La historia de María Ruiz y Héctor González, mejores deportistas académicos de la UV del curso 2019/2020

  • Servicio de Deportes
  • 17 diciembre de 2020
 
Maria Ruiz durant una de les competicions.
Maria Ruiz durant una de les competicions.

Entrevista a María Ruiz Muro y Héctor González Pons, premiados por la Fundación Trinidad Alfonso como los mejores deportistas académicos de la UV del curso 2019/2020.

Años disfrutando del deporte, como una parte más de su modo de vida y siendo muy conscientes de la importancia de saber encajarlo todo. Entrevistamos a María Ruiz Muro y Héctor González Pons, recientemente premiados como los mejores deportistas académicos de la Universitat de València del curso 2019/2020 por la Fundación Trinidad Alfonso.

María Ruiz. Judoca desde los 6 años

La judoca María Ruiz es de Logroño y vino a Valencia para cursar el grado de magisterio en la UV. Ella sabe muy bien la importancia de la organización para poder compaginar su deporte, el judo –que practica desde los seis años y en el que compite desde los ocho– con sus estudios. Descolgamos el teléfono para conocer su reacción tras recibir la noticia: “Me siento muy contenta, porque encima ahora con las competiciones como se necesitan muchas PCR, pues es una ayuda para poder gastarlo en competición”.

Los días de María están muy marcados por su deporte. Ella entrena mañana y tarde, por lo que cada curso, tras realizar sus matrículas, siempre tenía que hacer los cambios pertinentes de asignaturas para poder compaginarlo con los entrenamientos. Cuando le preguntamos por uno de sus mayores recuerdos como deportista en la Universitat de València, María no duda en recordar su oro en el Campeonato de Europa universitario del verano de 2019, disputado en la localidad croata de Zagreb. “Iba con muchas ganas, encima el año anterior me quedé tercera, perdí la semifinal, entonces no pude estar en la final y me llevé el bronce. Ese año siguiente llegué con muchas ganas de ganarlo y al final, lo gané”, recuerda.

 

Este curso cierra su etapa como estudiante universitaria y recuerda sus momentos con sus compañeros de equipo. “Nos ayudábamos muchísimo, en los campeonatos también nos apoyábamos mucho, tanto en estos europeos, como en otros que también estuve”, cuenta María y añade: “Un viaje y una experiencia muy agradable, que me hubiese gustado haberla repetido en 2020, este verano, pero no se ha podido con el COVID”.

Su último año como estudiante universitaria estuvo marcado por la pandemia, lo que hizo que no pudiese hacer sus prácticas presenciales que le terminaron convalidando. Deportivamente, ella tiene la convicción firme de seguir apostando por el judo. “Sigo entrenando y cuando se celebren campeonatos, pues a hacerlos… Entrenar y seguir entrenando”, asegura.

Héctor González. Su viaje a Erasmus le regaló a su pareja de frontenis

“La verdad que mucha ilusión me ha hecho, porque al final uno se esfuerza y a veces llega la recompensa. En el deporte no llega siempre, y mira.”, nos cuenta Héctor González a través del teléfono, pudiendo adivinar su sonrisa mientras nos narra cómo se siente. Héctor es estudiante de tercer curso de fisioterapia, su segunda carrera en la UV, tras su grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. “Siempre he tocado muchos deportes… Yo es que no tengo una disciplina clara… En general me he ido beneficiando de muchos, no solo de uno”. Héctor es jugador de baloncesto, fútbol sala, ping-pong, frontenis… y con este último, ha sido el deporte por el que ha sido premiado.

¿Cómo empezaste a jugar a frontenis?, le preguntamos. Héctor tiene dos pueblos, nos asegura entre risas. Nacido en Caudete (Castilla-La Mancha), pero también hijo del municipio de Sinarcas (Utiel-Requena) por sus abuelos y allí, “hay mucha cultura de frontenis”, afirma. Pero su historia con este deporte continúa con su estancia Erasmus en Cardiff (Reino Unido), cuando conoció a Belén, compañera de la UV con quien compartió su experiencia en el extranjero y a quien, casualmente, también le gustaba el frontenis. No lo dudaron y a la vuelta a España empezaron su andadura juntos como pareja mixta durante tres años. “El deporte te permite conectar más con la gente y al final, yo estoy muy agradecido por eso”, añade.

“Desde toda mi vida no entiendo una cosa sin la otra. Creo que al final los resultados académicos que he ido sacando, creo que si no fuera por el deporte no los habría conseguido”. Ahora, mirando hacia su futuro profesional, “me gustaría orientarme hacia el mundo de la fisioterapia en cuanto a readaptación física”, confiesa, aunque a falta de hacer sus prácticas, Héctor no cierra sus puertas siendo consciente de que puede haber otras disciplinas que puedan llamar su atención.

El deporte para ser mejores en su día a día, así lo demuestran nuestros dos protagonistas.