La tasa de empleo de Educación Social aumenta en más de 20 puntos en solo dos años

  • Fundación General UV
  • 8 marzo de 2022
 

Contra el estigma de la baja empleabilidad de algunas titulaciones de las Ciencias Sociales, las instituciones toman partido y le dan la vuelta a esta, ya antigua, situación. Las diferentes medidas en política pública y académica de empleo, el contexto social, y la implicación del mundo empresarial y organizativo hacen posible que los resultados en materia de ocupación de estos estudios estén experimentando un importante cambio al alza. Un ejemplo: la tasa de empleo del grado en Educación Social que, en la Universitat de València, ha pasado a situarse de un 65,6% en 2016 a un 85,9% en 2018.

La diferencia en dos años es de 20,4 puntos. Este incremento se suma a las cifras generales que presentan todos los indicadores del último Estudio de Inserción Laboral de Grados (2018) realizado por UVocupació. Así, la experiencia laboral posterior a la finalización de los estudios tiene un incremento de 10,8 puntos, pasando de un 86,7% en el segundo estudio (2016) a un 97,5% en el tercero.

Pero donde más se pone de manifiesto este aumento es en las conclusiones sobre el actual o último empleo. En términos de calidad, por ejemplo, se encuentra que el porcentaje de personas titulades cuyo trabajo requería estudios universitarios se incrementa en 25,4 puntos (pasa del 49 al 74,4%); el empleo relacionado con la titulación aumenta en 25,7 puntos (del 53,8 al 79,5%); y en el empleo relacionado con la titulación y que también requería estudios universitarios, el diferencial es de 23,4 puntos (del 47,1 al 70,5%).

Asimismo, el porcentaje de egresados y egresadas que ocupan puestos de técnico/a o con personas a cargo aumenta en 21,6 puntos (del 54,5 al 76,1%); los contratos estables también se incrementan, en este caso, por debajo de los 20 puntos, pasando del 13,6 al 29%; y el trabajo a jornada completa quizás sea el indicador más llamativo con un aumento de más de 30 puntos, pasando del 39,8 al 71,6%.

El mismo estudio de inserción destaca que el puesto de trabajo más habitual que desarrollan las personas tituladas en Educación Social es el de educador/a social (a pesar de que hay otras salidas profesionales, pero en menor medida, como monitor/a en centros educativos); el departamento en el que están destinados estos profesionales suele ser el de Educación; y los sectores: educación, investigación y servicios culturales; sanidad y asistencia social; y asociaciones sin ánimo de lucro.

Alba Jiménez es egresada de la Facultat de Filosofia i Ciències de l’Educació por la Universitat de València y trabaja como educadora social en una de estas organizaciones: la Asociación Brúfol del barrio valenciano de El Cabañal. Según explica en el siguiente capítulo de ‘Treballem. De la Universitat al món laboral’, Alba se dedica a la atención social y la formación en esta entidad, cuya principal labor es el desarrollo comunitario de las vecinas y los vecinos del barrio.

Pero antes de llegar a este punto, Alba se formó en el grado en Educación Social, realizó prácticas e, incluso, una estancia internacional en Argentina para completar los estudios con habilidades y competencias que solo proporcionan el contacto directo con las distintas realidades.

No obstante, Alba no se conforma, y piensa en especializarse y mejorar su formación con un futuro Doctorado, una aspiración muy común entre las graduadas y los graduados en Educación Social, pues cerca del 80% continúan formándose después del grado a través del reciclaje profesional (formación continua) o cursos de posgrado.

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