Un club de lectura para descubrir la ‘irónica’ y ‘divertida’ Jane Austen

  • 12 noviembre de 2018
 
Membres del Club de Lectura de Jane Austen
Miembros del Club de Lectura Jane Austen.

María Iranzo. Fotos: Miguel Lorenzo

La Jane Austen Society España es una organización sin ánimo de lucro para disfrutar de la obra y valores de la escritora decimonónica. Podríamos pensar que su fundación se remonta al menos al siglo pasado, como las dos anglosajonas. Pero no. La hispánica tiene solo dos años. Uno de sus fundadores y vicepresidente es el profesor asociado de Filología Inglesa Miguel Ángel Jordán. Hasta aquí ha llegado por su iniciativa y por conocimientos: su tesis doctoral analiza el estilo literario de Jane Austen, ha participado en actividades de la Jane Austen Society de Nueva York y es el autor de ‘Jane’, la primera biografía novelada en castellano. Ahora es, además, el impulsor del club de lectura que se reunirá mensualmente en la Facultad de Filología, Traducción y Comunicación.

“En Nueva York hay organizado un grupo de discusión. Se reúnen cada mes en casa de alguien en la ciudad. Asistí a una de estas reuniones y me dije: Quiero hacerlo en España”, explica el profesor.
La respuesta al anuncio de esta iniciativa lectora fue tan inmediata como femenina. Muchos correos los enviaron seguidoras del Facebook de la Jane Austen Society España. Escribieron sobre todo estudiantes de Filología Inglesa, Hispánica y Lenguas Modernas, una periodista, una historiadora de arte... Todas atrapadas por su “elegante ironía”.
Allí, en la primera reunión del pasado 15 de octubre, estaba Carmen Campo, atrapada por Austen “desde los doce o trece años”. Es estudiante de cuarto de Lenguas Modernas en el mayor de alemán, pero, sobre todo, escritora. “Siempre me ha gustado la idea de la gente que se reúne para hablar de literatura”, señala convencida. “Lo interesante es observar cómo cada una de nosotras lee sus libros. Creo que tiene muchos matices, que extraes según tu experiencia, tu vida. Nadie lee un libro de la misma manera”.
Campo la admira por lo que escribe y por cómo lo escribió: “No firmó ninguna de sus obras, lo hicieron por ella. No tenía un lugar propio donde escribir. No quería que la gente descubriera que estaba escribiendo. Ella simplemente se sentaba en el salón de su casa con sus papeles y lo ocultaba todo cuando sentía que alguien entraba por la puerta. De hecho, pidió que no lo arreglaran, porque charlaba”, relata. “Por cosas como estas soy más consciente de lo que hicieron muchas escritoras para que yo pueda hoy escribir y no me pase nada”.
En la mesa habló también la periodista y guía turística Inma Esplugues, de treinta y siete años. “Todo comenzó a partir de unas entradas gratuitas para asistir al estreno en Valencia de la última versión televisiva de Orgullo y prejuicio. Al día siguiente me compré el libro y, uno después de otro, fui completando la colección. No solo he leído los libros de Austen, sino que sobre ella hay todo un mundo de literatura y cinematografía ambientado en sus personajes, en sí misma y en su época. ¿Cuántos autores o autoras pueden presumir de ello, teniendo en cuenta especialmente lo joven que murió y las pocas obras que escribió? ¿Stephen King y John Grisham? Para que luego algunos la consideren naif y de segundo nivel...”. Pone como ejemplo la película Amor y amistad (2016), “hecha a partir de un libro que escribió de adolescente titulado Lady Susan”.
Al respecto, asegura que las de Austen “no son películas de género para ver en canales como Divinity. Mi pareja, mis hermanos, se lo han pasado pipa viéndolas, algunas series han sido realizadas por la misma BBC. No la caracterizo como romántica, sino como divertida para su época”.

Los hombres de Jane Austen
Sin embargo, y salvo Miguel Ángel Jordán, ningún hombre se ha apuntado a este club de lectura de momento. “Estoy pensando en escribir Hombres y prejuicios”, se lamenta el escritor, quien anota que en Estados Unidos las seguidoras visibles de Austen son también un 95%. “Fue decepcionante no encontrar ningún chico en la reunión”, considera Inma: “Yo puedo leer un libro de espías y no pasa nada, pero que un hombre se digne en leer literatura considerada femenina parece que lo desprestigia”.
Cerca de Inma se encontraba Paula Escrig, de dieciocho años. “Mi vínculo con Jane Austen empezó mientras estudiaba Literatura Universal en primero de bachillerato. Nos encomendaron un trabajo de clase con el cual descubrí el mundo de esta autora”. Lo que más le sorprende de ella es “su capacidad para describir la tipología de los personajes, sobre todo femeninos. Para la época en que vivió, esta forma sencilla de contar las cosas me parece innovación”. Paula llegó acompañada por Ángela Muñoz y Aitana Amorós, compañeras de primero de Filología Hispánica. “Esperamos que el club nos abra un mundo nuevo sobre Jane Austen, es una buena forma de ampliar nuestros conocimientos”, apuntan las tres.

Más allá de Orgullo y prejuicio
En total se sentaron quince lectoras alrededor de la mesa de la sala de reuniones de la facultad. “No se trata de una clase. Unos días antes les adelantaré el tema que trataremos y varias preguntas para que puedan llevarlas preparadas. Yo lo que hago es alimentar el diálogo, aportar muchas ideas. La sesión no dura más de una hora”, avanza el impulsor.
En la próxima reunión, fijada para el 19 de noviembre, no faltará Ana Sánchez, historiadora del arte y seguidora de Austen desde que vio la película Andy. “Al club puedo aportar mi investigación estilística, mi atracción por el diseño de vestuarios para recrear su época. Soy una incondicional de los Instagram que muestran estas tendencias”.
Entre las cultivadas lectoras de los textos propios o inspirados en la escritora, las seguidoras de todos los seriales y productos cinematográficos con la huella de Austen y las primeras caminantes en la senda de esta autora, hay un punto en común: Orgullo y prejuicio. “Es la novela que todas han leído. Por ello, en las dos primeras sesiones nos centraremos en aspectos de este libro. Lo siguiente que trataremos será Sentido y sensibilidad y quiero que acabemos el curso con una tercera lectura, la de Emma, el primer libro que un día leí por casualidad y que me sorprendió por la manera original y divertida en la que narra la historia. Este es mi propósito, pero dependerá, por supuesto, de lo que el resto de miembros decidan. Somos un club de lectura”, concluye Miguel Ángel Jordán.