Marisa Navarro: “El perfeccionismo puede ser perjudicial para la vida laboral e incluso para el bienestar personal”

  • UVempleo
  • 26 septiembre de 2018
 

Marisa Navarro, doctora en Medicina por la Universitat d'Alacant, desarrolla en su libro “La medicina emocional” el concepto de una medicina aplicada a las emociones. Desde hace veinte años ejerce como médica psicoterapeuta a su consulta en Alicante. La doctora aborda el concepto de perfeccionismo en el trabajo y da las claves para detectar los casos en que esa actitud es perjudicial para el desempeño laboral e incluso para el bienestar personal y laboral.

 

 

-¿Qué es el perfeccionismo en el trabajo?¿Se puede diferenciar entre un perfeccionismo saludable y otro perjudicial?

Cuando buscamos la definición de perfeccionismo, no deja de sorprenderme observar que en muchas ocasiones se le define como una cualidad, es más,  la cualidad de querer ser perfecto. Pero no se puede ser perfecto, esto es un contrasentido. La perfección no existe, porque no podemos definirla. Qué es realmente perfecto, todo, nada. Me preocupan éstas definiciones, ya que la población en general y el perfeccionista en particular siguen viendo el serlo como una cualidad, como algo positivo, de hecho cuando alguien se define como perfeccionista lo hace con cierto orgullo, "es que yo soy muy perfeccionista", queriendo referir con ello, que es trabajador, detallista, minucioso y una persona con estándares muy altos en su vida. Pero no todas las personas con estas cualidades son perfeccionistas. El perfeccionista es un esclavo de la perfección. Intentar ser perfecto, en ningún caso es saludable.

El perfeccionismo es una esclavitud en cualquier área de la vida y, por supuesto, en la laboral.

 

- ¿Qué origina el perfeccionismo perjudicial, a qué se debe?

- Las personas con tendencias perfeccionistas sufren más que los demás, porque el perfeccionismo nunca se sacia. El perfeccionista es un eterno insatisfecho de la vida. Necesitan ser los mejores en todo, y si se equivocan o fracasan en algo es un verdadero drama. Tienen una verdadera fobia a cometer errores. Pero no sólo eso, el perfeccionista nunca está contento con el resultado de lo que hace, porque podría haberlo hecho mejor, y además si consigue un éxito en algo, lo disfruta durante muy poco tiempo y no se siente agradecido por ello, porque tiene tantas líneas en su vida en las que quiere conseguir la perfección, que inmediatamente cogerá otro camino, además le quitará importancia y no se lo reconocerá, porque siempre podría estar mejor.

- ¿Hay alguna relación entre el estrés y la ansiedad y las personas demasiado perfeccionistas?

El nivel de ansiedad, angustia, tristeza, frustración e incluso depresión es más alto entre las personas perfeccionistas. A nadie le gusta fracasar, ni equivocarse, pero al perfeccionista le horroriza. Los perfeccionistas no admiten los errores, ni los fracasos, en esta línea es poco probable que consigan el éxito. Y si lo llegan a conseguir no lo identificarán como tal, ya que nunca será suficiente para ellos.

- ¿Hay alguna relación entre  la procrastinación y/o la parálisis que impide realizar las tareas  y las personas demasiado perfeccionistas?

- Es muy fácil que el perfeccionista no llegue a ningún sitio, tiene tanto miedo a fracasar, que en muchas ocasiones prefiere no empezar, o si empiezan, cabe la posibilidad de que se retiren al menor obstáculo o sospecha de error o fracaso. Los perfeccionistas prefieren no hacer las cosas, ante la posibilidad de no poder hacerlas perfectas. Les cuesta admitir el riesgo porque en él está presente la posibilidad de fracaso. Así es imposible alcanzar objetivos, o conseguir metas.

El perfeccionista siempre se pone metas irracionales imposibles de alcanzar, y rechaza el fracaso y el error, siendo incapaz de aprender de ello, ya que no puedes aprender de algo que rechazas y niegas, ésto le genera una gran cantidad de sufrimiento y dolor, llegando a paralizarle. El miedo subordina la vida del perfeccionista.

- ¿Cómo sabemos que estamos ante una  persona demasiado perfeccionista y cómo nos puede afectar en nuestro trabajo?

- Más que identificar a los demás perfeccionistas, lo primero sería preguntarnos si nosotros lo somos. Si te hundes con facilidad por errores o pequeños fracasos. Si las cosas salen como tú querías, te valoras y si no es así, te deprecias. Si te exiges demasiado y exiges demasiado a los demás. Si para ti nunca es suficiente, y nunca está lo bien que te gustaría. Si te comparas con los demás continuamente en negativo y te importa en exceso la opinión de los demás. No te cuidas, trabajas en exceso, sientes ansiedad y estrés. Te obsesionas por las cosas, lo quieres controlar todo y te sientes con frecuencia insatisfecho. Posiblemente estamos ante un perfeccionista. Y las mismas características vas a encontrar en los demás perfeccionistas. Los perfeccionistas suelen ser igual de exigentes con los que le rodean que lo suelen ser con ellos, en este aspecto se hace en muchos casos complicada la convivencia. Además, tienen una gran tendencia a compararse con los demás, y siempre por abajo, lo que les genera sentimientos de envidia, celos y frustración. El perfeccionista suele ser tremendamente controlador, no confía en nadie y le cuesta delegar, solo él sería capaz de hacer las cosas perfectas, aunque nunca lo consigue claro.

- ¿Puede afectar este perfeccionismo mal entendido a los trabajadores en su  vida personal fuera de su lugar de trabajo? ¿De qué manera?

Al perfeccionista le resulta muy difícil disfrutar de la vida, normalmente ponen su atención en lo que no tienen, en lo que les falta y en lo que no es perfecto en sus vidas. Y nada es perfecto en sus vidas. Ni en las de ellos, ni en las de nadie, pero eso no lo ven, al contrario, piensan que los demás y sus vidas son perfectas, lo que les genera mucha frustración.

Los perfeccionista suelen tener gran cantidad de creencias limitantes y tóxicas, con una gran carga de rigidez. Esta falta de flexibilidad se convierte en un tremendo obstáculo para desarrollarse en la vida en cualquier sentido. Para el perfeccionista solo hay un camino, las cosas tienen que ser así, y no pueden ser de otra manera. Con éste grado de rigidez, cualquier viento lo tumba con facilidad.

- ¿Qué consejo les darías a las personas que son excesivamente perfeccionistas?

- Deshacerse del perfeccionismo no es fácil. Puede llegar a ser una verdadera adicción. Las personas con tendencias perfeccionistas tienen que estar muy atentas, poseen una legión de pensamientos negativos que las colocan una y otra vez en el camino del perfeccionismo. Ser perfeccionistas les hace sufrir e intentar no serlo también, creen que van a entrar en el caos. Recordemos que en ello han depositado su valía personal y su autoestima. El esfuerzo del perfeccionismo es brutal, pero el esfuerzo por no serlo no es menor. Es fácil decirle a un perfeccionista que deje de serlo. Es difícil que lo consiga, sino se le presenta una tabla de salvación. Y esta es la excelencia. Cuando le digo a un perfeccionista en consulta, que va a dejar de ser perfeccionista para ser excelente, y le explico en qué consiste, normalmente siente un gran alivio.

La excelencia consiste en hacer en cada momento las cosas lo mejor que se pueda con los recursos y oportunidades con que contamos y teniendo en cuenta las circunstancias del momento, las internas y las externas.

 

- Alguna recomendación para promover prácticas laborales que acaben con el perfeccionismo desbordado.

- Indudablemente una persona no realizará el mismo trabajo, ni posiblemente con la misma calidad, a las nueve de la mañana que a las ocho de la tarde, después de estar todo el día trabajando, pero si en cada momento está dando todo lo que tiene en ese momento por el trabajo que está realizando, su trabajo será excelente a las nueve de la mañana y a las ocho de la tarde. Cuando tengo en cuenta mis circunstancias, estoy teniendo en cuenta mi humanidad. Los seres humanos nos equivocamos, nos cansamos, nos agotamos, nos distraemos, tenemos emociones que nos afectan, nos confundimos, cometemos errores y fracasamos. Para algo somos humanos. Y gracias a ello aprendemos y crecemos. Si eres un perfeccionista tendrías en primer lugar que reflexionar sobre porqué eliges el perfeccionismo en tu vida. Quizá pienses que es la única manera de ser valioso, capaz, inteligente, importante o de conseguir la aprobación y el reconocimiento de los demás. Si es así, quiere decir que estas cosas son muy importantes para ti. No tienes por qué renunciar a ellas. Un vez que descubras las razones de tu perfeccionismo. Embárcate en la excelencia, ella te va a ayudar a poder sentir lo que quieres sentir, sin el sufrimiento que te provoca la perfección. Con la excelencia obtendrás lo mejor dentro de lo que es posible, y encontrarás la mejor solución posible a un problema en un momento dado, teniendo en cuenta las circunstancias internas y externas de ese momento.

La excelencia reconoce nuestra humanidad. El perfeccionismo solo mira hacia la meta y se pierde el camino. La excelencia es el propio camino y te permite disfrutar de él. La excelencia abraza los posibles errores y fracasos que puedan darse en tu vida, de hecho son una parte imprescindible del proceso. Gracias a ellos podemos aprender y crecer. La excelencia nos ayuda a aceptar nuestras limitaciones con humildad, y nos anima a mejorar, aprendiendo cada día.

La excelencia permite a los perfeccionistas seguir haciendo las cosas lo mejor posible, pero a la vez les quita la presión, los serena y los tranquiliza, permitiéndoles ser excelentes en lo que hacen. Escribir lo que para ti sería excelente, considerando las circunstancias del momento, puede ser de gran ayuda. Soltar la perfección y adoptar la excelencia en tu vida, es verdadera medicina emocional. No hay nada más perfecto, que el imperfecto ser humano.

Entrevista realizada por el OPAL - Observatorio de Inserción Profesional

y Asesoramiento de la Universitat de València.

Más información de Marisa Navarro:

http://marisanavarro.com