Credibilidad

  • 5 marzo de 2018
 
Vicent Martínez
Vicent Martínez

El próximo 6 de marzo, la Universitat de València apostará decididamente por un cambio seguro

El próximo 6 de marzo, la Universitat de València apostará decididamente por un cambio seguro. Los resultados de la primera vuelta avalan esta predicción, pero también la avalan el reconocimiento que durante estos días, posteriores a la primera vuelta, hemos encontrado en los diferentes centros que hemos visitado y los mensajes de apoyo recibidos por correo electrónico y a través de las redes sociales. Son cada vez más las personas que participan de este proyecto ilusionante en el que todas y todos nos hemos embarcado: la apuesta por la renovación, que cosechó prácticamente el 60% de los votos ponderados en la primera vuelta, no ha hecho más que crecer.

A nuestro juicio, el valor más potente y diferenciador que se ha puesto de manifiesto durante una campaña apasionante ha sido la credibilidad de nuestras propuestas. Pongamos algunos ejemplos.

Esta candidatura luchó, junto con otros grupos de la Universitat, para conseguir que bajaran las tasas académicas; y propusimos una bajada gradual del 8% cada año. Esta reivindicación se ha aplicado finalmente el curso 2017-18, y lo hará en los próximos dos cursos con el mismo porcentaje. Desde el rectorado, insistiremos para que esta bajada afecte también a la segunda y la tercera matrícula. Además, nuestro programa de becas (en grado, postgrado y movilidad) garantizará la equidad en el acceso a los estudios universitarios. Otras reivindicaciones de los y las estudiantes van a ser, por fin, tenidas en cuenta por el equipo de gobierno de la UV: flexibilización de las matrículas, prácticas remuneradas, refuerzo de las bolsas de empleo, espacios de convivencia en los cuatro campus (Ontinyent también existe), incluyendo la rehabilitación del Colegio Mayor Lluís Vives con este y otros cometidos. Las estudiantes y los estudiantes de la Universitat no dudan de que ese cambio es necesario y urgente; llevan años esperándolo y son conscientes de que los mismos que han gobernado la institución en los últimos años no están dispuestos a llevarlo a cabo. No lo hicieron cuando pudieron y eso les quita credibilidad, pues no sería realista pensar que lo harán ahora.

El Personal de Administración y Servicios ya nos ha dado un apoyo contundente en la primera vuelta de las elecciones. Es normal que también deseen el cambio, puesto que los últimos ajustes han cargado sobre sus espaldas un esfuerzo enorme que no ha sido reconocido. Ellos saben que nuestra lucha por la carrera profesional arrancó cuando casi nadie hablaba de ella, y que nuestro compromiso con este colectivo es enorme. En nuestro programa incluimos la mejora del modelo de carrera profesional, incluyendo al PAS interino y laboral, la creación de incentivos, la formación realmente bajo demanda, la reducción de la jornada a partir de los 60 años, y un plan de conciliación de la vida familiar y laboral. Nuestra voluntad para llevar todo este programa adelante es firme, ya que solo con el cambio seguro seremos capaces de desarrollar una política de personal que detecte deficiencias, las mitigue y al mismo tiempo ofrezca las merecidas oportunidades de crecimiento profesional y personal.

Toda la campaña electoral ha estado marcada por una huelga del profesorado asociado. Ya hemos explicado que el uso abusivo de esta figura, además en condiciones más precarias que en otras universidades de la Comunidad Valenciana, representa un fraude de ley. Y no se puede decir que no había otro remedio, ya que mientras otras universidades, como por ejemplo la de Alicante, han mantenido inalterable durante el último quinquenio el número de profesores asociados, en la Universitat de València su número se ha incrementado en un 30%. Es una precarización premeditada, generando inseguridad laboral, con salarios ínfimos. El día 29 de enero, cuando presentamos públicamente la candidatura en la Sala de Juntas del Rectorado ante un numeroso público y ante la prensa, planteamos directamente las claves para encontrar una solución justa al conflicto: incrementar de manera inmediata el salario para equipararlo con el profesorado asociado de la Universidad de Alicante, reivindicar ante el Gobierno central y autonómico un salario digno (equivalente a los TEU a tiempo parcial), y establecer mecanismos de estabilización atendiendo a todas las posibles figuras contractuales a las que se encuentren acreditados. Además, se deberán dignificar las condiciones contractuales, así como vincular las asignaturas al ejercicio profesional tal y como reconoce la ley. Pocos días después de nuestro anuncio, medidas parecidas eran asumidas por la candidatura a la que me enfrento. No nos parece mal que nos copien, de hecho nos han copiado durante toda la campaña; lo que está claro es que su candidatura carece de credibilidad, ya que no lo hicieron cuando pudieron y, peor aún, se negaron a escuchar las reivindicaciones de este colectivo. Los profesores asociados saben que los “nuevos horizontes” que ahora prometen no son más que “horizontes lejanos”.

Nuestra candidatura plantea además la utilización de los contratos de profesor ayudante y del profesor ayudante doctor como figuras contractuales básicas para rejuvenecer la plantilla (con cargas docentes adecuadas para que puedan llevar a cabo sus tareas formativas y de investigación), así como la progresiva equiparación académica y salarial de los profesores contratados doctores a los titulares de universidad.

El personal investigador en formación nos ha votado ya mayoritariamente, porque conoce bien nuestro compromiso. Lo tiene por escrito y lo vamos a cumplir.

Sin duda alguna el cambio en la Universitat es tan necesario que no nos ha sorprendido el modo en que la otra candidatura ha querido incorporarlo a su discurso ya avanzada la campaña. Tampoco nos molesta, pero les ha faltado incluir el ingrediente de la renovación, tan necesaria para afrontar los nuevos retos con imaginación. El cambio, sin renovación, no es realista.

Finalmente, parece que el discurso de mi contrincante ha quedado reducido a “ahora toca rectora”; y la pregunta que todo el mundo se hace es ¿y por qué no hace 8 años, cuando la profesora Gracía Benau pasó la primera vuelta? ¿No tocaba entonces? La respuesta es sencilla, ya que en aquel momento la candidata que ahora quiere seguir gobernando la Universitat participaba como vicerrectora en un equipo encabezado por un varón, y no le convenía apelar a la cuestión del genero del candidato. Ahora parece que sí. En definitiva, también esta apelación ahora carece de credibilidad, por lo que se hizo en el pasado.

No hay duda alguna de que la credibilidad solo la merece el potente equipo que nosotros hemos presentado a estas elecciones, integrado por personas de amplia trayectoria comprometida con la UV; personas que asumen desde el primer momento que no se eternizarán en sus cargos; personas que asumen el compromiso de luchar por una Universitat cada día mejor para las personas que la componen. Sabemos que el día 6 la Universitat dará un paso definitivo para ganar el futuro.

 

 

 

Nota. En virtud del artículo 20.5 del Reglamento electoral general, la Junta Electoral ha acordado facilitar a las posibles personas interesadas en presentarse como candidato o candidata a Rector o Rectora medios informáticos y de difusión para posibilitarles el desarrollo de la campaña (www.uv.es/jelectoral/rector/2018/suport_candidatures.pdf).
En aplicación del punto 4º de este programa de apoyo, se publica el presente artículo por indicación del equipo de la Candidatura a Rector de la Universitat de València, Vicent Martínez.

 

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