Kristie Tanner: ‘‘Las becas del RCCH son una oportunidad única para realizar una estancia en un ambiente de gran prestigio y enriquecerse desde el punto de vista científico y personal’

  • Gabinete de la Rectora
  • 17 enero de 2024
 
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Kristie Tanner, graduada en Bioquímica y Ciencias Biomédicas, tiene un máster en Investigación en Biología Molecular, Celular y Genética por la Universitat de València. Actualmente está matriculada en el programa de Doctorado en Biomedicina y Biotecnología por la Universitat de València. En 2018, fue becaria del programa del Real Colegio Complutense en Harvard (RCCH) y Visiting Graduate Student en el Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering en la Universidad de Harvard. Su trabajo se centra actualmente en el estudio de microbiomas expuestos al sol (principalmente paneles solares y áreas intermareales de la costa mediterránea).

¿Cómo conociste la existencia del RCCH?

Conocí la existencia del RCCH a través de la sesión informativa que se celebró en diciembre 2016 en el Rectorado de la Universitat de València, en la cual se informó sobre las becas para estancias de miembros de la UV en el RCCH.

¿Qué te llevó a presentarte a la beca para estancias largas del RCCH?

Me presenté porque me pareció una oportunidad única para realizar una estancia en una institución tan prestigiosa como el RCCH. Además, conocíamos el trabajo de un investigador del Wyss Institute de Harvard sobre el diseño y la creación de una plataforma de cultivo continuo para realizar evolución experimental, un tema que era de gran interés en el marco de mi tesis doctoral, que comenzó en octubre 2016 y trata sobre bioprospección y ecología microbiana de ambientes de alta insolación.

¿Puedes contarnos los principales puntos de tu investigación?

Mi investigación trata sobre el estudio de microbiomas de ambientes de alta insolación, en particular sobre su ecología y sus potenciales aplicaciones. Durante los últimos años hemos estudiado las superficies de placas solares, que se caracterizan por estar sometidas a elevadas dosis de irradiación solar, así como a desecación y fluctuaciones de temperatura. Para poder sobrevivir en la superficie de las placas solares, los microorganismos han de tener mecanismos de resistencia a estas condiciones extremas. Por ejemplo, uno de los mecanismos para sobrevivir frente a irradiación es la acumulación de pigmentos.

Teniendo esto en cuenta, hemos estudiado los siguientes aspectos. Por un lado, la composición microbiana de placas solares de diferentes localizaciones geográficas con el fin de determinar si las comunidades que viven en este hábitat tan particular son similares independientemente de la localización. Además, hemos investigado el proceso de colonización de las placas solares y la producción de pigmentos (en particular, carotenoides) de los microorganismos que habitan en las placas y sus posibles aplicaciones como antioxidantes. Por último, hemos analizado la posibilidad de incrementar la producción de carotenoides mediante evolución experimental en el laboratorio, sometiendo a las cepas microbianas productoras de carotenoides a estreses [artículo en preparación].

¿Qué ha podido aportar tu estancia en el RCCH a tu investigación?

Mi estancia en el RCCH fue muy fructífera. Pasé tres meses en el laboratorio del doctor Ahmad Khalil y, en ese tiempo, no solo pude utilizar su sistema de cultivo continuo para realizar experimentos de evolución experimental de cepas productoras de carotenoides, sino que también pude realizar una caracterización del microbioma de las placas solares de Boston (del Arnold Arboretum de la Universidad de Harvard), tanto mediante secuenciación masiva como mediante el aislamiento de microorganismos cultivables. Además, de entre las especies aisladas en el laboratorio destaca una nueva especie bacteriana, que actualmente estamos caracterizando en profundidad y esperamos publicar próximamente.

Durante la beca, te uniste a la iniciativa de organizar webinarios de la Universitat en la sede del RCCH. Explícanos brevemente la experiencia en este aspecto.

Fue una muy buena experiencia, ya que me permitió compartir los distintos aspectos de mi investigación con los miembros del RCCH, así como con la comunidad científica en general. Además, recibí un feedback muy constructivo y de gran utilidad para mejorar mis experimentos.

¿Cómo valorarías en general tu beca en el RCCH?

La valoraría muy positivamente. Para mí fue una experiencia única, no solo en el aspecto científico sino también personal, ya que aprendí mucho y pude conocer a muchas personas maravillosas que me inspiraron con sus ideas.

¿Qué ha sido lo más positivo de tu estancia?

Los aspectos más positivos han sido, sin lugar a dudas, el trabajo realizado y las personas a las cuales he conocido.

¿Y lo más duro?

Lo más duro fue estar lejos de mi hogar y de mis seres queridos.

¿Te planteas repetir la experiencia?

La verdad es que la experiencia fue tan buena que no me importaría repetirla.

¿Qué le dirías a otros compañeros que estén planteándose la posibilidad de realizar una beca como la tuya?

Les animaría a hacerlo, ya que, como he dicho antes, es una oportunidad única para realizar una estancia en un ambiente de gran prestigio y para enriquecerse desde el punto de vista científico y personal.

¿Qué perspectivas de futuro tienes?

De momento, mis perspectivas de futuro se centran en terminar mi tesis doctoral, que está prevista para finales del 2020.