaron la modernidad para los lectores ingleses y franceses. Un “Canon” que, con pequeñas salvedades, compartieron los Bibliófilos, libreros y lectores de París y Londres, y que podemos reducir a una lista de no más de diez nombres, encabezada como no por Cervantes, más traducido que leído en su lengua original. Al que le siguieron autores como Mariana, Antonio de Solís, Herrera, Lope de Vega, Quevedo, y obras como el Guzmán, el Lazarillo, o la Biblia Políglota Complutense, por citar las más representativas.

Una visión que era la que llegaba a los libreros parisinos y londinenses a través de sus dos principales instrumentos de referencia, la cultura oral por un lado, la calle, el boca a boca, que transmitía lo que se comentaba y leía, así como las noticias que llegaban a la ciudad procedentes de viajeros, diplomáticos y mercaderes; y la cultura impresa, es decir, lo que se editaba y publicitaba.