Al inicio del concierto la Orquestra ha interpretado el “Preludio a la siesta de un fauno” de Claude Debussy, poema sinfónico estrenado en París en 1894 donde juegan un papel central los instrumentos de viento (flautas y oboes) acompañados por las cuerdas de violines, violas y el arpa. “Es una obra que sirvió de fondo para el ballet coreografiado para los Ballets Rusos que se adentra en el lenguaje impresionista, con pinceladas armónicas y melódicas que hacen de contraste con las otras dos obras”, explica la directora de la Orquestra.

A continuación hemos podido disfrutar de música sacra, con la pieza “Litanies à la Vierge Noire” del compositor Francis Poulenc, en palabras de la directora de la Orquestra Beatriz Fernández, “pieza de minutaje corto pero muy intensa”. Ésta se convertiría en la primera composición religiosa de Poulenc después de recuperar la fe en la religión y dará lugar a otras composiciones de carácter sacro del autor, como motetes, misas o la ópera “Diálogos de Carmelitas”. Dedicada a la virgen negra de Rocamadour, la pieza fue compuesta para coro de voces blancas.

Es en esta composición donde participará el Coro Tramuntana de la Escola Coral La Nau, dirigida por Mònica Perales i Massana, y el Coro Voces Blancas Amici Musicae del Auditorio de Zaragoza, creada con el objetivo de promover el canto coral desde la niñez, dirigida por Javier Garcés e Isabel Solano.

El concierto se cerraba con el “Concierto para orquesta” de Béla Bartók. “Empezamos con algo muy profundo y acabamos con el concierto de Bartók, escrito a los últimos años de su vida, en una situación muy crítica en los Estados Unidos, y hecho como encargo de su amigo Serge Koussevitzky”, expresa Fernández.

Dividido en cinco movimientos, cada uno describe diferentes emociones del propio compositor, desde la desolación hasta el sentimiento de supervivencia y de exprimir al máximo su tiempo, cuando Bartók ya sabía que no le quedaba mucho a causa de la leucemia que sufría. Antes de empezar este Concierto, la directora de la OFUV hará una introducción para que el público pueda entender las diferentes emociones entre las cuales transita el autor a los diferentes movimientos.

“Es muy interesante, por ejemplo, el segundo movimiento, denominado ‘juego de parejas’, donde se presentan los instrumentos de viento por parejas y el público puede conocer un poco más sobre la instrumentación y también a nivel de timbres y sonoridad. En el cuarto, Bartók utiliza la ironía, con un tono burlesco y disonancias, para atacar la concepción musical de Shostakóvich, simplista y superficial. También me gustaría destacar el quinto movimiento, donde utiliza melodías populares de la música tradicional de su origen húngaro, pero de una manera muy integrada con el resto de la partitura”, explica la directora.

Con este concierto ha culminado la masterclass de dirección de orquesta, a cargo del director musical y artístico de la Orchestre d’Auvergne Robert Forés Veses, y el curso ‘(De)construyendo la música: vamos de concierto’ que el área de Actividades Musicales co-organiza con el CEFIRE Artístico-expresivo y en colaboración con el Palau de la Música de Valencia.