Antoni Merelles: “Tenemos que formar profesionales sanitarios preparados para ofrecer curas a las personas, pero también para contribuir a proteger su salud”

  • 21 mayo de 2018
 
Antoni Merelles
Antoni Merelles.

Maria Iranzo. Fotos: Miguel Lorenzo

Más de ciento treinta años marcan la evolución de la educación en Enfermería. Es el tiempo que separa las figuras de practicantes y parteras de los actuales graduados en Enfermería, estudiantes que hoy se forman en una facultad propia junto con el Grado de Podología. En todo este tiempo, han convivido opiniones diversas en cuanto a la esencia de la profesión. ¿Es personal especializado en curas o la suya tiene que ser una tarea didáctica de protección de la salud? Entre quienes se inclinan por esta segunda opción encontramos al actual decano de la facultad, Antoni Merelles. Hoy afronta dos retos: asentar el Grado de Enfermería en el Campus de Ontinyent y dirigir el traslado de la facultad al descampado que linda con el Aulario V.

–¿Por qué modelo de docencia apuesta el nuevo decano de la Facultad de Enfermería y Podología?
–Por cualquier modelo que posibilite la formación de unos profesionales comprometidos con la sociedad, con las condiciones de vida, salud y bienestar de la población; con los problemas que sufren las personas, los grupos de población más vulnerables, como por ejemplo niños, ancianos, parados, inmigrantes; con el medio ambiente; con la igualdad entre mujeres y hombres; con la cultura por la paz... Un modelo de docencia que forme a personas, profesionales que sepan afrontar la condición humana, más allá de tener maña en la mera destreza técnica, que también; tiene que ser un modelo dirigido a la formación de profesionales preparados para ofrecer curas a las personas, pero también para prevenir la enfermedad y contribuir a proteger su salud. Un modelo que politice al alumnado y lo comprometa a implicarse en la solución de los problemas de la población que, en definitiva, se manifestarán en forma de enfermedad. Desgraciadamente, hace falta un cambio de mentalidad a muchas bandas. Si, por ejemplo, te preguntabas qué esperan las personas de una enfermera, lo primero que te vendría a la cabeza es tomar la tensión, que extraiga sangre o que ponga un inyectable. Si preguntabas a los responsables de las instituciones sanitarias, la respuesta no sería muy distinta. Quedan invisibilizadas social y profesionalmente otras muchas funciones para las cuales se intenta formar al alumnado de la Facultad de Enfermería y Podología. Funciones que podrían favorecer un reconocimiento emancipador y romper la reja de vidrio detrás de la cual nos miran. Podología tiene ciertamente una orientación eminentemente de cariz asistencial, pero necesita de una formación humanista e integral parecida a Enfermería, o corre el riesgo de descabalgarse de la universidad.

–¿Cuánto hace que existe propiamente la Facultad de Enfermería y Podología?
–Hace unos siete años, tan sólo unos siete años. El último cambio de los planes de estudio que arrancó en 2010-11 supuso el inicio del final de la diplomatura y, como se ha dicho, la equiparación de los títulos de los grados de Enfermería y Podología con el conjunto de grados universitarios. La constitución de una facultad ha supuesto entre otras cosas la posibilidad de ofrecer formación de segundo y tercer ciclo, es decir, másteres y doctorados. Ahora mismo se ofrece un Máster en Enfermería Oncológica y un programa de doctorado en Enfermería Clínica y Comunitaria.

–¿El Grado de Podología es el hermano pequeño en esta facultad?
–En cuanto al número de estudiantes, en Podología hay un grupo de alumnos, y de Enfermería hay cuatro, cinco en primer curso si contamos Ontinyent. En cuanto al número de departamentos, en Podología interviene profesorado de más departamentos que en Enfermería. Si nos fijamos en el gasto universitario, se puede decir que la formación de un estudiante de Podología resulta tan o más cara que la formación de un estudiante de Enfermería, fundamentalmente por el material de prácticas que se emplea en Podología y porque en Enfermería buena parte de este coste se comparte con el sistema sanitario. Dentro de las limitaciones presupuestarias, la facultad apuesta porque Podología reciba la mejor formación posible. El profesorado podólogo que se encarga de la docencia en Podología se encuentra integrado en el Departamento de Enfermería, puesto que el área de conocimiento reconocida para la disciplina es enfermería y el Departamento de Enfermería se encuentra dentro de la facultad. No queremos negar que los primeros años de integración sufrimos algunas turbulencias, pero a estas alturas ya se han apaciguado. Enfermería no puede tolerar que Podología sea una hermana pequeña, como tampoco tolera que se la considere hermana pequeña ante otras figuras de ciencias de la salud.

–¿Considera necesario algún otro cambio relacionado con la docencia?
–No sé si sabes que cuando estuvieron diseñándose los actuales planes de estudio, en las carreras de ciencias de la salud Aneca determinó que muchas asignaturas tenían que tener un sesenta por ciento de presencialidad, es decir, de permanencia del alumnado en el aula, y no de un cuarenta por ciento como se había previsto en un principio. Para Enfermería, en nuestro caso, esto supuso forzar una ensambladura de asignaturas que no nos ha dejado del todo satisfechos, y que, en opinión del profesorado, dificulta en ocasiones la línea de progresión en la adquisición de conocimientos; por ejemplo, estudian Nutrición y Dietética antes de que se acaben de impartir las asignaturas de formación básica. También ha supuesto un incremento sustancial de horas de permanencia en el aula por parte del alumnado, cosa que disminuye, y no poco, la dedicación disponible para preparar trabajos o para el estudio en comparación con otras carreras, o incluso para desarrollar actividades universitarias extraacadémicas. En Podología la situación se puede considerar análoga. El profesorado podólogo ha manifestado la necesidad de reorganizar contenidos y echa de menos alguna que otra asignatura que Enfermería tuvo la buena idea de introducir en el plan de estudios, como por ejemplo Introducción a la investigación.

–¿Cuál suele ser la salida laboral de los egresados?
–Para Podología la entrada en el mundo laboral pasa por incorporarse como asalariados a una clínica podológica privada, o bien montarse una clínica propia. No hay todavía la posibilidad de trabajar en centros sanitarios públicos. La perspectiva de Enfermería, en cambio, es la contratación en centros sanitarios, públicos o privados, al principio para hacer sustituciones de verano o para cubrir bajas laborales, después interinidades, o para ganar un concurso oposición. En 2015, por ejemplo, después de muchos años de sequía extrema [remarca con ironía], la nueva Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública convocó oferta pública de ocupación para Enfermería en Salud Pública. De cara al futuro inmediato, la reincorporación del Hospital de La Ribera a la gestión directa por parte de la Conselleria se comenta que generará mucha demanda de profesionales en un intento por normalizar el dimensionado de las plantillas, que parece que estaban excesivamente ajustadas para la carga de trabajo requerida. Quizás se producirá movilidad de profesionales del área de Xàtiva-Ontinyent o de Gandia hacia la de Alzira, pero la demanda de profesionales se mantendrá en esas áreas de salud.
Por otro lado, ya nos encontramos en el momento en que se están produciendo las jubilaciones de la gente que se incorporó al sistema sanitario en los años setenta, es decir, puestos de trabajo que habrá que cubrir. A veces nos preguntamos cómo sale de preparado el alumnado para enfrentarse a los escenarios laborales. Hace poco hemos recibido la noticia de que una alumna de Enfermería formada en nuestra facultad, Judit Catalá, ha logrado la decimonovena posición en las pruebas EIR (Enfemería Interna Residente) de entre un total de casi doce mil aspirantes.

–¿Cuál es el perfil mayoritario del profesorado de esta facultad?
–Tenemos un importante envejecimiento de la plantilla a tiempo completo. Pero, además, de los 178 docentes que imparten clase en el aula, 101 son profesorado a tiempo parcial, asociados de aula, a los cuales hay que añadir 92 asociados más de ciencias de la salud o asistenciales, además de los 35 más para atender circunstancialmente la necesidad de prácticas del alumnado de las universidades privadas en centros sanitarios públicos.
Es difícil medir cómo está afectando la huelga de profesorado asociado, pero te lo puedes imaginar si tienes en cuenta la gran cantidad de profesorado asociado en las titulaciones de la facultad, sobre todo en Enfermería. Por desgracia, no se está llegando a una solución con la celeridad que hubiera gustado a todas las partes.

–Entonces, ¿cómo se solucionaría el problema de la plantilla del profesorado?
–Hay que apostar por consolidar el profesorado a tiempo completo y con plaza de titular, pero las carreras de ciencias de la salud no lo tienen fácil, menos todavía las que han evolucionado de diplomatura a grado, como es el caso de Podología y de Enfermería. Por un lado, se pide que personas que estén trabajando en un hospital, en un centro de salud pública u otra institución sanitaria, dejen un puesto de trabajo donde reciben un salario determinado y se incorporen a la universidad como ayudantes o contratados, no doctor o doctor, por un sueldo bastante por debajo del puesto que dejarían. Esto por la apuesta de llegar a ser, después de unos años, profesorado de universidad si se supera el concurso de oposición. Se necesita una gran, pero muy grande, dosis de vocacionalidad. Más todavía si se considera que se tienen que conseguir las respectivas acreditaciones por parte de la Aneca.
Como sabes, el gran peso específico para acreditarse en una figura de profesorado pivota a día de hoy alrededor de las publicaciones que se tienen en revistas del primer y segundo cuartil, en nuestro caso dentro de las ciencias de la salud. Enfermería y Podología, empleando el gastado símil futbolístico, han entrado a jugar casi de golpe en primera división, donde otras carreras de ciencias de la salud tienen gran tradición en investigación y en publicaciones, y disponen de una estructura y una dinámica investigadora que en la facultad todavía no tenemos. Podología cuenta con escenarios idóneos para investigar, como la clínica podológica, pero necesita apoyo en cuanto a metodología de investigación. Enfermería se encuentra a caballo entre ciencia humana social y ciencias de la salud, pero el ámbito reconocido de publicación es el de las ciencias de la salud, y no le está resultando nada fácil liderar, conseguir y desarrollar proyectos de investigación de carácter analítico o experimental, con más posibilidad de penetración en las revistas del ámbito de la salud. Se echa de menos sensibilidad al respecto, tanto por parte de la universidad como de la Aneca, para que los máximos representantes universitarios reconozcan la realidad concreta de determinadas titulaciones, sin que esto suponga trato de favor, y para que la Aneca otorgue valor a publicaciones más allá de la rama de ciencias de la salud.

–¿Aumentar la investigación en Enfermería y Podología tendría que ser uno de los retos de su decanato?
–Efectivamente. Hay que consolidar grupos de investigación aquí en la facultad, consolidarlos como motor de publicaciones, como hay en otras facultades. Una posibilidad de actuación desde el decanato puede ser acercarse a las instituciones sanitarias e incrementar la actuación conjunta de cara a la investigación, averiguar cuáles son sus centros de interés en investigación y mostrarles que en la facultad tenemos profesorado que podría insertarse en sus proyectos y viceversa. El anterior decano, Julio Fernández, dedicó no pocos esfuerzos en este sentido. Paralelamente, se necesita más formación en investigación. Como he dicho antes, tenemos un programa de doctorado en Enfermería Clínica y Comunitaria. Esta es una de las pocas facultades de España en esta rama de conocimiento que tiene un doctorado así. En los últimos cursos se ha producido una eclosión en el número de profesorado de la facultad doctorado, bien a raíz de este programa de la Universitat de València, bien en otras universidades. La cuestión es que se ha ampliado considerablemente la posibilidad de dirigir tesis doctorales con profesorado de la facultad y de ampliar la oferta que atienda la amplia demanda de doctorandos, lo cual esperamos que pueda influir en la investigación de la próxima década.

–Como decano, se enfrenta a dos retos en la etapa que ahora empieza: uno es la nueva Facultad de Enfermería y Podología que se prevé construir en el solar que linda con el Aulario V y la entrada al Pabellón Polideportivo del Campus de Blasco Ibáñez, y el otro es el arraigo del Grado en Enfermería en el Campus de Ontinyent. ¿En qué situación se encuentra la nueva facultad?
–Si todo va bien, las primeras tareas de construcción empezarán antes de las vacaciones de verano. El edificio que ahora ocupa la facultad es un edificio singular y no se pueden efectuar obras, no se puede ampliar una planta más. Se nos ha quedado pequeño y resulta poco versátil para hacer mejoras. El nuevo edificio dispondrá de un salón de actos como es debido y se podrán celebrar conferencias y actividades culturales sin tener que desplazarlas a otras facultades, mejorará el número de despachos individuales porque ahora no tenemos ninguno, y así podremos atender al alumnado sin molestar a otros compañeros. Las secretarías de centro y de departamento se encontrarán en la misma planta, la mayoría de los despachos del profesorado también, cosa que puede facilitar la interconexión en los respectivos ámbitos. Pero lo que es el traslado, solo pensar en el traslado... da pánico [confiesa también con el rostro].

–¿Supondrá un incremento de plazas de matrícula?
–No. El número de grupos de alumnado y su tamaño serán los mismos. No supondrá un incremento de plazas de matrícula. Ahora bien, por lo que apostamos es por incrementar la movilidad tanto internacional como nacional. Esta es una facultad que ha ido incrementando la recepción del alumnado y también el envío. Este año acabaremos teniendo 33 personas entrantes y 35 salientes en cuanto a Erasmus, 5 y 2 respectivamente en cuanto al programa internacional, y 14 y 1 respectivamente en cuanto al Sicue. Se están promoviendo especialmente los Erasmus y los Sicue, aunque cuando se trata de intercambios entre universidades españolas hay poca gente de aquí que se vaya, parece que prefieren venir.

–Está concluyendo el primer curso de Enfermería en Ontinyent. ¿Cómo está funcionando?
–Cualquier inicio de un grupo nuevo siempre viene acompañado de trabas. Lo contrario sería muy raro. El atraso al conseguir el permiso de la Aneca y de la Conselleria de Educación impidió disponer a tiempo del profesorado asociado de nueva contratación para facilitar el contacto con el profesorado veterano y dar-recibir un trasvase de información muy necesario. Debemos de tener en cuenta que ha habido profesorado asociado que empezó con mucha ilusión, pero que finalmente no pudo mantener el ritmo de preparación de las clases. Siempre se ha tenido claro que la calidad en Ontinyent tiene que ser la misma que en los grupos de Blasco Ibáñez y del Hospital General Universitario. También se ha sufrido atraso en la dotación de una parte del material de prácticas. La Aneca condicionó el permiso para comenzar el grupo de Ontinyent a que profesorado a tiempo completo impartiera parte de la docencia en las diferentes asignaturas. Por lo que me corresponde, agradecería encarecidamente que hubiera más disponibilidad de trenes en el trayecto Valencia-Alcoi-Valencia. Con todo, el grupo de Enfermería de Ontinyent es una apuesta fuerte por parte de la Universitat de València, desde el ayuntamiento de la ciudad y desde la FUVA (Fundació Vall d’Albaida), las tres instituciones comprometidas en la mejora de las instalaciones docentes y para que, cuando el alumnado acabe el último curso de esta primera promoción, el nivel sea el mismo que aquí en Valencia. Que se pueda satisfacer la necesidad de alumnado preparado para enfrentarse al mundo laboral y también estabilizar una dotación de profesorado que resida por el área.